¡Pide un deseo!

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Habían pasado tres semanas de aquella fiesta en casa de Mila. Em y Eric no se habían vuelto a ver, aunque ambos deseaban volver a hacerlo.

La situación de Emery y su madre seguía igual, Marian controlaba todos los movimiento de su hija, por lo cual terminaban discutiendo; y como siempre, Em se llevaba un par de golpes por parte de su madre. Sentía que cada vez aguantaba menos, era bastante mayorcita como para que la estén maltratando, además siempre había sido muy culta y decente como para que Marian la trate de lo contrario. Lo único que quería era salir de allí, y creía que cada vez faltaba menos para eso. Si antes tenía la cobardía para no irse, ahora aprendió que los golpes la fortalecieron y le dieron la valentía que necesitaba para vivir sola.

Era un viernes casi de noche. Emery le cambiaba de ropa a un maniquí de la vidriera cuando escuchó que alguien abrió la puerta del local. Le restó importancia, pues Mila sabía que ella estaba ocupada y de seguro vendría a atender al cliente.

-Qué chica más linda que venden aquí... -Susurró alguien en su oído. Se exaltó, aunque recordaba perfectamente esa voz.

-¡Me asustaste! -Aludió Em riendo mientras sus ojos se encontraban con los de Eric.

-Lo siento, no fue mi intención. -Se disculpó él con una tierna sonrisa. -¿Cómo has estado? -Preguntó.

-¡Bien! ¿Y tú? -Respondió ella mientras acomodaba el maniquí en la vidriera.

-Pues, bien... -Le contestó él mirándola con cara de idiota. "Siempre tan hermosa" Pensó mientras suspiró profundamente.

-Supongo que buscas a Mila. Está en el cuarto de allá atrás, si quieres pasar. -Alegó Em.

-En realidad te busco a ti... -Le dijo él sin más rodeos. El corazón de Emery repicó fuertemente y una electricidad recorrió su vientre.

-¿A mi? -Inquirió ella acercándose a él.

-Si... quiero invitarte a salir. -Insinuó Eric, sintió que su corazón se detuvo por el miedo a ser rechazado.

-Me encantaría... -Murmuró sonriente, estaba feliz. En ese momento a Eric le volvió el alma al cuerpo y sonrió contento.

-Le pediré tu dirección a Mila y pasaré por ti mañana a las nueve. ¿Te parece? -Alegó él.

-¡Perfecto! -Contestó ella.

-Gracias... hasta mañana entonces. -Musitó Eric dándole un beso en ls mejilla a Em, quien se estremeció por completo y sonrió como una gran idiota.

-Hasta mañana. -Murmuró ella. Entonces él se fue.

Minutos después apareció Mila y le propuso a Em hacer una pijamada en su casa, ya que era viernes y sus padres estaban de viaje. A Emery le agradaba la idea, pero Marian no la dejaría ir si Mila no iba con ella y le pedía permiso, así que después de cerrar la boutque, ambas fueron a la casa de Em.

Marian se encontraba preparando la cena cuando Emery y Mila llegaron.

-Buenas noches, mamá. -Saludó Em.

-¿Cómo le va, señora? -Saludó Mila.

-Buenas noches, chicas... -Respondió Marian con una sonrisa, al parecer estaba de buen humor, además de que Mila le caía bien y cada vez que iba a la casa, la recibía muy bien. -Espero que se queden a cenar. -Prosiguió.

-Es usted muy amable, Marian; pero lo cierto es que yo he venido a pedirle permiso para que Emery se quede a dormir en mi casa esta noche. Mis padres no están y no me agrada estar tan sola. -Expresó Mila.

-Bien... Emery puede ir siempre y cuando se comporte. Además, tengo guardia hoy y nunca me gustó que mi hija se quede sola. -Aludió Marian. Em estaba sorprendida ¿Así de fácil me dejó ir? Definitivamente no entiendo a mi madre, a veces es muy dura conmigo, en cambio otras es muy dócil... Pensó.

-Muchas gracias. -Alegaron Mila y Em al unísono. Marian solo sonrió y siguió cocinando.

Emery fue por algo de ropa y cosas que le harían falta. Después se fueron, no sin antes despedirse de Marian.

Ya en la mansión Gianevich, las chicas se colocaron sus trajes de baño y corrieron hacia la alberca con la intensión de nadar un rato, pero en cuanto llegaron vieron que Milán y Jonás les habían ganado de mano.

-Chicos ¿no se podían meter antes? -Protestó Mila.

-Lo siento, hermanita. Pero estamos en plena previa de pijamada de verano. -Refutó Milán.

-Nosotras también haremos pijamada. -Insinuó Em.

-Mejor salgan y tomamos un par de faros. -Aludió Mila.

-¡Hecho! -Exclamaron Milán y Jonás al unísono.

Los mellizos fueron por las cervezas y algunos bocadillos, mientras que Em y Jonás quedaron charlando.

-Em, si te pido que me ayudes con Mila ¿lo harías? -Inquirió Jonás. Emery sonrió.

-Pues, no diré mucho, pero no hace falta que te ayude. Lo único que te falta es que te le declares y listo. Hoy es una bonita noche para que lo hagas. -Expresó ella.

-Ok... pero prométeme que vas a ayudarme a idear un plan para llevármela a solas. -Alegó él.

-Cuenta conmigo. -Respondió ella y se chocaron las manos.

-Desde ya, muchas gracias. -Aludió él con una gran sonrisa.

Los mellizos volvieron y todos se sentaron en ronda. Comenzaron a comer, beber y a charlar. Em se lo estaba pasando de maravillas cuando Eric apareció por donde ellos.

-¡Emery! No sabía que venías. -Aludió Eric con una gran sonrisa.

-Surgió una pijamada espontánea. -Respondió Em.

-De seguro venías a nadar, pero siéntate un rato con nosotros. -Insinuó Mila notando que su amiga comenzaba a ponerse nerviosa. -Siéntate aquí. -Prosiguió haciendo espacio entre Em y ella para que su hermano se siente allí.

-Lo siento, pero no quiero incomodar. Además ya estoy grande para esto. -Se excusó él.

-¡No incomodas para nada y tampoco estás tan grande! Siéntate. -Insistió Mila. Entonces Eric se sentó y Emery le lanzó una mirada de "Me las vas a pagar" a su amiga, quien sonrió pícaramente.

Mientras los demás charlaban, bebían y comían, Emery observaba detenidamente a Eric. Su torso desnudo dejaba a la vista unos abdominales, pectorales y brazos bien marcados y de apariencia duros. Ese hombre le fascinaba. Sus ojos seguían la perfecta forma de los labios de él cada vez que hablaba o sonreía... parecían una fruta jugosa y carnosa, la cual le encantaría probar, morder, saborear... ¡Estás llendo lejos, Emery! ¡Reacciona! Le gritó su subconciente. Levantó sus ojos al cielo para distraerse cuando vio una estrella fugaz. ¡Pide un deseo! Pensó. Sonrió y en silencio pidió su deseo.

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Hola!! Prometo que el próximo cap será un poquito más interesante.😏

Arriba una foto de Jonás (Leonel Mangieri)😍

Gracias por leer!!😄

Saludos y besos!!😘

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