—Soy la señora Koskinen—respondió la directora. El color de Elisabeth se esfumó en un segundo.
—S. Directora, ¿le importaría darme el horario de clases? —preguntó amablemente.
—Aquí tienes—dijo entregándole una hoja. Elisabeth salió del despacho blanca como si nunca hubiera visto el sol.
—¿Pasa algo?—Rebeca preguntó al ver a su amiga salir.
—Nada—contestó retomando el color—¿Qué clase hay ahora?
—Anatomía—Rebeca dijo caminando hacia el laboratorio—. El profesor nos dijo hace unos días que vendría un invitado.
Las chicas llegaron al laboratorio hablando de tonterías que ocurrían en la facultad y Elisabeth se encontró con alguien que no esperaba ver.
—¡Leo!—exclamó abrazando a su antiguo compañero y amigo.
—¿Cómo estás pequeña?—Leo preguntó correspondiendo al abrazo—Me han dicho que ya tienes caso.
—Si—respondió—. ¿Y vosotros? ¿Qué tal todo en Viena?
—Normal—le contestó—. Alex se ha reincorporado, Rex te echa de menos y los demás te extrañan mucho. Marc es el que más lo hace.
—Yo también los echo mucho de menos—dijo ella bajando la mirada—. Pero ahora debo ir a sentarme. Comienza la clase—rió levemente.
—¡Venga chicos, sentaos!—el profesor entró en la clase—. Tengo el honor de presentaros al Dr. Leonard Graff, de la policía forense de Viena. Me han dicho también que tenemos una incorporación de última hora—el profesor anunció—. Por favor, Elisabeth Lewis Fabbri y Dany.
—Yo—Elisabeth se levantó y caminó al frente seguida de su compañera Dany.
—Preséntese por favor—el profesor se hizo a un lado para dejar hablar a su alumna.
—Me llamo Elisabeth vengo de Viena y ella es mi compañera Dany—comenzó—. No me gustan los formalismos, así que, aunque sea de la policía—un gran eco saltó en la sala— , no me gusta que me traten de usted. Y ella es Dany, mi compañera y mascota también venida de Viena.
—Bien, puede sentarse—el profesor indicó.
La clase transcurrió aburrida mientras Elisabeth pensaba en Marc. No se podía sacar la cara del que alguna vez había sido su chico. Era triste su situación.
—¿Te pasa algo?—preguntó Rebeca sacándola de su trance
—¡Sauli es culpable!—gritó mientras Rebeca se reía.
—No me hace gracia—dijo fulminando a su amiga con la mirada.
—Oye, ¿quién es Sauli?—preguntó Rebeca confusa.
—un criminal al que arresté en Viena y que casi mata a mi tío—Elisabeth bajó la mirada.
—Ooh, siento habértelo recordado—Rebeca se sintió culpable por haberlo mencionado.
—Ahora siento la sospecha de que la directora es la madre de Sauli—admitió—. Él confesó que era gay, así que descarto la sospecha de que sea su mujer.
Rebeca, impresionada por las cualidades de policía de su joven amiga se dió cuenta de que había encontrado a su confidente.
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Bienvenida A Italia
FanfictionDespués de partir, Elisabeth se enfrenta a una nueva vida lejos de Viena y de todos aquellos que la aman ¿Será capaz de hacerlo sin enamorarse antes? Se enfrentará a casos, persecuciones, encuentros,... Un mundo poco conocido que la hará apreciar su...