(Sigue Eric)
...Nuestros besos se tornaban cada vez más apasionados. Todo fue aumentando de intensidad. Mi cuerpo me pedía el suyo, quería tenerla completamente en ese preciso instante. Quería quitarle la poca ropa que llevaba y admirar su desnudez, acariciarla, recorrerla, besarla, amarla.
Nos separamos un momento sólo para quitarle el vestido. Ella me sacó la playera y volvimos a unir nuestros cuerpos desesperados; nos tumbamos en la cama hasta quedar yo encima de ella...
Emery:
...Cuando estuvo encima de mí, acarició una de mis piernas hasta mi muslo, el cual levantó a un lado de una de sus piernas. En ese momento pude sentir su erección sobre mi feminidad a través de la tela del traje de baño. Se me escapó un gemido inconscientemente, lo cierto es que él había logrado excitarme como nunca lo había hecho. Se puso más loco de lo que estaba, una de sus manos me subió la parte superior del bikini y masajeó mis senos con una mezcla de suavidad y violencia que me volvió loca.
Nuevamente pegó sus labios a los míos mientras seguía acariciando mis senos con una mano. Los besos bajaron hasta mi cuello y terminó por acercarse a mi oído, nuetras respiraciones estaban bastante agitadas.
-Joder, Emery... no quiero hacer esto así, dime que me detenga, por favor, no podré parar si no me dices nada ¡pídeme que pare ahora! -Susurró mordiendo suavemente mi oreja. Haría lo que me pedía pero ¿quería que se detenga ahora? ¡No! Todo mi ser me pedía seguir. En respuesta busqué sus labios y lo besé mordiéndolo. -Mi amor, esto no está bien... -Murmuró segundos después apartándose de mi; se sentó en una orilla de la cama y se puso una almohada encima del pantalón, justo sobre su masculinidad. -¡Mierda...! -Exclamó.
Acomodé mi ropa y me acerqué a él. Coloqué una de mis manos sobre su hombro.
-Eric... -Musité, no me salió otra palabra.
-Lo siento, Em... por hacer todo esto... y no corresponderte. -Expresó tomando mi mano. Me senté a su lado y me abrazó refugiándome en su pecho. -No quiero hacer "esto" así... No quiero que sientas que te estoy usando mientras estoy con Aixa. De verdad, perdóname... -Prosiguió besando mi frente.
-Está bien... no te disculpes, te entiendo. -Le respondí. Era muy tierno lo que me había dicho, me hubiese gustado estar con él, pero también me gustó su actitud.
-De todos modos me gustaría que te quedes aquí hoy... me has hecho mucha falta todo este tiempo que no estuvimos juntos. -Insinuó sonriendo tristemente. Él también me hizo mucha falta a mí.
-¿Y si viene Aixa? -Le pregunté.
-No te preocupes que eso no va a pasar. -Alegó levantándose a ponerle seguro a la puerta. Sonreí.
-¡Estás loco! -Reí.
-Sí, pero por ti... -Respondió abrazándome.
Nos acostamos y me aprisionó en sus brazos... Quizá no había nada más lindo que eso, estar entre los brazos del hombre que más amaba en el mundo. Muchos pensamientos pasaban por mi mente, como el qué se sentirá despertar a su lado cada mañana, preparar su desayuno, acomodar su corbata y que se despida con un beso antes de ir a trabajar, esperarlo con una exquisita comida a la vuelta, ser su mujer y hacerlo feliz... era un sueño demasiado lindo como para que se cumpliera, eso no iba a pasar, él tenía su mujer y yo... yo debía seguir mi camino; éramos las personas correctas en un momento equivocado y eso no iba a cambiar. Mi vida siempre fue una desgracia y ahora comenzaba a mejorar, quizá podía llegar a tenerlo todo, menos a él, no se puede andar bien en todo.
-¿Qué piensas? -Me preguntó besando mi mejilla. Sonrió.
-En muchas cosas... no quiero hablar de eso. -Respondí.
-¿Y de qué sí quieres hablar? -Inquirió nuevamente. Sonreí.
-De nada, sólo quiero que me abraces. -Murmuré dándole yo esta vez un beso en la mejilla. Entonces me abrazó y se refugió en mi cuello depositando un beso en él. Estuvimos así largo rato, disfrutábamos tanto nuestros momentos de locura como los más calmos.
Pronto quedamos dormidos.
Horas después...
El sonido de la alarma de mi celular nos despertó. Nos miramos y sonreímos, el sólo hecho de haber despertado a su lado ya había alegrado mi mañana.
No estuvimos mucho tiempo juntos, compartimos un café, un par de besos y abrazos y después me fui de su habitación.
En cuanto estuve en mi cuarto, me llegó un mensaje de Mila para desayunar juntas, quedamos en encontrarnos en unos minutos en el restaurant del hotel.
Dejé el celular en la cama, busqué ropa y me metí a bañar. El agua tibia recorriendo mi cuerpo me recordaba las manos de Eric acariciandome la noche anterior. Nunca antes había sentido algo así, que me quemaba la piel y la sangre y me hacía perder el control, si él no se hubiese detenido, yo tampoco lo hubiese hecho.
Minutos después en el restaurant del hotel...
-Me debes una explicación sobre lo de anoche. Por cierto, te disculpé con Tommy porque estaba preocupado el pobre. -Insinuó Mila.
-¡Ay no...! Ni siquiera me acordé de él... debe estar molesto porque lo dejé sólo... me siento una mala persona. -Me lamenté, apenas conocía a Thomas y ya había quedado mal con él.
-Pues... me dijo que te de su número por si alguna vez lo necesitas. -Alegó Mila dándome una tarjeta que decía "Thomas Marty Personal Trainer" junto a su número de celular. Me lo hubiese imaginado en cualquier profesión, menos de Personal Trainer.
-Gracias... -Aludí. Mi amiga volvió a insistir en que le contara todo lo que sucedió con su hermano y sin darle tantos detalles se lo conté.
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Holiwis! Otro cap! Espero que os guste!Gracias por leer!
Bye! 😘
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Celoso Corazón
Teen FictionEmery O' Pry es una joven con un pasado deplorable. A sus veinte años, en un intento de mejorar su vida conoce a Mila Gianevich, quien se convierte en su mejor amiga y la conduce a encontrar al amor de su vida, Eric con quien vive un amor clandestin...