POV CRISTIAN
Llegar a la casa y recibir la gran sorpresa que nuestros mejores amigos nos regalaran los guardianes de nuestros pequeños, fue lindo. Lo malo es que son tres cachorros que vamos a tener que cuidar y enseñar junto con los otros bebés.
A las cuatro de la mañana un fuerte llanto nos asustó. Era Teddy que está llorando de hambre. Ana le cambio el pañal ya que estaba hecho y luego le dio de comer. En todo ese proceso no paro de llorar. Los otros dos bebés también despertaron pero no lloraron, ya que los cachorros los supieron distraer.
Cuando Ana dejo al descubierto su ceño, mi pequeño tragón se agarró al pezón. Su ceño se frunció mientras hacía fuerza para extraer su comida. Sigo mirando a mi hijo y no puedo creer lo mucho que se parece a mí. Su pequeña mano esta sobre el seno de su madre. En varias ocasiones lo escuchamos suspirar.
Termina de comer y Ana me lo entrega para que le saque los gases. Me paseo por toda la habitación mientras Ana busca a Cris para cambiarle el pañal y darle de comer. Me encanta tener a mis hijos en mis brazos aunque son tan pequeños que me da nervios hacerle daño.
Una vez que Teddy queda dormido lo coloco en la cuna junto a su cachorro. Creo que de los tres es el más grande y el más flojo. Se parece a un oso. Bingo ya tengo el nombre de uno de los cachorros.
Luego viene el turno de Cristopher. El mucho más tranquilo y espera pacientemente que termine con su hermano. Paseamos por la habitación y grandes gases se escapan de su pequeño cuerpo. Comienzo con pequeñas palmaditas en su espalda y de a poco comienza a quedarse dormido.
Ana ahora se está haciendo cargo de Lily. Ella es una dama. Ana me encarga que le vaya a buscar el biberón. Dejo a Cris que ya se ha quedado dormido junto a su cachorro y bajo. Hago lo que me dijo Lara para calentarle y cuando esta lista subo con ella. Le entrego el biberón y se lo da. Repito el mismo proceso con los gases y cuando por fin se queda dormida la acuesto junto a su cachorra.
Le doy una mirada al reloj y ya son las 5 de la mañana. Dios que pasa rápido la hora con tres pequeños en la casa. Mira a mi mujer y veo en sus ojos cansancio. De los dos, ella es la que más trabajo se lleva y la compadezco.
A la vez me regaño por ser tan cabezotas y por apurar el tiempo para ser padres, ya que lo que conseguí fue a dos bebés de una y me olvide por completo del trabajo de la madre. En cierta forma en la lactancia no pudo hacer nada. Solo ayudar a que mi pequeña este tranquila para que pueda producir leche de la mejor calidad.
En la mañana el ambiente está un poco calmado. Ana y Lara han sabido cuidar a los mellizos muy bien. La hacienda está hecho un desastre. Como no he estado supervisando a los trabajadores, han hecho de todo menos lo que le pedí. Así que hoy temprano salí a la faena.
Creo que nunca antes había gritado, regañado y amenazado a tantas personas en solo unas horas. Como tengo buena voz y a la vez tengo el control de todo, bajaron el moño e hicieron las cosas como se debía hacer. No me di cuenta que lo rápido que se pasó el tiempo y cuando regreso a la casa son las 5 de tarde.
ESTÁS LEYENDO
El Destino: Miradas de amor, Cristian y Anastasia (3 T)
DiversosDos hombres heridos y de gravedad. Una mujer desesperada por su gran amor Tres bebés que vienen en camino que tienen un futuro incierto. Una madre que impedirá a toda costa que su hija siga sufriendo ¿Sera capaz el amor ganarle a la muerte? ¿Sera q...