CAPÍTULO 13
"Estuvimos juntos
Me olvidé del resto del mundo"
Walt Withman
Es increíble que después de algunos días, Andy no pueda aceptar el hecho de que Nico y yo tuvimos algo. Más bien creo que ella está fascinada con todo el asunto. Ya saben, a ella le encantan las indiscreciones jugosas.
—Entonces, ¿Nico en serio te vio desnuda?— suelta a la par que la maestra Christina y ésta, nos calla por enésima vez en una hora.
No estoy segura, pero creo que Nico ha escuchado toda la conversación porque nos mira sonriendo. Obviamente, a mí ya se me han subido los colores y la temperatura de mi cuerpo comenzó a elevarse desde que dijo la palabra desnuda. ¡Oh Dios, ¿por qué tengo que ser tan hormonal?! Oh sí, es por el embarazo.
Por cierto, he decidido contarle todo a mi familia el fin de semana aprovechando que Caroli tendrá algunos días de descanso. Es algo raro que estemos todos juntos, y quiero que todos se enteren de una buena vez. Eso ha ocupado mi mente varios días desde mi decisión y después de todo, me siento tranquila. Al menos sé que Andy me apoya al cien por ciento, aunque no sé quién más se quedará conmigo cuando sepan de mi embarazo.
Las clases terminan y noto que Nico trata de acercarse a mí durante la salida. Me ha localizado a lo lejos y esquiva a los chicos que se arremolinan como moscas por todos lados.
—¡Alerta de Nico! Corre o si no aplicaremos la alerta de Becky—aviento poco a poco a Andy entre los alumnos.
Son medidas extremas, lo sé, pero Becky ha impuesto en todas las chicas de tercero, una especie de cacería de brujas. Según ella (Y tiene mucha razón), “la tipa” por la cual Nico la dejó, estudia en esta escuela y va en el mismo grado que nosotras.
De hecho, supimos que encerró a Camila San en el baño cuando se enteró de que le había pedido prestado un lápiz a su ex, y ni hablar de la tonta que se atrevió a resbalarse en las escaleras, y a la que Nico ayudó de no caerse. Créanme, por los variados insultos que Becky le propinó, hubiera sido mejor que se cayera de bruces delante de toda la escuela.
Yo, además de miedo, siento pena por Becky, no solo porque Nico la botó, sino porque estuvo a punto de no quedar en el grupo de baile (Lo única cosa en la que puede reinar completamente). Dicen las malas lenguas, y con eso me refiero a Andy, que tuvo que ir a hablar con la maestra Peralta para que la admitiera, aunque yo no le veía el caso, había bailado bien y el drama a la Lady Gaga le había salido genial. Como sea, Nico se ha convertido en una maldición para todas, excepto para mi amiga y para mí.
Extrañamente, las únicas que no hemos sido enfrentadas por Becky somos nosotras, eso porque Andy tiene sus amoríos con Iker y yo porque...bueno, la razón exacta no la sé. Creo que todo se debe a que ella me considera un ser inferior, por lo tanto no me ve como una amenaza a pesar de que estoy con Nico en Arte y de que, secretamente, nos hemos besado.
Suspiro al pensar en los besos de Nico, ya ni siquiera recuerdo cuándo fue el último. Es una verdadera tristeza, pero por ahora, alejarme de él es lo mejor para mí porque no quiero tentar a mi suerte, por mi propia seguridad y la del bebé. Lo que menos quiero son problemas, con los que se van a armar en casa después de la bomba que dejaré caer, tengo suficiente, así que me escondo de Nicolás muy a mi pesar subiendo al autobús discretamente.
—Eres cruel Ceci, deberías hablar con él. Han pasado semanas desde que dejó a Becky, ¿no es suficiente ya?—dice Andy agachada junto conmigo en el asiento.
No queremos que Nico nos vea, así que después de una distancia segura, retomamos las posiciones normales.
—No soy cruel, simplemente soy prudente. Además, no creo siquiera que Nico la haya dejado por mi. Él no ha vuelto a mencionar el tema romántico entre nosotros. Quizás tiene otra novia. Quizás simplemente no me quiere ni a mí ni a Becky.
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Yo, Cecilia...
Teen FictionCecilia es una chica que ve sus sueños hechos realidad cuando Nicolás, el chico que más le gusta en la vida, se interesa en ella después de una noche de "estudio". Todo parece perfecto hasta que descubre que esta metida en un embrollo gigante: ¡está...