Jason

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Ya han pasado 2 meses y cada día me va mejor con el Clarinete, me levanto, me cepillo y me doy una ducha como de costumbre, Ceniza se estira y me observa saliendo del baño

-¿Me mirarás mientras me visto? - empezó a mover la cola -Jajaja, tontita

Me vestí y almorcé con mis padres como de costumbre, preparé mis cosas, tomé mi clarinete y subí al auto para que mamá me llevara

-¿Has hecho amigos?

-No tengo tiempo para eso - dije en tono triste.

-De seguro hay personas allí que querrían hablar contigo - me sonrió.

-Lo dudo, no soy nada interesante - dije en un tono casi inaudible.

Como de costumbre mamá estacionó cerca de la plaza que está frente a Orquesta, apenas me bajé ella se marchó, veo un papel pegado en la puerta «Clases suspendidas excepto para la juvenil» quería arrancar el papel y patearlo hasta la calle y escupirle, note que no tenía mi teléfono «excelente, lo que faltaba» me dije, así que me senté en la plaza a ver las flores y oír los pájaros..

Veo a un chico sentado y creo conocerlo en alguna parte pero no recuerdo muy bien, notó que lo estaba viendo así que desvié mi mirada.

Toda mi vida he sido tímida, temerosa de dar mis opiniones y que me juzguen, no soy buena hablando de mis cosas, mucho menos de mis sentimientos.

Cuando volteé me di cuenta que el chico se había ido, veo a una señora sentada cerca y voy hasta donde ella

-Buenas tardes ¿Podría decirme la hora? - dije en tono amable y sonriendo.

-Buenas tardes cariño, son las 5:00pm - me devolvió la sonrisa.

-Gracias - dije mientras veía a un viejito quitándole el candado a la puerta de la Orquesta.

Me senté en un banco para ver a las personas que llegaban a la Orquesta, el chico a quién había visto hace unas horas entró y siento una presencia detrás de mi.

-Hola, mucho gusto - volteo y es el clarinetista lindo, mi corazón late a mil por hora.

-Hola, Aquarella, un placer - le sonreí y estreché su mano.

-Jason, lindo nombre Aquarella -me miró fijamente y sonrió - Óscar no vendrá hoy, tiene a su madre enferma

-Ow, pobre señora - dije en tono preocupado.

-¿Te gustaría entrar y vernos ensayar?

-¡Claro! - brinqué y tomé mi estuche, soltó una carcajada por mi expresión.

Ya adentro de la Orquesta estaban las personas afinando y otros armando su instrumento, Jason me indicó una silla cerca de la sala de ensayo, estuve escuchándolos por 15 minutos, me asomé por la salida y vi el auto de mi madre, subí y fuimos a casa..

Me di una ducha y escuché un trueno que me puso los pelos de punta, bajé las escaleras hasta el patio interno de mi casa y apenas abrí la puerta, Ceniza corrió y subió las escaleras hasta mi cuarto, cuando llegué veo su colita blanca que sé mueve debajo de mi cama, me acuesto y no dejo de pensar en Jason, ese chico alto de ojos cafés, musculoso y sonriente, pensando en él me quedo dormida..

Diario de un músicoWhere stories live. Discover now