☆☆Sí yo caigo, tú caerás conmigo☆☆
Luna estaba sola en su habitación, sentada en su cama haciendo sus deberes y los de Draco. Debajo de su cama Amatis dormía plácidamente. La chica dejo un momento lo que estaba haciendo para echarle un ojo.
-Anda que, la que has armado en una sola tarde... -le dijo tiernamente lanzando un suspiro.
Empezó a recordar todo lo sucedió en la búsqueda de la refinada mascota de la directora la tarde anterior.
***
Los jóvenes caminaban rápidamente por los pasillos buscando a Amatis que parecía haberse volatilizado en solo un segundo. Miraban en todas las aulas, por cualquier recoveco.
-Es más rápida de lo que parece -comento Luna mirando a todos lados siguiendo a Draco con dificultad, el chico era muy rápido.
-Verás con Umbridge como no aparezca. ¡La próxima vez, que no la deje con los estudiantes y que se encargue de ella! -gritaba por el pasillo el frustrado Slytherin.
-Deberías calmarte, Draco.
-Malfoy para ti, te digo –se giró la chica-. ¡¿Cómo voy a calmarme?! Has perdido a la mascota de la directora. Como no aparezca me castigará, me expulsará y me cerrará la entrada de cualquier colegio de magia cercano y antes de todo eso, ¡me inflará maldiciones imperdonables!
-Espera, ¿que yo la he perdido? –dijo Luna sorprendida, aunque seguía poseyendo parsimonia y sosiego en voz.
-Sí, tú la sacaste de su cesta. Por tu culpa yo pagaré el pato de todo esto.
-Bueno, ahora mejor dicho, el gato –rió Luna.
-Calla, Lunática. No tiene gracia. Ah, y sí yo caigo, tú caerás conmigo, pienso contarle lo del pacto a Umbridge, y se pondrá más de mi lado.
-¿Estás seguro de que se lo quieres contar? –dijo la chica algo más sería arqueando una ceja- Porque te recuerdo fue a ti expresamente a quien le confió su mascota. Según he entendido, no quería que nadie más la cuidase y tú al contárselo le darías a entender que has querido desentenderte del encargo.
El chico reflexionaba y maldecía mientras recorría los pasillos apresurada mente, Luna tenía razón.
-De todas formas se me ocurrirá algo para que te castigue a ti también. Le diré que quisiste jugársela a la directora robando a la bola de pelo, y que me engañaste, o algo parecido.
-Pero si yo no he hecho nada –suspiró Luna empezando a cansarse del humor de su acompañante.
-¡Dejaste la puerta de la clase entreabierta y no cerraste la cesta de la bola de pelo!
Luna se paró en seco tomando a Draco del brazo para llamar su atención que frenase la carrera.
-Digamos que ambos tenemos la culpa –dijo calmada-. Admítelo.
-¡Suéltame! –espetó el chico enfadado apartándola con un leve empujón- Hay que darse prisa.
***
-Traviesa –dijo ya de nuevo Luna metiendo una mano bajo la cama para acariciar a la gata.
En ese momento llegaron sus compañeras de habitación.
-Hola –saludaron dos de ellas.
Luna siguió a lo suyo pero no pudo evitar sobresaltarse de repente al oír un tremendo estornudo:
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Secretos en la luna
Fiksi PenggemarLuna ha extraviado el objeto más preciado que posee y ha ido a caer en las fauces de una serpiente llamada Malfoy. La dulce Ravenclaw hará lo que sea para recuperar su diario, pero el arrogante Slytherin no se lo pondrá fácil, lo que éste no sabe e...