A Nikolai le pareció demasiado pequeña la sala de estar pero no hizo ningún comentario sobre esto, y Julia estuvo agradecida con él por eso. Ella vio en sus ojos como una llamarada se incendiaba cuando vio su casa, cuando él vio las pinturas y los dibujos tan abarrotados en sus paredes, y las esculturas de tamaños y formas diversas en los estantes y los nichos del cuarto, y estaba satisfecha con su reacción. Para ella, la noche estaba resultando estar llena de sorpresas.
Nikolai masculló algo en ruso y pasó una confusa mano a través de su cabello dorado, desgreñándolo.— ¡Ebat'-kopat'! —Allí estaba otra vez esa exclamación que él usaba, una con la que estaba familiarizándose velozmente.— ¿Tú has creado todo esto? —Él señaló con su mano para abarcar todo el cuarto.
Julia tocó sus mejillas que se estaban sonrojando. Oh sí, ella estaba ciertamente satisfecha con su reacción. — Sí. Los paisajes son lo más nuevo, están quietos para que se sequen, y los retratos son de varios años atrás, cuando todavía vivía con mis padres
— Son notables —dijo él con una apariencia de sorpresa.
Julia se rió.— La mayoría de la gente no hace una observación sobre eso con exceso cuando digo soy un artista, pero cuando ven mi trabajo me toman uno poco más en serio. Mis profesores dicen que sólo empeorará conforme aumente de habilidad y popularidad.
— Ciertamente. —Nikolai se aclaró la voz y por primera vez Julia le vio ponerse torpe.— Esperaba que fueras buena, por supuesto que lo hice, pero esto... nunca he visto trabajos más realistas. Tus retratos son excelentes, como fotos que cobran vida. Y los colores que usas para los paisajes... son tan vívidos, así de semejantes a como pueden ser capaz de percibirse en lona. No es que sea un experto sino que... —él vaciló.
— ¿Cómo lo sabes? He oído que muchas veces opinan. Todo el mundo es un crítico ya sea si tratan de serlo o no. —Julia sonrió.— Pero gracias por los cumplidos. Me alegra que te guste mi trabajo.
— ¿Por qué vas a la escuela? No necesitas fomentar el entrenamiento, seguramente.
— Gracias por el voto de confianza, pero el entrenamiento correcto es importante. Pues bien, ayuda a complementar las habilidades de uno, de cualquier manera. Y si tengo un grado será más fácil obtener un trabajo en el mercado abierto manifestó, aunque me gustaría solo ser libre. Pero si no puedo encontrar trabajo, entonces siempre puedo recurrir a un puesto de docente en la universidad. Es justamente lo que necesito para obtener mi grado mientras pueda. Tengo una beca pequeña, lo cual paga la mayor parte de mis clases, así es que no pago demasiado de mi bolsillo por la experiencia, por lo que me aprovecho de la situación mientras puedo.
Nikolai guardó silencio mientras rodeaba el cuarto estudiando su trabajo. Fueron varios minutos más tarde cuando él se volvió hacia ella y la mirada en sus ojos la chamuscó hasta los dedos de su pie.
— Está claro que tienes un montón de pasión dentro de ti. Tu trabajo refleja la vivacidad de tu yo interior. —Él se acercó de modo amenazador a ella, presionándola contra la pared con su cuerpo.— Quiero traer esa pasión en primer plano, Julia. Quiero ver que te quema para mí. Y quiero quemarme junto contigo en el fuego que arde entre nosotros.
Él la acercó entonces, sus dedos tomaron la parte superior de sus brazos, y bajó sus labios hacia ella. Julia se quedó sin aliento ante el movimiento repentino, inesperado, dejando su lengua entrar inmediatamente en su boca. Sus dientes se interceptaron y sus labios embonaron apretadamente con los suyos.
Julia gimió por la sorpresa y él inmediatamente alivió el abrazo, besando sus labios ágilmente con su lengua deslizándose más profundamente antes de colocarla en el suelo. Él lamió la boca y deslizó su lengua encima y a los lados de la suya, llenándole la boca del sabor exótico de su boca. Chupó su lengua amablemente en su boca y ella devolvió sus caricias con algunas propias, haciendo un reconocimiento de él a fondo como él lo hacía con ella.
Nikolai gruñó en su boca, desesperado y hambriento, luego la separó para arrastrar su lengua caliente de la boca hasta su mandíbula. En un movimiento que le recordó a ella su primer encuentro, en esta ocasión él lamió un camino largo abajo de su mandíbula y garganta para concluir sobre el pulso que palpitó frenéticamente en su cuello. Se amamantó allí, sus manos deambularon abajo de sus brazos, en sus caderas y amasándolos sus pechos. La cabeza de Julia cayó débilmente hacia atrás cuando la acarició y sus rodillas se convirtieron en agua. Cayó contra él débilmente y él acomodó sus alrededor de ella, manteniéndola cerca.
— Te sientes tan bien —gimió en su garganta.
— También tú lo haces —murmuró ella roncamente, poniendo sus brazos alrededor de su cuello.
— Puedo oler cuanto me deseas, saboreo cuánto me necesitas. Estoy tratando de ir lento pero... me haces olvidarme de mi mismo. —Su boca regresaba hacia arriba a fin de poder lamer su oído con su lengua.
Julia sólo pudo gemir y presionar abruptos y desesperados besos en cualquier parte de él que ella pudiera alcanzar, su sien, su cabello, su mandíbula. Estaba enloquecida de lujuria, más estimulada de lo que alguna vez lo había estado y desesperada por tenerle dentro suyo. Su cuerpo entero vibraba de la cabeza a los pies. Sus muslos temblaban, sus pezones estaban duros, las puntas le hormigueaban y su vagina se sentía inflamada y dolorida. Se pegó a él, anclando sus brazos a su alrededor, y se arrastró hacia arriba por su cuerpo como si fuese un árbol. Nikolai la estabilizó con sus manos bajo su trasero y ella cerró sus tobillos alrededor de su cintura, meciéndose contra de él desvergonzadamente.
— Cálmate, dulce, por favor. No puedo refrenarme cuando me montas así —dijo respirando en su oreja, antes de lanzar su lengua contra ella nuevamente.
— No puedo calmarme. Te necesito, realmente —alzó la voz. No se entendía a sí misma, nunca había sabido que podría ser tan salvaje, tan licenciosa. Pero se sentía tan bien estar allí en sus brazos que no podía haberse calmado aunque lo intentase. Y no quería intentarlo. Solamente quería estar con él. En todos los aspectos. Arqueando sus caderas contra él otra vez, abrazó con suavidad la dura columna de su erección con los muslos de su vagina, frotó su clítoris contra él hasta que eso le provocó deliciosas cosquillas.
Él empujó contra de ella, luego gimió y se calmó. Agachó su cabeza hasta la suya, respirando de forma agitada en su boca, a fin de que cada respiración que ella tomaba dependiera de su exhalación. Ella gimió y se movió agitadamente en su abrazo, desesperada por encontrar liberación.
— Shh, está bien. —Nikolai la acomodó en sus brazos a fin de que su centro estuviera en contacto completamente con su dureza, extendiendo sus piernas aún más ampliamente.— Balancéate contra mí así no más. Encuentra tu liberación, amor. Habrá tiempo para la lentitud después. Sí, ya está —él respiró cuando ella empezó un rítmico balanceo contra él.— Móntame. Móntame duro. —Él ayudó a sus movimientos, subiéndola y bajándola con manos firmes ahuecando la carne de sus nalgas.
Julia clavó sus uñas en los músculos de su espalada bajo su camisa. Sus tobillos descansaron sobre sus firmes y apretados glúteos mientras se movía sobre él. Su respiración llegó en desesperados, gemidos jadeantes. Ella sintió su cuerpo apretarse, tensarse en preparación para la liberación... pero eso no fue suficiente.— Por favor, por favor —imploró ella, pero insegura de lo que rogaba.
Pero Nikolai no necesitaba ninguna explicación. Él sabía lo que ella quería, lo que necesitaba y deseaba ardientemente. En un veloz movimiento que sobresaltó a Julia, él giró y la bajó al suelo. Subió su vestido y desgarró sus bragas de satén, limpiamente rompiendo de parte a parte la tela. Entonces, oh bendito alivio, sus dedos estuvieron en ella finalmente. Él dividió los resbaladizos pliegues de su vagina, extendiéndolos ampliamente, y sumergiendo sus dedos en su mojado calor. Julia gritó y se arqueo contra de su mano, extendiendo sus piernas hasta donde podían llegar permitiéndole libre acceso a su sumamente sensitivo punto. Su pulgar avanzó presionando y masajeando el duro capullo de su clítoris y él empujó un dedo largo, firme en sus profundidades.
Julia llegó desecha. Un salvaje, y caliente torrente explotó sobre ella, llevándola por debajo de un océano de maravillosas sensaciones. Ella sintió las paredes de su canal rítmicamente agarrando al dedo que la penetró, sintió un rubor extendiéndosele desde los pies a la cabeza. Sus pezones hinchándose aún más y apuntando hacia los cielos y el dotado pulgar de Nikolai continuó manipulando su clítoris hasta que ella se movió salvajemente contra él, repetidas veces, sin nada de cuidado del decoro. Su espalda se doblo hacia arriba despegándose del suelo, correctamente alojando su dedo aún más profundamente en ella hasta que su placer se entremezcló con el dolor y ella gritó.
Transcurrieron varios minutos antes que Julia pudiera pensar claramente otra vez. Estaba mareada, confusa, y llena de una profunda satisfacción que era diferente a cualquier cosa que alguna vez había experimentado antes.
— Eres tan bella cuando te vienes —exhaló Nikolai. Él cambió de posición su cuerpo y antes de que ella supiese qué ocurría la había despojado de los últimos restos de su ropa.— Necesito saborearte, Julia. Necesito beber de tu fuente y saber que llora sólo por mí.
Su espeso acento floto sobre ella y las líricas palabras hicieron a su cuerpo estremecerse nuevamente con el deseo. Ella amó la forma que él le habló, como si fuera maravillosa y admirada por él.
Nikolai se movió hacia abajo entre sus piernas y fue entonces que ella se dio cuenta exactamente de lo que él quería probar. Él sujetó sus manos entre sus muslos, amablemente manteniendo sus piernas abiertas lo más posible para él. Su caliente respiración cosquilleaba sobre su temblorosa vagina, pero antes de que él bajase sus labios a ella él levantó la vista y capturó con sus ojos los de ella.
— Mírame mientras te saboreo, Julia. Quiero que me veas así como también me sientas. Quiero que no haya ninguna duda en tu mente que soy yo, Nikolai, el que esta aquí dándose un banquete entre sus bellas piernas. —Los ojos de Julia se ensancharon por sus palabras y luego se cerraron mientras él colocaba su boca en la de ella
Sus labios estaban calientes como una llama. Ella le sintió amamantarse de ella, bebiéndola, y vio su cabeza moviéndose de atrás a delante mientras él saboreaba cada milímetro suyo. Sus bellos ojos cerrados y sus largas negras pestañas hicieron oscuras sombras en sus pómulos, pero ella no apartó la mirada, él le había ordenado que lo mirara, ella tenía que mirarlo. Le vio retroceder ligeramente, vio su lengua salir hasta que se vio indecentemente larga, luego sintió su lametazo en sus jugos.
Una y otra vez él la lamió, hasta que ella estuvo empapada con los fluidos que él había estimulado fuera de ella. Él parecía disfrutar de su sabor, porque él bebía hasta la última gota que tenía para dar y todavía agarraba por más.
Entonces su lengua, su larga, aterciopelada lengua, la introdujo como un falo. Él alcanzó profundidades que nunca antes habían sido alcanzadas, pareciendo saborear su mismo útero. Él gimió contra ella, haciéndola vibrar, y ella se balanceó impotentemente contra él mientras la follaba con su boca. Su lengua empujaba dentro y fuera de ella, llenando todo sus espacios vacíos pero haciéndola anhelar por una penetración más llena aun más apretada. Las manos de ella se lanzaron dentro de su dorado cabello, deleitándose en la sedosa textura, y sus movimientos aumentaron en velocidad y violencia contra de ella. Su boca hizo húmedos, absorbentes ruidos contra ella, y los sonidos la volvieron loca de deseo. Ella se movió hacía arriba contra él, acercando su cara más profundamente en su mojado calor, y gritó cuando su lengua la empaló en un nuevo y enteramente delicioso ángulo.
Nikolai retrocedió entonces, apretó los cachetes de su culo delicadamente, y ella vio un largo, plateado rastro de saliva escapar de su boca. Ella le sintió chapotear en la arrugada carne de su ano un poco antes de que él bajara su boca de regreso sobre su vagina. Pero esta vez cuando, su lengua la atravesó como una lanza profundamente dentro de ella, ella sintió otra, deliciosa penetración consumiéndola a continuación. Nikolai tiernamente resbaló su dedo en el apretado anillo de su ano, despertando a Julia a nuevos placeres nunca antes imaginados. Mientras él chupaba y empujaba en su vagina, su dedo lentamente empujaba y se retiraba en su trasero, haciendo que su cuerpo se estremeciera con ese delicioso tormento. Increíblemente su cuerpo se tensó otra vez, preparándose para otro explosivo clímax.
Julia se movió agitadamente en el suelo, una, dos veces, esperando por un hilo... y entonces el labio superior de él rozó contra su clítoris y ella se perdió en su orgasmo. Taladrada por la lengua y el dedo que la empalaban, sentía las pulsaciones de la liberación destruyendo su cuerpo hasta que incluso su pericráneo zumbó con el placer que adormecía su mente.— ¡Dios mío, Sí! Ooooo, siiiiiiiii! —gritó ella.
Cuando Julia volvió en sí misma otra vez, Nikolai perezosamente estaba bebiendo a lengüetadas sus últimos jugos. Su lengua la lavó por todas partes, no dejando ninguna parte suya sin explorar. Donde antes su miembro la había enloquecido por la lujuria, ahora servían para confortar sus temblorosos, agotados tejidos. Ella le dejó hacer su camino, desplegada débilmente sobre el suelo bajo él con sus piernas abiertas ampliamente. Parecía que nunca se cansaría de lamerla. Él se amamanto de los pliegues de sus labios vaginales, lamiendo profundamente dentro de su canal con su increíblemente larga lengua y con sus labios, delicadamente besaba cada milímetro de su vagina.
Después de que lo que pareció horas Nikolai presionó un último beso en la cúspide de su sexo entonces lentamente gateado hacia arriba por su cuerpo como un depredador hasta que quedó con la mirada fija en su cara. Él se relamió los labios lentamente, sensualmente, y enviándole una caliente mirada con sus brillantes ojos.— Más dulce que la miel, más embriagadora que el vino. Me has emborrachando... pero quiero más. Quiero todo de ti.
Julia sintió un escalofrío de anticipación. La mirada en sus ojos prometiendo que la noche todavía no había terminaba para los dos. Y si esta era el principio de lo que le aguardaba entre sus brazos, entonces la noche sería inolvidable.Sus votos son muy importantes , pásense por mi perfil , y no olviden dejar en los comentarios alguna otra novela que les gustaría que subiera.
Saludos.
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Mordida +16
Loup-garouNikolai es el Alpha de una manada muy poderosa en los bosques de Rusia , pero por ciertas circunstancias viaja a Nueva York , hay conoce a la dulce recepcionista Julia Thurman , que resulta ser su deseo más anhelado desde hace muchos años , su com...