XIV. Catarsis.

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ADAM LEVINE - LOST STARS

No podía creer lo que sus ojos observaban

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No podía creer lo que sus ojos observaban. Él estaba allí, parado a muy pocos metros de ella, pidiéndole una vez más eso que tanto le trajo problemas años atrás. ¿Hasta cuándo ese pasado le pisaría los talones, cuándo sería el día que podría vivir sin ataduras, y en paz?

Cuando Arantxa asumió las riendas del Emporio Signoret, no sólo se enfrentó a un cúmulo de personas que la creían incapaz de llevar una empresa como la manejaron sus padres, sino a amigos y una Junta Directiva algo déspota.

Dicho lugar se dedicaba a la compra de pequeños negocios, a punto de caer en quiebra, para reformarlos y venderlos en el mercado de valores. Sus padres se dedicaron a eso y fue un negocio fructífero.

Un grupo de accionistas, que conformaban la junta directiva del Consorcio Signoret, se dedicó a continuar la labor que dejaron tras su muerte. Sin embargo, y por causas desconocidas, sus padres elaboraron a muy temprana edad su testamento. Arantxa por ser la mayor, la primogénita, debía asumir la presidencia al cumplir los veintiún años, si ellos faltasen, algo que no anhelaba hacer, y menos con la razón social que poseía ese lugar. Ella ya tenía su carrera avanzada y el diseño era su pasión. Sin embargo, tomó control de todo y con la ayuda de unos abogados, la asesoría de otros supuestos amigos, y hasta la ayuda del hombre que tenía frente a sí, Emiliano, cambió todo el Emporio por Diseños Signoret. Gran parte de la Junta Directiva la abandonó a sus suerte por modificar severamente los estatutos de la empresa familiar, así como el objeto social que utilizaron sus padres para lo que es hoy por hoy la firma Signoret.

Perdió mucho dinero, no obstante, continuó y pudo sacar adelante lo que la mantiene ocupada la mayor parte del año, su casa de modas. A pesar de las trabas y contratiempos, no desfalleció, luchó y se esmeró con determinación por darle vida a su sueño y por mantener el apellido de su familia, de otra manera habría sido imposible que llevara las riendas de este lugar.

Irremediablemente, el camino no fue fácil y más, cuando entre tantos bienes que heredaron ambas niñas, halló uno que la dejó sorprendida. Sus padres compraron una hacienda en las afueras de la capital, específicamente en San Luis de Potosí. Si bien es cierto que de pequeña siempre frecuentaron el lugar, jamás pensó que una mina de oro se hallaba sumergida en las profundidades de su suelo. Emiliano siempre estuvo tentado a estudiar el terreno a escondidas de su esposa. Al parecer, y después de muchos estudios del suelo, quedó atónito con el descubrimiento, el lugar posee yacimientos de petróleo y otros hidrocarburos. Eso que llaman el "Oro negro" fue el detonante de sus problemas y más cuando su actitud cambió por completo.

El poder y la ambición de la fortuna de Arantxa lo hizo replantearse la idea de volver su vida cuadritos a tal punto que ella le pidiera el divorcio y, la mitad de sus bienes, quedarán en manos de él. Lo más increíble es que el testamento estaba muy bien redactado, y de morir la Señora Signoret, solo un hijo de ella podía ser el heredero de ese lugar, del resto pasaría a manos del gobierno y la mina de Oro Negro se perdería, ¿por qué no lo hicieron con Ximena? Hasta el sol de hoy ninguna de las dos sabe las causas de ello. Sus padres sabían que había allí y jamás comentaron nada de nada a sus hijas, menos a sus abuelos. En la actualidad, nadie sabía lo que escondía el lugar, a excepción de Emiliano y luego, Arantxa y Ximena. Por ello su reticencia a la hora de darle un hijo. Pensaba que de haberlo hecho capaz la habría hasta asesinado con tal de quedarse con ese lugar.

Peligrosa Seducción © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora