Lucas buscó en su bolso rojo una carpeta de para dibujos, en el frente tenía unas líneas negras, parecían letras chinas o japonesas, saco un dibujo de Hinata (un.personaje de su animé favorito) y alrededor muchas de las cosas que me gustan, había un corazón formado con una clave de sol y una clave de fa, todo en negro y rosa, era muy hermoso, mi nombre estaba escrito entre estrellas.
- Lucas - no me salían las palabras.
- ¿No te gusta? - dijo desilusionado.
- Es hermoso, me encanta - le sonreí y pude notar como sus mejillas se ruborizaban.
Nada es perfecto, mi teléfono comenzó a vibrar, era mi madre avisando que ya me habían venido a buscar.
- Ya me tengo que ir, disculpa - sentí algo de pena.
- Tranquila, déjame acompañarte hasta la puerta.
Se acercó a mi y nos miramos por 4 segundos, quería abrazarlo y nunca más soltarlo pero sentí que rechazaría mi nuestra de cariño, así que me di la vuelta para irme, Lucas me acompañó hasta la puerta del conservatorio y me dio un beso en la mejilla.
Durante el camino a casa, busco el dibujo y al darle vuelta veo qué escribió algo..
"Nunca sabemos lo que nos guarda el destino, puede alegrarnos y sorprendernos.
Te doy gracias a ti porque eres tú quien me hace feliz y me saca una enorme sonrisa sólo con pensarte.
Me gustaría algún día formar parte de tu vida y ser aquel chico quien te haga feliz y esté siempre a tu lado.
Lucas."
No puedo explicar las millones de mariposas en mi estómago, me sentía muy feliz, quería gritar, al llegar a casa me fui a dormir con una enorme sonrisa, antes obviamente le agradecí a Lucas por el dibujo, él muy gentilmente me halagó y me deseó buenas noches, un mensaje que incluía emoticones de corazones y besos.
Ya lo sabía, no tenía que pensar otra vez, yo le gustaba a Lucas y él me estaba empezando a gustar.