Capítulo 4

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 CAPITULO 4

Luego del desastre de los calzones, y de enviar a mi mamá fuera de mi cuarto, en dos segundos me pongo el uniforme de la escuela. Cada que lo uso, no puedo evitar sentirme como una colegiala traviesa (En estos tiempos, los uniformes son una mera fantasía sexual). Desayuno o mejor dicho, engullo tres hot cakes en tan sólo tres minutos y en otros cinco ya estoy en la ruta del autobús de camino a la escuela ya que mi papá se niega a llevarme.

Andy, mi amiga, se sube en la parada acostumbrada y siento la gloria cuando la veo sentarse a mi lado. Se supone que eso se siente al ver a las personas en las que confías, ¿no es así?

—¿Cómo estás MALA AMIGA?—nótese el énfasis en las últimas dos palabras. —Espero que estés consciente de que ayer te esperé como idiota en el cine—me reclama mientras se devora una barra de cereal.

—Lo siento, Andy. El trabajo se demoró más de lo que esperábamos—me pongo nerviosa cuando pienso porqué la deje plantada.

Andy ha notado el nerviosismo en mi voz y por la forma en que me mira sabe que me tramo algo, aunque no sé si contarle lo que pasó con Nicolás. Pondría un grito en el cielo si le digo que me besé (y casi me acosté) con el ex novio de su ídolo pagano Rebecca Mejía. Para que sepan, Andy la respeta mucho y yo debería hacer lo mismo ya que las tres somos parte del taller de danza moderna en donde Rebecca es la bailarina principal, mientras que mi amiga y yo somos trapos que solo asistimos para obtener puntos extras en nuestro servicio social. Y bueno, en el fondo admito que me gusta bailar.

—Te veo preocupada, ¿terminaron su trabajo?—ella sabe que pasé la tarde con Nicolás.

Debo ser cuidadosa con lo que digo, Andy es más pilla que un detective hiperactivo.

—Sí, aunque nos costó un poco de trabajo, ya sabes, Nicolás es muy distraído—ni siquiera la miro.

No dejo de notar el tono familiar con el que hablo de Nicolás. Seré tonta.

—Ah, sí. Becky lo menciona todo el tiempo en su Twitter—dice Andy.

—¿En su Twitter?, ¿tiene Twitter?—pregunto.

—Sí, ya sabes. Actualiza los pormenores de su relación con Nico cada que puede aunque, ahora...—se muerde el dedo—Ya no lo ha hecho. Desde que terminaron ha estado muy deprimida.

Era el colmo, seguro Becky quiere que todo el mundo sepa que es una víctima en la relación. Que se joda, yo no le tengo la misma lástima que Andy ahora que sé que engañó a Nicolás. ¿Con quién lo habrá engañado para que mereciera la pena?, ¿El hermano gemelo de Brad Pitt? Como sea, no importa, por nadie en este mundo vale la pena engañar a nadie...mucho menos a Nico.

—No sé si ella esté deprimida, pero él se veía muy repuesto por la ruptura— me tuerzo un rizo sin poder evitar recordar su cuerpo desnudo sobre el mío, su respiración, su...

—¿En serio lo crees?, ¿él te mencionó algo?

¿Por qué he hablado? ¿Le cuento lo que pasó, arriesgándome a un interrogatorio constante y quizás repetitivo sobre mi noche con Nico? Uhm, no. Probablemente convierta todo en un chisme así que no, no le diré nada.

—Mencionarme algo así en específico, como "Rebecca esto..." pues no. Al menos no que yo recuerde, y sabes que yo me acuerdo de todo, todo igual que los elefantes. Eso si lo noté igual de simpático que siempre, así que no creo que estuviera triste por Becky o algo por el estilo.

¡Ups! Siento que dije demasiado.

—¡Qué mal entonces! Hacían bonita pareja así que imagínate, si ellos no funcionan, ¿qué esperanza hay para las mortales como nosotras?— suspira como si ella hubiera sido la del rompimiento.

Yo, Cecilia...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora