El avión aterrizó en el aeropuerto de Roma. Ahora debería cambiar su idioma y acostumbrarse a hablar en italiano, lengua que sabía desde muy pequeñita.
Caminó por el aeropuerto en busca de su compañero, Davide Rivera. No le costó mucho encontrarlo y descubrir que también trabajaría con un perro.
-Hola-saludó-. Soy Elisabeth, la nueva.
-Comisario Davide Rivera-estrechó la mano de Elisabeth-. Ella es Kira, nuestra compañera.
Se agachó y acarició la cabeza de la joven pastor alemán acordándose de la amiga que había dejado en Viena
-Supongo que debemos irnos-dijo Eli al levantarse.
-Estas son las llaves de tu apartamento-le entregó un manojo de llaves-. Te dejaré allí para que coloques tus cosas y luego te llevaré a la comisaría para darte las llaves del coche patrulla y presentarte al resto de compañeros.
Eli asintió y tomó la única maleta que había traído. Al llegar al coche, Davide abrió el maletero e introdujo la valija de su compañera. A continuación, condujo hacia el centro de la ciudad.
-Este es-dijo parando delante del portal de un bloque de apartamentos.
Elisabeth se bajó del coche y tomó su maleta del maletero. Entró en el edificio y pudo observó con detenimiento el vestíbulo. Llamó al ascensor y, mientras esperaba, una voz la destrajo.
-¿Necesita ayuda, señorita?-Elisabeth se giró para ver quién hablaba: el portero.
-Soy Elisabeth Lewis-se presentó y levantó su mano, que el portero estrechó-, la nueva residente.
-Ha sido un placer conocerla, señorita-dijo el portero.
El ascensor llegó y Elisabeth subió acompañada de Davide. El silencio reinó en el cubículo. Un silencio incómodo al que Elisabeth no estaba acostumbrada.
-Este es-Davide habló rompiendo el silencio e indicando la puerta. Ella abrió y se encontró con una vivienda modesta y perfectamente amueblada-. Gori dijo que te gustaría.
Caminó hasta un cuarto en el que la perta tenía marcado su nombre. dejó la maleta dentro y se dispuso a desempacar. No le costó mucho, pues era poca la ropa que había traído.
-Si no te importa, me daré una ducha-dijo desde la puerta del salón a su compañero.
-Tranquila, tenemos tiempo-respondió.
Ella entró a su habitación en busca de ropa y descubrió una puerta de la que no había notado presencia. La abrió y descubrió y baño. En ese instante se enamoró aún más, pues en Viena debía compartir baño con Marc.
Su ducha fue corta. Lo necesario para despejarse del viaje y librarse del ligero olor a sudor que desprendía. Se vistió sencilla, como siempre solía hacerlo. Tomó su cartera y su teléfono y caminó al salón para avisar a Davide que ya estaba lista.
-Ya estoy-dijo al llegar.
-Te ves bien-alagó el comisario-. Vamos.
Bajó al coche, despidiéndose del portero. Se sentó y Davide condujo hasta la comisaría mientras que la chica se encontraba cada vez más nerviosa por la impresión que debía dar a sus compañeros.
N/A:
Elisabeth está de vuelta, gracias al apoyo de los seguidores de la primera parte. Toda la novela será narrada por un narrador omniscente, pues habrá momentos en los que la acción ocurrirá en lugares donde Elisabeth no está presente.
Espero que disfruteis la historia como disfrutasteis la anterior.
KMF
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Bienvenida A Italia
FanfictionDespués de partir, Elisabeth se enfrenta a una nueva vida lejos de Viena y de todos aquellos que la aman ¿Será capaz de hacerlo sin enamorarse antes? Se enfrentará a casos, persecuciones, encuentros,... Un mundo poco conocido que la hará apreciar su...