Sus besos

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...La mañana siguiente de la pijamada que en realidad jamás se llevó a cabo, Em y Mila se levantaron muy temprano, prepararon café y se sentaron en el jardín.

-Milita... aún no me has contado nada de lo que pasó anoche con Jonás. -Insinuó Emery sonriendo pícaramente mientras bebía su café.

-Pues, nada... no pasó nada, solo charlamos y ya... -Respondió Mila poniendo los ojos en blanco. Em rió sabiendo que su amiga mentía. O sea, estaba con Jonás ¿y solo charlaron? ¡Claro! Y Em no los conocía...

-Mila, por favor... estamos grandes... -Aludió Emery y ambas estallaron en carcajadas.

-¡Ok, está bien! Me dijo que le gusto hace mucho y... que cree que está enamorado de mi y... ¡Cielos! Nos besamos y fue grandioso... he esperado desde los doce ese beso.- Expresó Mila feliz. -Quedamos en que nos daremos una oportunidad. -Prosiguió.

-¿Hablas en serio? ¡Esto es grandioso! Jonás debe de estar feliz. -Exclamó Emery con una gigantezca sonrisa mientras se levantó del sillón inconcientemente. Estaba muy contenta de que sus amigos se den una oportunidad. Por su parte, Mila tenía una duda ¿cómo Em sabía que Jonás estaba feliz? No lo sabía pero no iba a quedarse con la duda.

-¿Y tú como sabes que él está feliz? ¿Acaso tú sabías algo antes que yo? -Inquirió Mila. En ese momento Emery dejó de sonreir y volvió a sentarse.

-No... claro que no sabía nada, solo que... lo supuse. O sea, por lo que tú me dijiste que está enamorado de ti y eso, supuse que él está muy feliz. -Mintió Em.

-Ok... -Musitó Mila creyéndole. -Pero tú tampoco me has contado nada, Emery... Estabas muy entretenida con mi hermano anoche, digo, por cómo se besaban. -Refutó Mila audazmente.

-...Bien; supongo que si no te lo cuento yo, él lo hará de todos modos. -Contestó Emery.

-Igual, quiero ambas versiones así que habla. -Ordenó Mila tratando de mantenerse seria y autoritaria, pero volvieron a reír locamente.

-Está bien... Después del beso de aquí afuera, fuimos a la cocina y... perdí la cuenta de las veces que nos hemos besado. -Musitó Em sonriendo como una gran idiota. -Y hoy saldré con él... -Prosiguió.

-¡Fabuloso! Emery, yo veo que mi hermano está loco por tí. -Alegó Mila sonriente.

-¿Escuché mal o hablan de mi? -Inquirió Eric que acababa de llegar imprevistamente al jardín.

-No eres el único hermano que tengo. -Respondió Mila.

La presencia de Eric incomodaba a Em. Al verlo recordaba todo lo sucedido anteriormente y se sonrojaba. Creyó que ya debía irse, no estaba tranquila allí y si tardaba más, Marian se lo reprocharía, prefería evitar problemas.

-Yo, ya me voy. Mi madre debe de estar preocupa porque aún no he ido a casa. -Insinuó Emery levatándose nuevamente del sillón.

-Yo te llevo, Em. Solo espera un momento a que me cambie y nos vamos. -Refutó Mila. Emery asintió con la cabeza.

-Mejor te llevo yo, tengo que salir y no me cuesta nada llevarte. Además hasta que Mila se cambie, llegarás tarde. -Alegó Eric.

-¡No te molestes! Esperaré a Mila. Tú ve tranquilo. -Respondió Em tratando de evitar un rato a solas con él.

-Aguarda, creo que Eric tiene razón, hasta que yo me cambie y todo; se te hará tarde, mejor ve con él. -Dijo Mila. Em la fulminó con la mirada sabiendo que lo decía a propósito, con tal de dejarla sola con Eric.

-A mi no me molesta llevarte. -Sonrió Eric. Bien Em podría haberse tomado un taxi, pero allí rara vez pasaba uno y llegaría aún más tarde a su casa. Así que aceptó la propuesta de sus amigos.

Celoso CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora