Capítulo 44. Domingo 25 de diciembre de 2016.

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Narra James:
Halston me pidió de favor que fuera a comprar pañales, toallitas y talco para David ya que se acabaron. Ella me dijo que cuando regresara, ya habría tenido la comida lista. Pues cuando me fui comenzó a prepararla.


*Espero ya verte mañana, querida, besos* 4:45 pm.

Narra Ánica:
Pues no tendrá que esperar porque ya estoy por ir a verlo; el padre de Kourtney pasó por ella pero se ofreció a llevarme a la casa de James, aunque no sabía que era la casa de nuestro profesor (De Kourtney y mío). Nos tardamos como diez minutos en llegar, pues el Centro comercial quedaba cerca del departamento de James.
Mientras iba viendo New York, me gustaba mucho donde nací. Y lo mejor de todo es que estaba nevando aún. Mañana que James y yo fuéramos al espectáculo sobre hielo, le aventaría nieve.

- Kourtney, gracias por acompañarme, llámame cuando hayas llegado a San Diego, señor West, gracias por traerme –Abres la puerta del auto-
- De nada Ánica, es un placer –Responde amablemente-
- Yo te llamo Án, diviértete –Te bajas y volteas a verla, con los labios te dice ''Ten cuidado'' y asientes sonriendo-

Me gustaba que Kourtney se preocupara tanto por mí, aunque James no fuera una mala persona. Ella protege mucho a las personas que quiere.
Subí los tres escalones y entré a recepción, la chica que estaba allí me saludó amablemente y le devolví el saludo. Subí al ascensor y miré cómo subía, la ciudad se veía preciosa cada vez más, creo que James por eso escogió vivir en este departamento, la vista hacia la ciudad es preciosa.
Me sentía un poco nerviosa a decir verdad, traía en mis manos la caja con la cadena en una cajita más pequeña, y el perrito de peluche. Eran regalos que no valían tanto, pero espero que le gusten porque cada uno de ellos tienen algo que contar.
Salí del ascensor y suspiré, el corazón me latía tan rápido y mis nervios crecían; hacía tanto tiempo que no daba un regalo a una persona especial para mí. Toqué la puerta con leves golpecitos.
A los pocos segundos vi que me abrió la puerta una chica preciosa, rubia y traía cargando un precioso bebé, recién nacido. El olor a comida recién hecha inundó mis fosas nasales.
¡Ella es la hermana de James! Qué vergüenza... no sé si James ya se lo haya contado.

- H-hola –Saludas con un poco de vergüenza. Ella te dedica una sonrisa amable-
- Hola, ¿qué se te ofrece, linda?
- Y-yo, venía a ver a James... ¿tú debes ser Halston, su hermana, verdad? –Ella tardó unos cuantos segundos en carburar lo que dijiste, pero al final terminó negando-
- Bueno, sí me llamo Halston pero no, bonita. Yo soy su esposa –Respondió y abriste los ojos como platos, tu corazón comenzó a latir aún más-
- ¿E-eres su esposa? –Ella asiente- ¿y ese bebé es su hijo? –Nuevamente, vuelve a asentir-
- Sí, se llama David
- Es, muy hermoso... -Alagas, intentando quitarte esa sensación en tu garganta, de querer llorar-
- Gracias, linda. Por cierto, James no está pero pasa, ya no tarda en llegar –Se hace a un lado para que entres pero niegas-
- No, n-no, no, le llamaré y le diré que vine, pero muchas gracias y disculpa la molestia...
- ¿En serio no quieres pasar? –Vuelves a negar con una sonrisa-
- No, muchísimas gracias; con permiso –Ella asiente sin sonreír y cierra la puerta lentamente, aún sin saber por qué te fuiste-

Me quedé parada allí, puse una mano en mi frente, mi brazo cubría un poco mi rostro. Y sollocé, fui una tonta por creerle a James. Pero es obvio, él ya tiene veintiséis años, tiene dinero y es guapo, ¿cómo no pude pensarlo? Las lágrimas salieron, nadie me había mentido de esta manera.
Unos segundos después escucho cómo el ascensor se abre, subo la mirada y veo a James, él traía consigo bolsas de una farmacia. Me miró con los ojos completamente abiertos.

- Án, querida –El ascensor se cerró, lo miraste fríamente. Bajarías por las escaleras, si llamabas al ascensor, tardaría minutos y James no te dejaría ir hasta explicarte las cosas-
- James... -Niegas y sollozas. Pusiste una mano en tu frente una vez más y luego corres hasta el final del pasillo, a las escaleras-

Escuché que se cayeron las bolsas al piso y James le tomó del brazo, haciéndome voltear.

- ¡Suéltame! –Ordenas con lágrimas en los ojos-
- Ánica, querida... -Te jala un poco pero te resistes-
- Yo no soy tu querida, déjame –Él niega, te dedica una mirada de súplica-
- Déjame explicarte bebé... -Lo interrumpiste-
- El único bebé que tienes está allá adentro –Señalas la puerta del departamento de James- así que suéltame y déjame ir
- Án, por favor... Fue un malentendido ¿sí? –Niegas y te sueltas de él-
- ¿Qué iba a ser un malentendido? Por favor, ¿cómo no fui menos tonta para darme cuenta de las cosas? Las chicas acercándose a ti, el dinero que tienes y tu linda cara. Era tan obvio que yo no quise darme cuenta de las cosas, te... te odio –Dijiste y James abrió la boca para decir algo pero se calló-

Narra James:
Sentí un gran dolor en mi corazón cuando escuché eso de Ánica; simplemente no quería perderla y es justo lo que estoy haciendo. No quiero que ella piense que hay algo entre Halston y yo, o que engaño a mi ''esposa'' con ella y que a Ánica solamente la quiero para acostarme con ella.
Jamás le haría algo a así, porque yo de verdad la quiero. Pero he hecho las cosas mal y tengo que remediarlas; no puedo romperle el corazón a Án. Le prometí a Luke que iba a ayudarla a salir adelante y que la iba a proteger de todo.

- Ánica, mi amor...
- Yo no soy tu amor, ni somos nada. Somos alumna-profesor y ya, me tengo que ir
- Ánica... -Pide y las lágrimas salen, lo miras y sientes ese dolor en tu garganta, negaste con la cabeza-
- Tengo que irme, profesor Maslow –Caminas y te detienes, recordaste que traías en manos la cajita de regalo de Navidad (atrasado) para James, te regresaste y le aventaste la caja con todas tus fuerzas- feliz Navidad atrasada, idiota

Me quedé anonadado, Ánica no era así. Bajó unos cuantos escalones y me di cuenta de que no tenía que dejar que se fuera hasta que le explicase lo que ha sucedido; y dejé el regalo en la esquina y bajé también las escaleras, la tomé nuevamente del brazo.
Ella me plantó una bofetada con la mano que tenía libre.

- No –Cortaste-

Tomó ventaja y bajó los escalones rápidamente, la perseguí pero fue más audaz, en el penúltimo escalón me tropecé y caí, mierda. Me levanté rápidamente y salí del edificio, Cler la recepcionista me miró espantada cuando salí demasiado rápido. Busqué con la mirada y vi que en la entrada del estacionamiento, iba Ánica, iba a correr hacia ella cuando veo que tomó un taxi.
Comenzó a llover fuertemente.
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- James... -Dijo Halston al verlo con la mejilla izquierda demasiado roja y marcada, una de las bolsas de la farmacia estaba por romperse de la parte de abajo. Además traía una cajita de regalo, recordó que tú traías la cajita de regalo un rato antes- ¿q-que ha sucedido?
- Nada Halston –Niega y camina a la cocina, pone las bolsas en la barra y luego sale de allí, entrando a su habitación. Ella lo sigue-
- James, ¿no me dirás qué te sucede? –Pregunta detrás de él y James se sienta en la cama, con la cajita en manos. Ella toma pomada para ponérsela en la mejilla a él- ¿por qué tienes la mejilla roja? ¿quién te pegó?
- ¡Mierda Halston, nada, no ha sucedido nada! –Grita, levantándose. Espantándola ella se encogió al escucharlo, y ver que estaba lleno de furia-

Narra James:
Por más que yo haya sido quien la cagó, Halston no tiene la culpa de nada. Y ella siempre está para mí, apoyándome en todo. No tuve porqué gritarle. Suspiré y tomé su mano.

- Lo siento Hals –Niega cerrando los ojos- quiero contarte pero déjame solo por un rato, ¿sí?
- ¿Todo bien James? –Le mira y él asiente con una sonrisa triste-
- Sí, al rato hablamos

Ella abrió el frasco de pomada con un fuerte olor a menta o yerbabuena, no pude definirlo bien. Tomó un poco con sus dedos y lo puso en mi mejilla, que me picaba horrible. Ánica no tenía la mano pesada pero estaba demasiado furiosa y decepcionada.
Necesito ir a verla en cuanto pueda, o buscarla. Algo, no quiero que esto me aleje de ella; aunque nunca dejaría a David. Pero necesito que ella comprenda mi situación.
En verdad la quiero.

Me Enamore De Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora