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-Mi amor- Dijo él y se acerco a besarme, yo accedí- lo siento, se que no debo aparecer, pero no pudo detenerme; Nicolás no me hace caso- Dijo sosteniendo mi rostro con sus suaves y calientes manos-

-¡Es mentira!- Dijo Nicolás de repente sacandome a Lay de mi frente para abrazarme-

Habían guardias a la entrada y estaban armados ¡MIERDA! ¡Los acabarian! Por estar en un reino que no les pertenece además nadie sabia que me casaria con el diablo.
Gabriel se acercó a mi en modo de protección y alejo a Nicolás de mi. Un guardia lo tomó y este se enojo, inicio una discusión con Lay, él estaba mas que furioso; yo estaba tras el gran guerrero guardián.
Lay y su facilidad para meterse en problemas, me pregunto como será en nuestro matrimonio.

-¡Oye!- Exclame cuando la fuerza del guardia aumentaba contra Nicolás, Lay se enojo y comenzó a botar fuego por todas partes, ardia en si mismo- ¡Mi amor, calmante si... Por favor respira con tranquilidad!- Grite a Lay quien estaba tratando de destruir el salón-

De pronto de oyó un rayo estruendo, apareció un arcángel más junto a varios subditos.
El guardián me dio paso y corri a los brazos de Lay, estaba ardiendo, tome su rostro con mis manos e hice que me mirara- Oye...- Dije y él se fijó en mi, sentí como sus músculos se relajaban al igual que su mirada- No le harán daño- Dije y vi como Nicolás corria tras Lay.

-Lo lamentamos- Dijo el guardia que tenia a Nicolás entonces se arrodillo ante mi; Lay me rodeaba con sus brazos-

-Descuida- Dije mirandolo. Se levantó y se fue-

-¡Lay! Tanto tiempo sin verte- Dijo Uriel y él lo miro-

-Si, que manera de recibirnos- Dijo él enojado-

-Tranquilo...- Dije susurrandole y él suspiro-

-Veo que has venido a ver como tratan a tu esposa- Dijo Uriel-

-Futura...- Dijo interrumpiendo- futura esposa- Lo dije en un tono más bajo, pude sentir la risa de Lay-

-Quien lo diría, el diablo con una de nuestras adoraciones en el cielo- Dijo Uriel-

-Pero no es de las tuyas- Dijo Lay mas enojado, esto era cambiante-

-Bueno, bueno me equivoque- Dijo Gabriel riendose- tenia entendido que no deberías estar aqui-

-Nicolás ve a casa- Dijo Lay-

-Pero...- Comenzó a decir Nicolás-

-Pero nada, cariño ve- Dije y él se despidió de mi y desapareció-

-No sabia que tenías un hijo- Dijo Gabriel-

-No sabes muchas cosas de mi falditas tres- Dijo Lay- desde que me encerraron hace años durante una década- Dijo y su furia comenzaba a aparecer de nuevo-

-No te lo repetire- Dije firmemente miradolo y él enseguida suspiro para calmarse-

-Creo que te han dominado- Dijo Uriel-

-¡Callate falditas tercero- Dijo Lay relajado- porque a ti igual te dominaron- dijo- ¿Donde está Jofiel tu hermano del alma?- Dijo Lay-

-Debe estar en alguna habitación- Dijo- Bien pueden retirarse- Dijo al resto que estaba en el salón y ellos salieron a su pedido-

-Lay creo que debes irte- Dijo María-

-Si ya me voy- Dijo Lay- Cuidate amor mio- Dijo besando mis labios- ¿Sabes que te necesitare para cuando Nicola se ponga odioso, cierto?- Me dijo riendose-

-Se supone que eres su "Padre"- Dije haciendo comillas con mis dedos, él solo sonrió. Estábamos hablando en susurrros-

-Lo dije para que me dejara de molestar- Dijo Lay-

-Pero igual tiene cierta verdad, nosotros decidimos hacernos cargo de él, además él ha pasado mucho tiempo contigo, es obvio que debe verte como un padre. Cuidalo- Dije-

-Pero si ni siquiera me obecede- Dijo haciendo pucheros-

Era la primera vez que vei comportarse de tal manera Lay.

-Amor...- Dije yo riendo-

-Es verdad, dice que quiere verte y blah blah-

-Ya, solo cuidalo- Dije- y no lo golpee- Él sonrió y me besó-

-Te veo...- Dijo y se fue-

Pude sentir en mi como sus manos corrieron por mis brazos, desvaneciendose en un 'te veo'; lo volvería a ver era más que obvio pero aún así odiaba solo la idea de que tenia que esperar dos semanas para sentir sus suaves y ardientes manos en mi piel, para volver a ver esos ojos mieles en los que tanto me pierdo cada vez que decido verlo a los ojos, todo mi cuerpo se vuelve timido con tan solo verlos, era mi mayor debilidad en Lay lo único en que podía derretirme ante él; solo puedo imagirme entre sus brazos cada amanecer y aspirar su perfume capturado en toda la madrugada, de tan solo imaginarlo en las tarde entrelazando sus brazos sobre mi vientre mientras besa mi cuello tras las hojas del verano caer de un árbol, y que decir demás noches que se pierden en cada gota de la ducha abierta por más de una hora inhalado todo ese vapor acumulado en la habitación que empañaria los vidrios haciendonos gritar nuestros nombres en cada instante en el que el agua deja de correr.







El pecado de un Ángel [LAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora