¿Una nueva Em?

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(Sigue Emery):

Después de desayunar con mi amiga, quedamos en ir a la playa, así que le dije que iría por un traje de baño y nos encontraríamos en unos minutos en la sala principal del hotel.

Camino a mi habitación me encontré a Aixa, quien automáticamente me tomó por el cabello ¡qué le pasaba!

-¡Estás loca, Aixa! ¡Suéltame ya! -Ordené, en cambio me haló más fuerte y no lo soporté, enredé una de mis piernas con las suyas y la tiré al suelo. -A mi no me vuelves a tocar. -Advertí. Ella se levantó.

-Eres una maldita perra, Emery. Eres una roba maridos. Debería darte vergüenza haber destruido mi familia. -Reclamó.

-¡Cállate! -Grité. Había gente cerca y no quería armar un escándalo. Al parecer se había enterado de lo que pasaba entre Eric y yo, pero si me iba a enfrentar, lo hubiese hecho a solas y no en un lugar donde la gente nos escuchaba.

-¡No! ¡No me callo una mierda! Es que, te miro y no entiendo qué pudo ver mi marido en tí, si no eres más que una muerta de hambre, una tipa tan corriente y fracasada... -Seguía insultándome; cada palabra que decía me recordaba a las humillaciones de mi madre, las cuales soporté muchos años... No iba a permitir que Aixa dijera una sola palabra más. Le dí una bofetada que le hizo correr la cara hacia un lado, una bofetada que no se iba a olvidar en su vida.

-Te dije que te callaras, Aixa. Y para que entiendas de una vez por todas, yo no arruiné ninguna familia, porque entre Eric y tú nunca existió. Sé perfectamente todo lo que le hiciste a él y a Ethan, y ahora quieres arreglar todo. ¿Creíste que chantageando a Eric con tu "depresión", iba a volver contigo? ¿Que te iba a amar? No. Porque aunque te duela y moleste, tu "marido" me ama a mi, como nunca amará a nadie más. -Expresé riéndome. -Ahí te quedas con la consecuencia de tus actos. -Proseguí lléndome de allí. No podía quitarme la sonrisa, es que sentía que me había sacado un gran peso de encima. Y así estuve un largo rato, hasta que volví a recordar todas las humillaciones de mi vida, y lo ingenua e indefensa que era. Sí que la había pasado mal... pero eso ya era pasado. En ese momento me prometí a mi misma que más nadie volvería a pisotearme ni maltratarme más. Estaba bastante grande para no darme a respetar... debía dejar de ser tan boba.

El sonido de alguien tocando mi puerta me sacó de mis pensamientos.

-¿Quién es? -Pregunté.

-Eric. -Me respondió. Fui a abrir, se veía preocupado. Le dije que pasara y cerré la puerta. -Em, tenemos que hablar. -Insinuó.

-Si es sobre Aixa, créeme que ya me topé con ella. -Reí irónicamente. Eric estaba pálido. -Pero despreocúpate, que ya la puse en su lugar. Ahora dime, cómo supo lo de nosotros. -Proseguí.

-Nos vio entrar a mi cuarto anoche; y hoy en la mañana me armó un lío bárbaro. Me hartó y le dije todo, lo siento pero no la soporto más, Em. Ya no me importa ni su enfermedad, hablaré con sus padres y que la internen en un centro de rehabilitación. -Alegó. Ciertamente yo estaba segura que lo de su enfermedad no era más que un chantage, pero era mejor no decir nada.

-Sabes... ahora que ella sabe todo yo siento que me quité un peso de encima. Y sonará malvado, pero qué suerte que nos haya visto. -Reí y él también lo hizo. Se acercó a mi y me abrazó por la cintura.

-Tienes razón... Em... yo... quiero terminar todo con ella de una vez y empezar de nuevo contigo... ¿qué piensas? -Preguntó. Pero no le respondí nada porque alguien tocó la puerta.

-¿Quién es? -Pregunté.

-Mila. -Respondió. Fui a abrir, le dije que pasara y volví a cerrar. -Ya veo por qué me dejaste plantada. -Insinuó sonriendo mientras me fulminó con la mirada. -Si quieren los dejo y vuelvo en otro momento. -Prosiguió.

-No, Mila. Quédate, yo ya me iba. -Aludió Eric. -Nos vemos luego. -Me susurró al oído y se fue.

Mila y yo decidimos quedarnos en mi habitación hablando sobre lo que había pasado, ambas coincidimos en que era mejor que Aixa ya estuviera enterada de todo.

Fui a pedir que nos subieran algo para almorzar cuando llegó un mensaje a mi celular. Le dije a Mila que contestara.

-¿Quién era? -Le pregunté en cuanto volví.

-Eric. Dijo que hoy hay un concierto de Maná y que si quieres ir con él. -Me respondió Mila.

-¿Y qué le dijiste? -Inquirí nuevamente.

-Que si, que estarías encantada de ir, y me respondió que a las nueve es el concierto y que a las ocho pasa por ti. -Alegó de lo más tranquila. Quería matarla.

-¡No pudiste! ¿Tú que sabes si quiero ir? -Refuté fulminándola con la mirada. Ella rió a carcajadas.

-Como si yo no supiera que te mueres por ir y estar con él. Debes ir y disfrutar, Em. -Aludió sonriendo.

-Y si voy, ¿qué me pongo? -Pregunté. ¡Ha! La gran incógnita de toda mujer. Mila pensó por unos instantes. Pronto se levantó del sillón en el que estaba sentada y fue hacia mi guardarropas; revolvió un poco y sacó un mini vestido de estilo rockero y unos zapatos con tachas de plataforma entera.

-Listo. Maná tiene un estilo pop-rock ¡así que este outfit te vendrá súper bien! -Aclaró Mila dando un pequeño saltito de emoción. Yo estaba sorprendida, es que ¿cuando había comprado eso?

Horas después...

Mila me ayudó a prepararme para el concierto. Me maquilló y marcó ondas en mi cabello. Nuevamente creo que estaba irreconocible, mi amiga era mágica como asesora de imagen.

Alguien tocó la puerta.

-Debe ser Eric. -Insinuó Mila.

-No creo... aún faltan unos cuántos minutos para las ocho. -Respondí.

-Me juego a que es él, así que yo voy al baño. Tu ve tranquila que yo después cierro. -Alegó refiriéndose a mi habitación. -¡Ah! Y muchísima suerte, amiga, espero que sea una de sus mejores noches, esta ciudad es mágica, disfruten. -Prosiguió abrazándome. Adoraba sus abrazos porque eran de los más sinceros. -Bueno, ya no estorbo más. -Susurró metiéndose en el baño, no sin antes que yo le agradeciera por toda su ayuda.

Ahora sí, respiré profundamente y fui a abrir la puerta. Y sí... era Eric, y estaba de lo más informal y hermoso...

-Dios... estás tan hermosa... -Respiró profundamente y sonrió.

-Gracias. Lo mismo digo de ti, en realidad siempre lo eres. -Respondí también sonriendo.

-¡Lo sabía, pero gracias! -Presumió y reímos al mismo tiempo. -¿Nos vamos, señorita? -Preguntó estrechándome su mano.

-Vamos. -Contesté tomándole la mano. Amaba eso... se sentía jodidamente bonito.

De camino a su auto (el que alquiló) pude ver la cara de estúpido sonriente que traía... cuánto me encantaba; todos dicen que con el tiempo el amor se termina, pero cada vez que recuerdo la primera vez que lo vi, los momentos juntos y lo mágico que fue todo, me atrevo a decir que eso no siempre es cierto, cuando se quiere de verdad, no importa el tiempo que pase, uno sigue amando... y estoy segura que amaré por siempre a este estúpido...

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Hola! Un cap más después de tanto tiempo...

Espero que les guste manga de ortivas!

Gracias por leer! 💕

Bye!😘

Celoso CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora