A la Práctica

13 1 0
                                    

Me habia despertado con un dolor de cabeza terrible, recordaba muy poco de lo que me había pasado, pero si recordaba lo de la policia, del híbrido que volaba y mi primer beso; eso si que me daba asco sin duda.

Me levanté y me lavé la cara y luego fui a la cocina. Mi mamá estaba ahi sentada en la mesada, toda golpeada y llorando. Yo preocupado no dije nada y le traje hielo lo mas rápido que pude, en mi infinita torpeza me tropecé en frente de ella y empezó a reir, supongo que algo había hecho bien después de todo.

-Jaja, gracias hijo- dijo mi mamá con una voz entrecortada por el llanto.

-¿Qué te ha pasado que estas toda golpeada?- pregunté preocupado -¿Quién te hizo esto?-.

-No es nada hijo, me encuentro bien-.

-No, no lo estás- le dije al ver que sus dos ojos estaban demasiado inchados y violetas.

-Hijo en serio no es nad...- dijo mi mamá cuando de la nada fue interrumpido por el timbre. Fui a abrir y era Jesús que habia venido a saludarme.

-Diego, alta noche la de anoche- me dijo riéndose.

-Si ya, estoy cuidando a mi mamá. No es buen momen...-

No me dejo ni terminar, él ya estaba entrando a ver como estaba mi mamá y así como entró, salió y me agarró con el y salimos a la calle.

-¿Qué mierda te pasa Jesús? Estás como loco- le dije mientras me estaba agarrando del brazo arrastrando a toda velocidad por la cuadra.

-Vamos al bloque 9 a encargarnos de un idiota- dijo soltándome el brazo y empezando a caminar mas rápido y acelerado.

Cada distrito tenía 10 bloques donde se concentraban distintas cosas, yo vivía en el bloque 3 donde estaba una pandilla llamada X-Class que estaban en decadencia pero que en un momento fueron bastante influyentes. El bloque 9 era reconocido por tener uno de los mercados de droga mas grandes de Capitol, era muy peligroso estar ahí mucho tiempo.

Yo estaba algo con miedo y le pregunté a Jesús si había traído la camioneta pero me dijo que se la había sacado su padre para "trabajar".

-¿Tienes miedo? ¿Me estás jodiendo?- Me preguntó con una mueca.

-Si, lo tengo idiota. Nunca pelié en mi vida- le dije defendiéndome.

-Te he visto, has estado yendo a lo de Kyle, para un principiante vas muy bien- me dijo parándose en la calle -Conozco a este tipo, es un cobarde, vamos y nos encargaremos rápido y saldremos ¿Entendido? Esto es por tu mamá, recuérdalo- me dijo dandome una palmada en el brazo.

-Bien, lo haré- le dije sin dudar, lo que me había dicho me había dado mucha mas confianza.

-Confio en ti- me dijo comenzando la marcha de nuevo.

El camino se hizo largo, el distrito era mas grande de lo que parecía. Habíamos caminado unas dos horas y me acordé cuando ibamos con mi abuelo corriendo de un extremo de la estancia a otro solo para divertirnos, esos tiempos se me estaban haciendo cada vez más borrosos en mi mente.

Cuando llegamos al bloque de apartamentos quedé bastante maravillado por lo extenso que era. Eran todos edificios amarronados, con pinta de abandonados y habia una mini plaza en el centro de cada uno junto con muchos pasillos alrededor que llevaban a otros apartamentos, era un laberinto, si te perdías aquí con lo inseguro que era, Dios te bendiga.

-Bien no te pierdas Diego, sígueme y no hagas ninguna estúpidez- me dijo mi amigo

De un momento a otro Jesús empezó a correr y yo lo seguí, primero dio una vuelta a la izquierda, luego a la derecha y después siguió por adelante y giró en diagonal para luego doblar otra vez en la izquierda. Aquí si que era fácil perderse.

Llegamos a un apartamento abandonado y empezamos a subir las escaleras hasta el balcón del tercer piso. De la nada Jesús sacó una gomera de su mochila que tenía un pedazo de binocular atado con cinta y también me dio una bolsa con pelotitas de plomo.

-Ten, tu me darás apoyo aquí si la cosa se vuelve fea- me dijo Jesús justo cuando empezó a bajar las escaleras y comenzaba a dirigirse al apartamento de en frente.

Yo tenía mucha experiencia usando la gomera, asi que no tenia problema en estar aquí, me sentía mas cómodo siendo el "francotirador".

Me puse los auriculares con el MP3 de Jesús para concentrarme y empezé a escuchar "Thunderstruck" de AC/DC.

Jesús entro en el apartamento y en unos pocos segundos había salido con tres tipos y empezaron a pelear, uno lo podía distinguir en la distancia. Era el tipo que estaba con mi mamá cuando llegué a la ciudad por primera vez.

Estiré la banda de goma, pusé una pelotita de plomo, respiré ondo, apunté... y disparé.

Justo en el blanco, en este caso su ojo, eso era por mi madre.

Jesús empezó a luchar con los otros dos y yo seguí disparando en los cuales de los 6 disparos que hice, uno le dio en el amigo de uno, creo que lo había dejado sin dia del padre. El otro le dio en el estómago. El otro le dio en la rodilla del otro tipo haciéndole caer. El otro fallé. El otro en la cabeza y el último para mi desgracia fallé. Aún asi Jesús los noqueó a todos.

Yo estaba festejando cuando Jesús de la nada me grita desde lejos.

-¡¡Cuidado Diego!!-

Me giré y me agarró un tipo y me arrastró junto al pasillo y me tiró por la escalera. Yo entre la adrenalina y el nerviosismo recordé lo que Kyle me habia enseñado, por lo que agarré y lo empujé contra la pared y fui directo a por su cara, entre un par de golpes lo había noqueado, no lo podía creer. Agarré la mochila y bajé con Jesús.

-Salgamos de aquí- me dijo Jesús nervioso y echamos a correr.

En el camino me decía que habiamos llamado la atención de todo el bloque y que era mejor salir de aquí cuanto antes, salimos corriendo y vimos que detras nos estaban empezando a seguir unas motos con unos tipos armados con cadenas largas de metal.

Corrimos y nos metimos en los apartamentos lo mas rápido que pudimos y salimos del otro lado para encontrarnos con más motos.

Corrimos lo más rápido que pudimos y subimos a un auto que estaba todo desgastado y despintado. Cuando entramos nos dimos cuenta que era un HJ-18, una versión anterior de los autos de competición. Empezé a hacerle un puente mientras las motos se nos estaban acercando a toda velocidad.

-Esperemos que funcione- dije concentrado.

-¡Vamos Diego, mierda!- me decía mi amigo apurándome.

-Ya casi- le dije cuando el híbrido arrancó.

Empezamos a salir de ahi a toda velocidad pero las motos nos pisaban los talones.

-Mira esto- dijo Jesús mientras sacaba la gomera.

De la nada, disparó y le dio en la cabeza a uno haciéndole despistar y caer de la moto, luego hizo lo mismo con las otras dos, tenía muy buena puntería sin duda.

Cuando salimos empezamos a reír los dos juntos a carcajadas, había tenido un dia de mucha acción sin duda.

Cuando llegué a casa con Jesús a mi lado, fuimos a hablarle a mi mamá que estaba en la cama.

-Ya no tiene nada de que preocuparse señora- le dijo Jesús muy educadamente a mi madre -No lo podría haber hecho sin la ayuda de su hijo- le aclaró con una sonrisa para luego darme una palmada en la espalda.

-Gracias chicos, se los agradezco- dijo mi madre sacando su cartera y dándonos 30 capitales a cada uno.

Había sido un muy buen día sin duda...

 Historias De Un Hombre En Capitol: Acto 1: RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora