Sigamos... a escondidas...

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(Sigue Emery)

...Y era Eric... Al principio me quedé inmóvil, pero en cuanto reaccioné intenté cerrar la puerta, aunque fue inutil porque mi fuerza comparada a la de él no era nada, y terminó abriéndola hasta estar dentro y entonces sí la cerró.

-Emery, tenemos que hablar... -Fue lo primero que dijo.

Su voz... llevaba muchos días sin oírla... la extrañaba, extrañaba escuchar mi nombre en sus labios.

Esta vez sentí cosas diferentes, me gustaba que esté ahí conmigo, quería abrazarlo y a la vez salir corriendo.

-Recién ahora quieres hablar... ¡Mejor vete, Eric! ¡Vete! -Exclamé empujándolo. -¡Quiero que te vayas y no vuelvas a buscarme! Ve y sé feliz con tu mujer. -Proseguí sin dejar de empujarlo hacia la puerta.

-¡Emery, cálmate! -Aludió aprisionándome en sus brazos. Forcejeé para que me soltara, pero no lo hizo y terminé rendida en sus brazos, lo abracé y lloré como una estúpida. Lo cierto es que necesitaba abrazarlo. -Em... no llores, no me gusta verte mal, mucho menos llorando. -Murmuró abrazándome más fuerte.

-Eso no te importó cuando te fuiste con Aixa. -Le reclamé apartándome de él. Estaba enojada y celosa, aunque odie admitirlo.

-Déjame explicarte... -Refutó deteniéndome de una mano.

-Eric, lo sé todo. -Respondí girando hacia él. Se quedó sorprendido. -Mila y Cibele me contaron todo. ¿Y sabes qué? Lo que más me duele es que me hayas hecho esperar como una estúpida y no me hayas avisado nada de lo que estaba pasando. Encima ni siquiera fuiste capaz de buscarme después. -Expresé llorando.

-Em, lo siento. Iba a hacerlo, pero no sabía qué iba a decirte, aún si lo hacía o no... iba a perderte... Sabes que estoy con ella por obligación, mientras se repone. He venido a buscarte con la esperanza de que podamos arreglar todo esto. -Explicó Eric mirándome fijamente a los ojos. Sé que no mentía, su mirada era sincera.

-...Arreglar todo esto... ¿para qué? ¿Para esperarte un tiempo incierto mientras aparentan ser una pareja feliz? Eric, yo no puedo verte con ella, simplemente no lo soporto. Vete... dejemos todo como está. -Expresé cabizbaja. Él se cruzó de brazos.

-Yo no me voy de aquí hasta que lleguemos a un acuerdo. -Alegó.

-¡Por favor, Eric! ¿A dónde quieres llegar? -Inquirí indignada.

-Bien lo dije, a un acuerdo. -Me contestó.

-¿Qué acuerdo? -Le volví a preguntar.

-Sigamos juntos, Emery. Veámonos a escondidas. Sabes perfectamente que te amo a ti y no puedo, no quiero estar sin ti... Nuestro amor no tiene por qué ser víctima de la maldad de los demás. -Explicó caminando hacia mi para abrazarme por la cintura. Sus palabras me desconcertaron totalmente, me esperaba cualquier cosa, menos lo que dijo... ¡Dios! No sabía qué decirle, nos miramos unos segundos, él secó mis lágrimas con sus dedos y me sonrió. Mi corazón repicó fuertemente en ese momento y le hubiese dicho que sí, que nos veamos a escondidas, pero mi mente era superior y me dijo "Dile que no" y eso fue lo que hice.

-No, Eric. No. Tienes razón, nuestro amor no tiene por qué ser víctima de la maldad de otros, pero eso no significa que tengamos que andar clandestinamente. No haré eso. -Aludí separándome de él para darle la espalda.

-¿Ah no? -Insinuó caminando hacia el balcón de la habitación, abrió las puertas y giró a mirarme, sonrió y se sentó en las barandas del balcón. -¿Y ahora me vas a seguir diciendo que no? -Inquirió mirándome.

-¡Eric, estás loco! ¡Sal de ahí! ¡Te puedes resbalar y vas a caer! -Le grité llendo hasta él.

-Haces un paso más y te juro que me cuelgo de aquí. -Amenazó alzando la voz. Me detuve, ya estaba asustada.

-¡Sal de ahí, por favor, puedes caerte y de que te mueres es seguro! -Exclamé con cara de espanto.

-No creo que te importe si me muero, si no quieres seguir conmigo es porque no me amas, y si no me amas ya no quiero vivir. -Insinuó colgándose con ambas manos, lo cual provocó que gritara espantosamente.

-¡Eric, ven aquí! -Grité comenzando a llorar nuevamente.

-Solo si me dices que me amas y que vas a volver conmigo. -Respondió.

-¡Yo te amo! Pero no puedo volver contigo. -Respondí entre el llanto.

-Pues no me sirve de nada que me ames y no estés conmigo. -Refutó soltándose de una mano.

-¡Sí, Eric, sí! ¡Te amo y voy a volver contigo! ¡Ahora sube por favor! ¡Sube! -Grité aterroriza mientras fui hasta él y lo tomé por la mano que se había soltado.
Eric sonrió plácidamente y lo ayudé a subir, cuando ya estuvo de pie me besó inesperadamente, me dejé llevar... extrañaba sus labios, sus besos, ese característico sabor mentolado de ellos. Hasta que reaccioné ¿Qué hacía? Casi me había hecho morir de un infarto con sus estupideces, se merecía una paliza y no un beso. Me separé de él y le di una bofetada.

-¿Cómo pudiste chantagearme así? ¡Casi me muero del susto! ¿Te imaginas lo que hubiese pasado si caías? -Le reclamé enojada.

-Hubiese muerto. -Me respondió resfregándose la cara por el golpe.

-¡Eres un idiota! -Exclamé.

-Pero me amas, amas a este idiota. -Refutó sonriendo. Volteé para irme pero él me tomó de una mano y me empujó bruscamente hacia él, haciendo que quedemos muy cerquita. -Y yo también te amo. -Murmuró y volvió a besarme. Era inevitable dejarme llevar, rodeé su cuello, él se aferró a mi cintura, nos besamos apasionadamente. Sus manos bajaron hasta estrujar mis glúteos y yo acariciaba, revolvía y halaba su cabello. Mordió mis labios y le devolví el gesto.

Nos separamos para poder respirar. Él sonrió mirándome fijamente y se fue de allí sin decir absolutamente nada, solo caminó hasta la puerta, la abrió y se fue no sin antes volver a cerrarla. Quedé "¡wau!" por ese beso que acabábamos de darnos. Me encantó y a la vez me intimidó, nunca antes nos habíamos besado así, con tantas ganas, aunque era entendible, éramos un par de personas que se amaban y fueron separadas sin consentimiento... nos extrañábamos mucho.

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Hola! No quiero sonar egoísta pero me gustó este cap!😏🙈💕 Espero que también os guste!

Gracias por leer!

Bye!😘

Celoso CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora