Viernes 29 de julio de 2016.

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Narra Ánica:

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Narra Ánica:

Hoy era viernes, un día muy genial para terminar segundo semestre de preparatoria o bachillerato. Realmente he estado demasiado agotada gracias a la tarea que han dejado los profesores, odio a los profesores. Esperen, no es cierto, no odio a los profesores, odio sus estresantes materias. Quieren que me acuerde de la fórmula química de cualquier elemento, pero apenas si recuerdo lo que almorcé ayer, no se vale.

Fui a hacer mis necesidades y cepillar mis dientes, no me duché porque en la noche lo hice y aún tengo el cabello un poco húmedo. Cuando salí, fui a buscar entre mi poca ropa algo que ponerme. Odiaba esta situación, odiaba no tener ropa nueva.

Al final pude encontrar lo mejor, un jeans ajustado de mezclilla, una blusa blanca sencilla, una sudadera con gorro/capucha atrás color negra, calcetines y mis viejas vans.

- Buenos días -Saludas mientras bajabas las escaleras. Viste en el comedor a tu familia desayunando. Ray y Harper comían, mientras que tu madre le daba de comer a Dylan, quien estaba en su sillita para bebé-

- Buenos días -Responden todos al unísono, menos Dylan-

- Hija, ¿quieres café? -Pregunta tu madre señalando la tetera hirviendo-

- Quisiera sólo leche -Caminas hacia la nevera pero ves que el cartón de leche estaba por terminarse, y lo que quedaba era para Dylan-

- Esa es para Dylan, ¿en serio no quieres café? -Vuelve a preguntar-

- Está bien -Respondes sin llevarle la contraria a tu madre, sintiendo una gran tristeza por no poder tener lo que tú querías. Cerraste la nevera y fuiste a sentarte-

- Hija, hoy no podré darte dinero para el almuerzo -Dice algo apenada mientras te sirve agua caliente en una taza y asientes. Tomas la cuchara para el café y para el azúcar-

- Sí, no hay problema -Respondes y le das un sorbo a tu café-

Se me hizo un nudo en la garganta, casi diaria tenía que pasar por esto, y yo no tenía la culpa de nada. Pero mis padres tampoco, ellos trabajaban para darme lo mejor y no tenía por qué cuestionarles nada. Eran mis padres, y estoy tan agradecida con ellos.

Terminando de desayunar me fui caminando a la escuela, porque no había de otra, no tenía dinero para tomar el autobús. Llegué como en veinte minutos, no era bastante lejos. Además, me gustaba mucho caminar y pasar por esas hermosas casas; y era la razón por la que seguía estudiando, yo algún día iba a tener una casa así.

Aunque se me hace un poco irónico y gracioso, que una escuela pública, en la que yo estoy, esté cerca de esas grandes casas bonitas.

Llegué, vi que en la entrada de la escuela estaba Luke con sus amigos fumando un cigarrillo, en serio cómo me enferma que fume. No quiero que le dé cáncer, como a mi abuelo; yo quería demasiado a mi abuelo y hace dos años falleció de cáncer, por fumar. Cuando me vio se quitó el cigarrillo de la boca y lo tiró al suelo y lo apagó. Luego lo volvió a tomar y lo tiró a un bote de basura, porque si lo hubiera tirado directamente, el bote comienza a incendiarse.

Caminé hacia él y él caminó hacia mí.

- Ánica, hola amor -Saluda y te da un beso corto-

- Sabes que no me gusta que fumes -Reprochas y él suspira. Luego te mira con cara de disculpa y asiente-

- Sí, lo sé, Ánica perdona, pero es que es una adicción -Niega sintiéndose culpable- prometo que empezaré a dejar el cigarrillo

- Está bien, no quiero pelear. Sólo entremos, ¿de acuerdo? -Lo tomas de las mejillas para que te mire directamente a los ojos. Te encantaba Luke Hemmings, era un chico adorable-

- Te acuerdo -Te sonríe y toma tu mano para besarla-

No entiendo cómo un chico tan popular se fijó en mí, digo, yo soy una chica normal. No quiero mentirles diciendo que soy un ratoncillo de biblioteca que odia las fiestas, se la pasa leyendo y es buena chica; claro que no. Me gusta leer pero también me encantan las fiestas, me gusta divertirme mucho. Pero él es uno de los jugadores de básquetbol de aquí. Ja, ¿creían que de futbol americano? Pues no, a Luke no le gusta jugar futbol americano. Y no, tampoco es el capitán del equipo de básquetbol, es sólo un simple jugador que no es engreído. Él juega porque le gusta ese deporte, y ya. Pero su atractivo lo hizo popular, muuuuuuy popular. Pero no soy popular, no conozco a mucha gente aquí en la escuela. Y cuando alguien me conoce, es por Luke. Además, sé que hay chicas mucho más bonitas que yo físicamente, tienen ojos azules, ojos verdes, hasta incluso ojos grises; son preciosas.

Pero sé que yo tengo algo que las demás chicas no, y por eso Luke me quiere.

Llevamos casi años juntos, empezamos a salir casi terminando segundo año de secundaria; aunque él estaba en diferente grupo que el mío. Y este 31 de julio cumplíamos dos años. Quisiera cumplir muchos con él.

- Espero que hoy no hagamos nada, digo, ¿por qué tendríamos que hacer algo? Es el último día y lo que menos quiero es relacionarme con las matemáticas o la historia -Menciona Luke mientras ambos van caminando al salón. Sonreíste al verlo, de perfil él era perfecto. Te encantaba su perforación en el labio-

- Pero alégrate, iremos a acampar con nuestros amigos después de aquí. Bueno, primero iríamos al supermercado a comprar toda la comida para el camino y para cuando estemos allí; después iría a alistar todo lo que necesito y de ahí nos vamos, ¿te parece bien? -Preguntas y él voltea a verte, pero también baja la mirada porque no eras tan alta como él. Se dedica a dedicarte una sonrisa y asiente sin hablar-

- Pero falta algo, acuérdate que los chicos nos invitaron a comer antes de irnos, a la cafetería que está por el club nocturno -Ambos entran al salón, donde algunas personas ya estaban; pero el aula no estaba completamente llena, aún faltaban alumnos por llegar, aunque realmente hoy iban a ser pocos. Pues como hoy entregaban calificaciones, no les importaba faltar-

- Ah... sí -Respondes y te sientas en la parte de la ventana, hasta atrás. Luke se sentaba alado de ti. Pero como a él no le importaba, pegaba su silla con la tuya para que estuvieran más juntos, aunque deshiciera la fila. ¿Pero qué más daba?-

No recordaba que hoy íbamos a ir todos a la cafetería a comer. No tengo dinero para comprar nada. Odiaba eso, odiaba que Luke siempre pagara todo lo mío, y yo no quería ser una carga para Luke. No me gustaba ser de ese tipo de novias que son las que se hacen pendejas para no pagar y que realmente están vaciando la billetera de su novio. Al contrario, a pesar de que llevara ya casi dos años con Luke, sentía vergüenza de que él siempre pagara todo; carajo, quería trabajar pero no me dan empleo a esta edad. Y así no puedo aportar nada.

La clase había comenzado pero la profesora de química no llegó, realmente me alegré de que no viniera porque no estaba de humor para soportar esa clase; aunque de verdad espero, que no le haya pasado nada malo ni a ella ni a algún familiar o amigo.

- Basta -Dices cuando terminas de escribir los nombres de cosas con la misma letra. Era un juego que se hacía en una libreta o papel, consistía en escribir un nombre de persona, un apellido, una ciudad o país, un animal, una fruta o verdura, alguna cosa y un color. Quien terminara primero decía basta y contaba hasta diez. Si alguien no alcanzaba a terminar de escribir, así dejaba ese espacio en blanco o a medio escribir-

- Me faltó poner una frutita con ''D'' -Luke hace puchero y ríes-

- Durazno -Mencionas- pero, qué bueno que no lo pusiste; porque así no tendría que compartir cincuenta y cincuenta puntos -Cuando alguien tenía el mismo nombre que la otra persona, en vez de 100 puntos por palabra, se quedaban a mitades; y si había un tercero, se quedaban con 25 puntos-

- Te dejé ganar -Bromea. Luego pasa una mano por su cabello para sentirse el divo que era-

- Créeme, que si te dieran un dólar por cada vez que dices una bobería; ya tendrías tu vida resuelta Luke -Ríes levemente junto con él-


Me Enamore De Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora