FREEZE YOU OUT ― SIA.
Ella no podía creer lo que estaba haciendo. Se supone que era una mujer madura, racional y cuerda, no una loca desmedida hambrienta de sexo. Jamás, en toda su vida adulta, había hecho algo así.
Quizá todo era producto del tiempo que estuvo sin experimentarlo, quizá podía echarle la culpa a la gran cantidad de alcohol que había ingerido buena parte de la noche o simplemente a las tan mal llamadas necesidades básicas del ser humano.
Intentaba gemir lo más bajo posible, sin embargo, no era tan fácil como lo creía. Una que otra vez su cuerpo la obligó a hacerlo con un tono algo más elevado.
―Shhhh... ―susurró él muy cerca de su oreja― nos van a descubrir.
El calor que emanaba sus cuerpos era cada vez más intenso, el aire se cargó de una atmósfera excitante y apabullante, la adrenalina crecía y crecía cada vez más por lo que estaban haciendo.
―Dime tu nombre, mujer ―preguntó el hombre con un tono altamente seductor y que la mantenía acorralada contra una pared de ese baño de lujo y con las piernas recargadas en su cadera. Ella giró la vista y con ojos ceñudos lo obsevó por unos segundos ¿Había escuchado bien, de verdad existía alguien que no la conociera en este país? Se preguntó. Una fuerte y muy premeditada embestida, que le propinó el sujeto en cuestión la hizo jadear de extremo placer y borró de inmediato aquello que circundaba su mente.
Las cosquillas subían por su espalda, caminaban por su piel, se anidaban en su vientre. El sujeto succionaba sus pechos, movía sus caderas en un compás frenético, coordinado y exquisito. Arantxa estaba a punto de colapsar, de volver a probar ese placer intenso, esa sensación fulminante que se alcanza tras experimentar con fuerza un período de excitación pleno. Ya no podía aguantar más por eso se dejó llevar y estalló en ese universo. Su acompañante la siguió, segundos después, a viajar a ese mundo paralelo.
Ella respiraba forzosamente, al igual que él. Ahogo un pequeño quejido cuando escuchó el chirrido de la puerta, alguien había entrado al lugar.
Escuchaba que comentaba algo de la fiesta, que se estaba disfrutando en la parte de afuera y a su vez como se quejaba por algún platillo que quedó incomible y desagradable, al parecer esa mujer conversaba por un móvil, eso fue lo que concluyó Arantxa. Ella mantenía su mejilla en el hombro de su compañero, mordía su dedo como interesada en la conversación y muerta de la vergüenza por lo que allí acababa de ocurrir.
Los dos estaban estáticos, parecían piezas de mármol o concreto, sólo respiraban lo necesario, aquello que su cuerpo requería en ese momento, ralentizar los sentidos.
El sonido del agua cayendo, un chasquido de dientes, la fuerza del vapor saliendo de la máquina para secar las manos, el chirrido de la puerta y silencio. Silencio absoluto y pleno.
Estaban solos de nuevo. Ella se apartó de su hombro obligándolo a que la mirase a los ojos. Los dos sonrieron levemente con complicidad y un toque de picardía. Él salió de su cuerpo, la ayudó a vestirse y acomodó un poco su largo y castaño cabello. Ella sólo podía observar al hombre que tenía frente a si misma, negó un par de veces producto de la culpa.
Cuando estuvo arreglada y sin importarle que él estaba a medias, abrió la pequeña puerta del cubículo, sin embargo, el hombre la sujetó por un brazo para detener su escapada.
―¿En serio no me dirás tu nombre? ―preguntó más serio. Arantxa se giró para encararlo, definitivamente este hombre no era de aquí, pensó. Además que ahora, que estaba hablando con más firmeza podía notar que su acento no era de este país, quizás del sur, eso era lo más posible. Sus ojos ambarinos, entremezclados con un tono verde aceitunado, la observaban con incredulidad.
―No es necesario ―musitó― lo más probable es que no nos veamos nunca más.
Y así salió dejándolo solo, desconcertado y perplejo...
Agosto ― Septiembre 2016.
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Peligrosa Seducción ©
ChickLitArantxa Signoret, una mujer que a sus 32 años es la única dueña de la mayor casa de modas que existe en su ciudad natal. La perfección, dedicación y constancia... tres palabras que repite a diario y que son las bases de la empresa que hoy maneja, c...