CAPÍTULO 11
Por órdenes de la Jefa Apache, Nicolás se dirige primero a dejarla a su casa. Ella alega entre dientes que esta súper cansada, que tiene que guardar todas sus fuerzas y cordura para las audiciones de mañana. Yo sé que más bien no soporta el hecho de estar en el mismo auto que nosotros.
—No puedo esperar para enseñarle mañana mis nuevos pasos a la maestra Peralta— le dice a Nico. Solo a él porque a nosotros nos ignora por completo.
Yo me mantengo callada y serena en el asiento trasero, en medio de Andy y David que comentan los pormenores de una fiesta que al parecer me perdí. Según esto, David había aprendido a abrir botellas con la hebilla del cinturón, Andy le había pedido una pieza de baile a su inalcanzable Iker y habían bailado toda la noche hasta que su papá llegó por él.
—¡Y no sabes!— grita Andy en el auto—¡Jorgito se besuqueó con Camila San!—y luego, arranca en carcajadas.
—Lo peor de todo es que después lo encontré en el patio llorando porque sentía que te había traicionado, Ceci—también David se une en las risas.
Trato de ignorar sus comentarios. No estoy de humor como para soportar a dos borrachos, a Nico y a su estirada novia. Sin esperármelo, Becky parece aceptar el hecho de que vamos en el mismo auto solo para joderme.
—Entonces, ¿es verdad que sales con Jorge, el de mi salón?—pregunta intrigosa, levantando una de sus cejas perfectamente depiladas.
—No, gracias a Dios, no Rebecca, ¿por?—le contesto.
—Porque deberías andar con él— se voltea para mirarme con desdén—Son tal para cual.
En ese momento, vuelvo a sentir lo mismo que sentí con Joaquín: estoy súper encabronada, a diferencia de que ella no tiene testículos que pueda romperle. Así que entonces, tomo a Becky del cabello meticulosamente planchado y la azoto hasta que me canso contra el vidrio del automóvil ante las porras de mis amigos. Bueno, no, en realidad eso no pasó jamás, pero es lo que me dan ganas de hacerle a la bruja desgraciada. En cambio, me quedo callada mirándola, tragándome todo lo que siento en esos momentos.
—Eso fue grosero, Rebecca—dice Nico bajito.
Siento que Andy va a decirle algo también. Está enojada, pero le doy un codazo y le pido discretamente que no haga comentarios al respecto.
Después de cinco minutos más de hostilidad, llegamos a la casa de Becky. Antes de bajarse, le tose a Nico para que este salga y le abra la puerta. Después de que el tonto lo hace, simplemente se baja sin despedirse de nosotros y ambos cruzan el portal de la casa.
—Sí, adiós perra desalmada—dice Andy bajito y luego se echa a reír.
Es oficial, Rebecca ha bajado del pedestal en que Andy la tenía. Eso es bueno, tal vez puedo dejar de ocultarle lo de Nico. Puedo ver entre los barrotes del portón que ella le reclama a Nico por traernos en el auto aunque él parece ignorarla, no deja de pasar sus manos por el cabello. Señal de que esta nervioso.
—¡Qué persona tan asquerosamente desagradable es Rebecca!—David se baja del auto y cierra la puerta—Ok, señoritas no volteen, se ganó que orine en sus margaritas.
Hablando de desagradables.
Andy y yo cerramos los ojos asqueadas hasta que David nos dice que estamos a salvo de verlo medio desnudo, otra vez. Miro de nuevo a la pareja y para mi mala suerte, veo cuando se despiden de beso en la boca. Por supuesto, eso hacen los novios: dejan a su novia en la casa, le dicen que ha sido una velada extraordinaria y ya por último, se dan un beso que ambos recordarán toda la noche. Suspiro y pongo mi cabeza entre las piernas, tratando de borrar la imagen de mi cabeza. David ve mi incomodidad y hace sonar el claxon para que Nico se apresure en su despedida. Un instante después, sube con las mejillas coloradas, está apenado.
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Yo, Cecilia...
Teen FictionCecilia es una chica que ve sus sueños hechos realidad cuando Nicolás, el chico que más le gusta en la vida, se interesa en ella después de una noche de "estudio". Todo parece perfecto hasta que descubre que esta metida en un embrollo gigante: ¡está...