Lunes 15 de agosto de 2016.

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Narra Ánica:

En efecto, me llamaron la atención por haber llegado tarde. Pero no es mi culpa, yo no me levanté y me puse kilos y kilos de maquillaje para verme bien e impresionar a todos cuando llegara al instituto, ni me tardé mucho en desayunar. Simplemente tuve mala suerte cuando iba a tomar el autobús, eso es todo.

Pero gracias a Dios, la maestra que me tocó era genial; primer día de pasantías y ya le entiendo a química. Aleluya.

Terminando la clase, fui a mi casillero a dejar la libreta y mi estuche; así ya no tendría que cargarla por una semana. Cuando abrí el casillero, vi un sobre con un papelito y $200.00 dólares... Realmente me puse feliz pero, estaba más sorprendida; digo, ¿quién tiene tanto dinero para regalarlo? Sé que Luke tiene un poco pero sabría que fue regalo de él si en el papelito dijera su nombre o sus iniciales. Aparte, Luke no tiene una ortografía perfecta, a veces se le van los acentos y él no escribe con puntos en la ''i''.

Pero, estoy agradecida... espero que, la persona que me dejó este dinero, le vaya bien. Aunque realmente no sé por qué lo hizo.

Tomaría la mitad para la semana que vendré aquí, para trasladarme y comprar el almuerzo y también para nuevamente recargar los datos móviles de mi celular, así no le pido nada a mi hermano Raymond. Lo demás se lo daría a mi madre para la comida de toda la semana, y así no se desespere.

- Hola de nuevo, Ánica... -Llega James por detrás y te susurra-

- Profesor Maslow, hola –Saludas y ambos caminan hacia la cafetería-

- ¿Cómo te fue? ¿Ya le entiendes a química?

- Sí, afortunadamente –Sonríes- por lo visto la semana se me pasará volando, gracias al cielo

- Me alegro...

Narra James:

¿Cómo iba a alegrarme? Yo no espero eso, yo quiero que cada almuerzo, cada saludo y cada despedida con Ánica, duren y pueda disfrutarlo. Dios, es tan bonita.

Me habría gustado pasar un brazo por su hombro mientras vamos caminando juntos; pero sé que se pondrá incómoda. Además, estamos en el instituto y muchas chicas le echarían pleito y se haría un chisme. No quiero eso, ¡ah, pero cómo deseo abrazarla!

Entramos a la cafetería y vi que algunas chicas me miraban coquetas, y otras fulminaban a Ánica. Tranquilas chicas, ella, sin tener que hacer circo, maroma y teatro, llama mi atención. Mientras que ustedes, hacen hasta lo imposible, y no pueden.

- ¿Qué te gustaría almorzar? –Pregunta James mientras miran el menú-

- Dios, se antoja la gelatina de cereza –Mencionas mientras mirabas una charola de gelatina, con un intenso color rojo y un dulce aroma a cereza-

Pagué su almuerzo, algo que unas cuantas chicas envidiaron. Nos fuimos a sentar a la mesa más alejada. Lo bueno de esto, era que de toda la gran cafetería, sólo se ocupaban como la mitad de las mesas.

Comencé a platicar con Ánica, era una chica muy interesante. Para pronto, y para mi mala suerte, seis chicas fueron a nuestra mesa a sentarse con nosotros; ¡Y tan bien que la estaba pasando, muchachitas precoces!

Pero no podía odiarlas, eran unas lindas chicas. Además, no se me andaban encimando o iban vestidas descaradamente. Pero entiendan, quiero pasar un rato con Ánica.

Me Enamore De Mi ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora