CAPÍTULO 20
Todo mundo en el auditorio está a la expectativa del ganador de aquel concurso. Todos excepto yo, claro. Mi corazón está vuelto loco, tanto que simplemente tengo ganas de… ¿vomitar? —Sí, típico de mí—. Y no es para menos, la mano calientita de Nico aprieta la mía mientras esperamos el resultado. Ese Secretario de Educación se está haciendo el interesante, y por mi puede hacerlo todo lo que quiera. Es la primera vez en semanas que me siento bien. Es como si de repente el hueco en mi corazón desapareciera y en cambio, se hubiera cubierto con el extraño gesto de Nico.
Esperen, el Secretario al fin se decidió a hablar:
—Antes que nada, debo decir que ambos equipos hicieron una labor extraordinaria. El trabajo en conjunto es esencial en el desarrollo de una sociedad y deben saber que…— Bla, bla, bla.
El tipo este es un aburrido y todos comienzan a abuchearlo por la tardanza. ¿Porqué simplemente no dice quién carajos ganó? Vaya, estoy poniéndome de mal humor. De repente me he vuelto un poco intolerante con las sorpresas.
—No te preocupes. Ellas van a ganar—dice Nico con media sonrisa—. Me hubiera gustado que estuvieras con ellas haya arriba.
—Igual a mí.
No sé cómo reaccionar, bueno, a veces los hombres pueden ser bipolares y honestamente, no sé qué se trame Nicolás con todo esto. De todos modos, bipolar o no, me ha traído de vuelta a la tierra media del amor en donde babeo y me pierdo en otro mundo. En donde todo parece perfecto, o al menos, en donde él y yo parecemos estar “bien”.
—Bien, ahora lo que todos quieren saber: los ganadores del Concurso Intercolegial de Baile Estatal de este año son…— me duele la mano, en verdad que Nico aprieta fuerte — ¡El Colegio Español!
—¡Sí!—grito seguido del anuncio y todos mis acompañantes me miran como queriéndome asesinar—Es decir, ¡nooo!
¿Ven? Tener a Nico tan cerca me provoca idiotez impulsiva. Entonces, si el Colegio Español ganó y ahora mismo están subiendo al escenario a recoger su trofeo de falso oro blanco, ¿dónde rayos quedaron nuestras plegarias, Dios? Ah claro, en el mismo lugar en dónde dejó las mías cuando le pedí que me ayudara en el hospital. En fin, gracias por nada.
—Esta es una reverenda mierda— dice Iker enojado— ¡Que cuenten los votos!—comienza a gritar agitando el puño, queriéndose subir a las taquillas del auditorio, pero Nico me suelta y lo tranquiliza.
—No es como si fuera una elección presidencial, hombre, tranquilo.
—¿Tranquilo? Las del Colegio Español traían menos ropa, seguro ganaron por eso ¡Jurado vendido!
—Tampoco es un partido de futbol Iker—David le dice.
Antes de que la cosa de ponga seria con Iker, Nico se lo lleva afuera de la sala del auditorio y nosotros, una vez resignados por el ridículo segundo lugar, nos dirigimos a dónde están las participantes de la escuela. A pesar de todo, se notan felices y contentas con su trabajo, incluso abrazan a las del Colegio Español como si fueran compañeras del mismo equipo.
A eso le llamo yo verdadero espíritu deportivo. Yo estaría diciéndoles hasta de lo que se van a morir. Si, justamente lo que está haciendo Becky en ese momento. Andy sonríe a todo lo que da mientras conversa con la famosa Violeta, hasta que claro, llegamos David y yo, que la interrumpo con un tosido. ¿Qué les pasa a esas dos?, Andrea solo se puede reír conmigo.
—Tú solo puedes reírte conmigo—suelto sin abrir los dientes.
—¿Qué?, ¿de qué hablas?—me mira extrañada, creo que lancé mi hostilidad en voz alta—. Como sea, chicos, quiero presentarles a...
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Yo, Cecilia...
Teen FictionCecilia es una chica que ve sus sueños hechos realidad cuando Nicolás, el chico que más le gusta en la vida, se interesa en ella después de una noche de "estudio". Todo parece perfecto hasta que descubre que esta metida en un embrollo gigante: ¡está...