Visita con Prioridad

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Fui a la casa de Jesús en el Distrito 14 lo más rápido que pude. Ese lugar era extremadamente pobre. Las casas eran puras paredes de metal con un techo de lona y madera, las personas que vivían ahi estaban muy sucias y siempre con carretillas que cargaban con chapas de la alcantarillado rudimentario que había para ponerlos en sus paredes. Me daba lástima verlos así, siempre quise ayudar a los pobres y hablaban de eso en la estancia pero ver en persona como un chico de 7 años le robaba a un anciano su sándwich, ahi te dabas cuenta de lo que era realmente la pobreza.

Llegué a lo de Jesús y toque lo que vendría a ser su puerta. Su casa era mas grande y habia una pequeña trampilla que daba al interior tenia un hueco para espiar. Una voz grave y carraspeada me gritó:

-¡Contraseña!-

Me asusté y di un salto hacia atrás.

-Vengo a ver a Jesús, soy un amigo- le dije tratando de ocultar un poco el susto que me había dado.

-¿Qué amigo?- me dijo en desconfianza.

-Diego Price señor- le dije en tono formal.

-¿Qué tipo de visita?- me dijo en tono burlón.

-Visita con prioridad señor- le dije poniendo la mayor cara de poker posible.

-Bien puedes pasar niño- me dijo la voz.

Me abrió la trampilla un hombre grande de aproximadamente 35 años. Era muy corpulento y musculoso y me sacaba 4 cabezas mazonenos.

-Ven, pasa. Me llamo Pedro, soy el papá de Jesús- me dijo en tono cordial. -Mi hijo está herido pero saldrá de ésta, me habló de ti y me dijo que eres de confiar, asi que lo mio es tuyo. Siéntete como en tu casa-

Atravesé por la cocina hasta unas cortinas que llevaban a su habitación y ahí estaba. Estaba en su colchón con varias gazas en su estómago y un suero, estaba estable pero aun así me horrorizé cuando lo vi asi, no podía soportar aquello que hice en el bloque y en la escuela pero lo hecho, hecho estaba y no había vuelta atrás, mis abuelos no volverían, tenia que ser fuerte.

-Jesús, mierda ¿Estás bien?- le pregunté preocupadamente.

-Pues si de puta madre, lo superaré ¿Dónde has estado todo este tiempo?- me dijo con su sonrisa pícara.

-Ya sabes, alejándome de los problemas y sacándote el culo de los tuyos- le dije burlonamente.

-Jajaja. Te he extrañado Diego, ha sido una semana difícil- me dijo abrazándome lo poco que podía debido a su lesión.

Nos quedamos escuchando rap del rápido varias horas, y hablando de chicas, de la escuela y lo puta que estaba Norma Kingston, la rubia tetona de la escuela. Me alegraba al fin pasar tiempo con mi hermano. Cuando estaba a punto de irme a ver a Alex me dijo:

-Ei ¿Te acuerdas del asunto de Kyle?- me dijo recostándose.

-Si, lo que me dijo la semana pasada-

-Bueno pues habla con él, necesitamos tu ayuda- me dijo casi rogándome.

-Ok ok, calma. Veré que hacer- le dije tratando de consolarlo un poco al infeliz.

-Gracias y otra cosa, cuida de mj hermanita ¿Quieres? Es muy importante para mi- me dijo mucho mas serio.

-También lo es para mi Jesús, lo haré bro. Tienes mi palabra-

-Y cuidado con ella, ya se que te re gusta- me dijo riéndose a carcajadas y yo me había puesto rojo de la vergüenza.

-Si serás hijo de puta- le dije gritándole.

De ahí me fui a ver como estaba Alex, hablaría con Kyle mañana. Solo Dios sabía lo que me esperaba luego.

Llegué a mi casa escuchando Tung Twista y Big Metra, y mierda que eran rápidos en el rap, me estaba gustando de verdad.

 Historias De Un Hombre En Capitol: Acto 1: RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora