El pecado de un Ángel [LAY]

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-¡Abril! arriba, levantese- Dijo Estela entrando por la puerta (obviamente había amanecido)-

Lay hacia cumplido con su palabra, me hizo suya hasta el amanecer. Él estaba acostado a mi lado, de espalda cubierto por mis sabanas arrugadas y yo abrazada a él semi cubierta.

-¡Oh Dios!- Exclamó ella-

Tal vez por vernos en la cama, en la que habíamos destruido nuestra inocencia por tercera vez. Su perfume aún podía ser olible en la almohada donde había sido sometida por sus incontables toques sobre mi piel.

-¡Ustedes!- Dijo ella suspirando-

Me levante cubriendo mis pechos con la sábana, me puse lentamente mi ropa interior, y luego me acerque a Estela quien me veía con el ceño fruncido, pero estaba segura que se le escaparía una risita en cualquier momento.

-¿lo siento?- dije tímidamente.

-Despiértalo, volveré en 10 minutos más para vestirte, se supone que Lay debe estar vistiéndose igual- Dijo soltando la detención de su risa-

Ella se fue y me lanse encima de Lay.

-Despierta mi amor- dije en su oído mientras acariciaba su cabello-

-Ya me voy- Dijo sonriendo-

Se levantó exaltadamente cubriendo su miembro con la sábana, aún así podía ver la forma de su sexy V bajo sus duros pectorales.

-¡Hoy nos casamos!- Gritó-

Me había hecho a un lado de la cama por la rapidez en la que se había levantado de la cama; me miró de pies a cabeza, estaba siendo escaneada por sus ojos.

-Ese conjunto negro es tan sexy en tu piel- Dijo mordiendo sus labios- no miento, pero... crees que podamos hacer algo rapidito antes de la boda- Dijo sonriendo-

-Gracias, pero deja de babear que se no tenemos mucho tiempo para estar listos- Dije-

-Será después entonces- Dijo riendose- me iré- Dijo apareciendo en su ropa-

Tuve que pensar en que ponerme para poder vestirme y apareci en un vestido rosa con una cinta blanca alrededor de mi cintura que terminaba en un lazo bajo el lumbral de mi espalda.

-Bien, debo darme una ducha...- Dije sentadome sobre la cama-

-Te amo- Dijo Lay apoyando sus manos en mis hombros-

-Yo te amo más- Dije alzadome tan solo un poco para alcanzar sus labios y besarlos- Ya vete o llegar mas tarde que la novia- Dije y el sonrió desapareciendo poco a poco-

Me estaba bañando, no para de pensar en la noche mas exploradora que había tenido en toda mi vida, mientras enjabonaba mi cuerpo aún podía sentir sus manos rasteandome, el aire corriendo entre nuestros cuerpo... el agua caliente me hacia sentirlo de nuevo... finalmente me enjuague después de una larga ducha, las gotas recorrian los restos de jabón y el olor se propagaba por todo el baño.
Se con cuidado mi cabello, para que las chicas iniciaran su trabajo con el.

-¿Que están haciendo?- Y una de ellas me miró- A Lay le gusta suelto- Dije y ella asintió con la cabeza-

-¿Sabes que las diosas como tener el cabello recogido para casarse?- Dijo Estela, tratando de convenserme-

-Para ellas asintieron- Dije y ella me miró-

-Es por que te lo dejaran suelto con algunas trenzas armadas alrededor de tu coronilla, el resto caerá sobre tus hombros- Dijo Estela sonriendome-

-Me gusta- Dije-

Escuché que le daban indicaciones a Gema para maquillarme a su gusto, en colores bajos y cálidos... me quedaban muy bien los colores que habían puesto en mi.
Yayin colocó un obsequio sobre las trenzas, era un lazo hermoso que se enredaba entre mi cabello suelto.
Quería ponerme el vestido sola, lo habían elegido con los gustos de Lay "pervertidos" era abierto hasta mis rodillas en la parte del frente y caia una cola extensa en la parte de atras, su color era el mas puro blanco que existía, franjas alrededor de mis caderas eran plateados, tacos altos brillantes... Todo brillaba en mi, como las estrellas de la noche solida en las se sufria lo tener a Lay a mi lado, por extrañarlo cada vez que discutiamos... eran las unicas que consolaban su existencia en medio de una noche abandonada por sus creadores.

Se había decidido que la ceremonia seria en Tierra tanto por reglas como por la siguiente conversión después de la unión.

~Tierra- Ceremonia~

Estaba por entrar a la iglesia, mi corazón se paralizo al ver a Lay en el altar, por primera vez cargaba una camisa blanca, se veía muy elegante; por primera vez se había arreglado el cabello, sus labios curvados en una sonrisa haciendome sonrojar... llegue a su lado y su brazo rodeaba el mío.

-¿Supongo que han pasado dos semanas sin besarse?- Era obvio que aceptariamos su permiso-

Reimos mirado a Estela, le di un corto beso a Lay y me separe para ver al sacerdote.

esta había sido la ceremonia mas larga impuesta por Ángeles-Humanos ordenados por Dios, mis nervios habían desaparecido... y esas dos horas arrodillados habían valido la pena sinceramente. Al momento en aceptarnos uno al otro, nos besamos... desde ya todo era invisible el sol resplandeciente hacia arder nuestros labios en el consumo del deseo cumplido, en algo que comencé a sentir como odio terminando por amar a este, a este que todos creyeron incapaz de poder calmar su furia contra otro reino, a este que me hizo suya no por simple placer ni por deseo sino porque aprendió amarme y porque él es el último personaje de esta historia al que debía cambiar y lo hice.
Solo existía él y yo.