Capitulo 7: Parto y nacimiento

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POV ANASTASIA

-ahhh- grito. Siempre me dijeron que el trabajo de parto es el más doloroso pero satisfactorio proceso de la vida. Aun no encuentro lo satisfactorio. Llevo casi 3 horas en trabajo de parto y las contracciones cada vez son más seguidas y más dolorosas.

-nena, un poco. Eres la mujer más fuerte que conozco- dice Cristian. Él se encuentra a mi lado. El doctor le dio autorización casi obligada para que el me acompañara. Creo que se ha comido casi todas las uñas de las manos con lo nervioso que esta.

-cariño, estoy bien. Solo son las contracciones... me dan tiempo para recuperarme- digo intentando sonreír. Necesito que esté tranquilo o sino aquí quedara la grande.

-pero te duele. No me gusta que te duela. No me gusta que llores-

-Cristian así es la vida. Todas las madres pasamos por este proceso, si algunas sienten menos dolor es cosas de ellas o por algún medicamento, pero esto es lo que debo pasar para tener a nuestros bebés. Por favor, mantente tranquilo, ¿sí?-

-está bien pero cualquier cosa que sientas me lo dices. No puedo controlar esto y me saca de mis casillas- dice a modo gruñón.

-nunca cambiaras- tenemos las manos tomadas. 6 minutos después una nueva contracción hace acto de presencia y estrangulo la mano de Cristian. Él no dice nada y cuando la suelto, me limpia la transpiración.

-buenas tardes señora Grey. Vengo a ver de cuanta dilatación esta- dice la doctora que la otra vez me examino. Ya ni me acuerdo de su nombre pero ella fui quien me dijo que era mellizos.

-¿le dolerá?- dice Cristian cuando la mujer mete sus manos en mi sexo. La sensación es incomoda pero no duele. Lo bueno es que lleva guantes.

-no, solo sentirá una molestia-

-¿Cómo va todo?- consulto con voz cansada.

-para ser primigesta te dilatas rápido. Ya estás de nueve. El tiempo en que te llevemos a pabellón y dejemos todo listo, estarás de 10. Créeme- me sonríe y sale.

-creo que estos pequeños están ansiosos de conocernos- dice Cristian.

-impacientes igual que su padre- me rio. El me frunce el ceño pero después sonríe.

A los minutos aparece un tipo alto y calvo. Él es el encargado de los traslados. Me cambian a otra camilla y vamos rumbo al pabellón. Cristian se mantiene a mi lado, hasta que la doctora dice que se tiene que cambiar, ya que necesita estar esterilizado para entrar a pabellón.

El pabellón es amplio. Me dejan en una camilla cubierta de plástico y las enfermeras me lavan para higienizar la zona de mi sexo con agua purificada. El frio del agua me ayuda a refrescarme un poco. Me ubican las piernas a un lado de la cama en unos posa pies de fierro dejándome totalmente expuesta. Se escucha como la gente trae y llevas cosas.

Luego aparece Cristian con un traje verde. Se ve diferente aunque debo confesar que ese color no le viene para nada. El me mira y sonríe. Se acerca a mi lado y toma mi mano.

-es hora bebé. Es hora de que me hagas el padre más feliz de este mundo y tú la mejor madre que puedan tener mis hijos- sonrió. Pero no dura mucho, ya que otra contracción se hace presente.

-bueno señora Grey veamos cómo va su dilatación- hace lo mismo que la otra vez. Yo no la miro, solo miro a Cristian que tiene el ceño fruncido, lo cual me parece gracioso.

-solo Ana- le digo.

-bueno Ana, tus bebés no quieren esperar más así que ya estamos listos. Cuando yo te diga, vas a pujar con todas tus fuerzas. Acuérdate que son dos los bebés que tenemos que sacar y entre más rápido mucho mejor para los dos- yo asiento. Todos los nervios acaban de bajar sin previo aviso. Y lo peor es que estoy ansiosa. Esa es una muy mala combinación.

-vamos, nenas. Tú puedes. Eres una campeona y sé que lo harás muy bien. Estaré aquí. No te dejare- yo asiento. Mi cuerpo se tensa ante la ya conocida presencia de la contracción.

-vamos Ana, puja, puja, como si tu vida dependiera de ello- hago lo que me dice. La contracción duele pero combinada con mi fuerza siento que algo va bajando.

-bien, así vamos bien, vamos Ana, vuelve a pujar- y lo hago. Dios como esto cansa. Sigo pujando con todas mis fuerzas. Cristian aprieta mi mano en señal de apoyo.

-aquí viene uno... ya se le ve el cabello y algo de su cabecita...- dice la doctora mientras Cristian sonríe y mira en su dirección. Muerdo mis labios con otra contracción llega.

-vamos pequeña aprovecha la contracción- dice la doctora y pujo. Siento que algo pasa por mi vagina. No tengo anestesia nada, ya que la doctora dijo que dilate demasiado rápido como para pensar ponerla, así que estoy sintiendo todo.

-una más y ya estará afuera...- pujo un poco más y luego se escucha un llanto enojado.

-vamos papá, ven a cortar el cordón- dice. Cristian suelta mi mano y hace lo que la doctora le pidió. Cuando vuelve tiene los ojos cristalizados y me besa. Antes de que pueda decir algo la doctora nos habla.

-vamos pequeña, aún queda otro y luego te dejo descansar. Vamos puja- y lo hago. Varias veces mi espalda deja tocar la camilla por la fuerza que hago.

-aquí esta... puja un poco más y ya está afuera- lo hago. Cristian no dice nada, solo me limpia el sudor que está en frente y cuello. Otro tirón y otro llanto. Mi corazón se acelera quiero conocer a mis pequeños. ¿Cómo serán?

-Ana, ¿Cómo se llaman?- me pregunta la doctora.

-el primero Theodore Raymond y el segundo Cristopher Alejandro- dice Cristian y lo agradezco. Tomo en mi cuerpo me dice que necesito descanso.

A los minutos dejan en mi pecho dos bultitos envueltos en mantas azules. Tal como dijo la doctora soy madre de dos grandes y fuertes bebés. Mira al que tengo en mi brazo izquierdo, tiene el cabello gris idéntico al de su padre, aun sus ojos están cerrados. Su piel es blanca pero rosadita. Lo amo.

Miro a mi brazo derecho, mi otro bebe tiene mi mismo color de pelo con unas pocas motas de color gris

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Miro a mi brazo derecho, mi otro bebe tiene mi mismo color de pelo con unas pocas motas de color gris. También es de color blanco pero rosadito. Me he vuelto a enamorar de dos hombres a primera vista, de dos pequeños hombre que ahora forman parte de mi vida para siempre. Levanto mi mirada y encuentro a mi esposo, llorando de felicidad. Se acerca a mí y le planta a cada uno de los bebés un beso en la frente y uno en mis labios.

-gracias nena, gracias por darme el mejor de los regalos por partida doble- me vuelve a besar y sonrió. Observo a mis dos bebés y no puedo creer que ya sea madre. Y por partida doble. Ahora comprendo cuando dicen que es doloroso y satisfactorio, aunque haya dolido tengo a mis pequeños en mis brazos. Sanos y salvos.


LOS BEBÉS HAN NACIDO... 

SE VIENEN MAS SORPRESAS... 

ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

NUNCA LO OLVIDEN... 

LAS QUIERO Y MUCHAS GRACIAS POR SU APOYO... 

NOS LEEMOS PRONTO... 

BESOS GIGANTE PARA CADA UNO DE USTEDES, MIS FIELES LECTORES...

El Destino: Miradas de amor, Cristian y Anastasia (3 T) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora