Capitulo 12

4.3K 343 12
                                    

Aunque apenas había pasado un día desde que hicieron el amor, Julia sintió que había pasado mucho tiempo. Estaba tan hambrienta por Nikolai como él lo estaba por ella y una comezón empezó a latir entre sus piernas cuando se deshizo de su ropa. Estaba ansiosa por unirse en la cama con él. Otra vez tubo conciencia de su mirada sobre ella, siguiendo cada uno de sus movimiento, así que se aseguro de complacerlo haciendo alarde de sus movimientos.

Sus ojos se desviaron hacia su pene que se erguía hacia el cielo. ¡Maldición Pero era realmente magnifico! No podía más que admirarlo con sus ojos y corazón. Con el cuerpo de un Dios, aun estando atado, y una disposición para aparearse, no era de extrañar que fuera el macho dominante dentro de su sociedad. Julia se dio cuenta que el nunca seria domesticado, nunca seria conquistado y sintió a su corazón hincharse de orgullo con ese conocimiento. Él era perfecto.

Julia gateó sobre él, sintiendo el húmedo calor entre sus piernas lista para la penetración. Su cuerpo estaba caliente, pero no por la fiebre que tuvo a través de la noche. No, este era un calor diferente, puramente erótico causado por su feroz excitación, ella lo sabía. Él cambió de posición debajo de ella tanto como pudo y su pene choco contra el brote creciente de su clítoris, haciéndola jadear al sacudir sus caderas en respuesta. Abrió más sus piernas y meció su resbaladiza excitación contra él, hasta que él jadeo con cada parte de terciopelo de su cuerpo.
Sus manos amasaron los protuberantes músculos de su pecho, sintiéndolos tensarse al moverse Nikolai. Sus músculos del estomago eran firmes y delineados, como un lavadero viviente de tejido fino, desapareciendo en el oscuro cabello de su pubis que veía de repente sus piernas al balancearse sobre él. La impresionante y masculina vista que representaba hizo que se le cortara la respiración con solo mirarlo.
Se inclino para besarlo y estuvo agradablemente sorprendida con la descabellada ferocidad de su respuesta. Su lengua se introdujo en su boca una y otra vez y sus dientes rozaron los de ella, estrujando sus labios tan fuerte que su boca estuvo pronto hinchada y palpitante contra la de él.

Al deslizar su cuerpo sobre el suyo él acaricio su pecho y estomago con sus manos, se retiro de su hambriento beso para recuperar el aliento no lo pudo evitar pero lavo sus suaves y llenos labios con la lengua, saboreando su sabor. Julia no tenia lo suficiente de él, quería devorarlo entero así de fuerte era su atracción por él. Y saber que estaba atado debajo de ella, completamente a su merced, solo la hacia querer más. Se sentía dominante... pero todavía extrañamente dominada porque no podía aunque su vida dependiera de ello resistir su potente atractivo; ni aun lo suficiente como para echar marcha atrás y desacelerar su paso, sin embargo supo que era más sabio hacer eso. Por su bien tanto como el de ella.

— ¿Estas decidido a hacerlo, verdaderamente? —Pregunto contra su boca, en medio de largos y profundos besos.
— Sí. Sí un millón de veces —juro un momento más tarde, moviéndose debajo de ella tanto como fue capaz, presionando sus sexos juntos eróticamente.
— Te necesito tanto. No sé que me pasa —gimió Julia
— Eres mi compañera, Julia. Es natural que me necesites de esta manera. Yo también te necesito, más de lo que podría decir en cualquier lengua
— No soy bonita —dijo jadeando entre besos, como disculpándose por sus propios defectos.
— Eres tan hermosa que haces que mi corazón duela —dijo en su boca.
— No lo merezco
— Tu inocencia solo me hace querer protegerte más —prometió, luego lamió su boca, mientras sus besos se profundizaban más.

—Probablemente has estado con toneladas de mujeres que eran mejor en la cama que yo —dolía más de lo que habría adivinado.
— Nunca he estado con otra mujer. Solo tú
Julia separó su boca por la sorpresa— Estas mintiendo —se mofo, no creyéndole ni por un segundo.
— Julia —su voz era suave pero completamente seria y la apariencia de sus ojos hizo que sus entrañas se derritieran— Los lobos forman una pareja de por vida, y los hombres lobo hacen lo mismo. Tengo mi deber con mi manada y con mi tierra natal para hacerme compañía mientras te esperaba. No tuve necesidad de encontrar una compañera de cama, sabiendo que con el tiempo te encontraría. Tú eres todo lo que necesito, Julia la justa. Julia mi compañera

Mordida +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora