Capítulo 23

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☆☆La noche en vela☆☆

Había pasado una hora desde que los jóvenes descansaron para la cena.

El aula estaba poco iluminada, las pocas velas que había rodeaban el pupitre situado en el centro de la clase ocupado por Draco trabajando sin ganas, estaba rodeado de bobinas de hilo y de más utensilios del costurero que le había prestado Luna, la extensa tela del tapiz casi rodeaba su asiento, eso era buena señal, significaba que ya había unido la mayor parte de los trozos y le iba quedando menos para acabar.

Mientras él trabajaba enfurruñado, la chica iba dando vueltas por el aula curioseando y de vez en cuando supervisaba el trabajo realizado por un Draco cada vez más impaciente.

-¿Quieres dejar de dar vueltas? –preguntó el muchacho sin apartar la vista del tapiz.

-No sé por qué te enfadas, has avanzado bastante –le respondió ella mirando por una ventana observando el cielo nocturno que la dejaba cautivada.

-Me quejo porque esto es un asco. No entiendo cómo te puede gustar Lovegood –tras eso se pinchó con la aguja, no era el primer pinchazo, se ofuscaba.

-Hay cosas que me gustan y no entiendo por qué me gustan.

Él no prestó atención a ese comentario ponía atención a su dedo.

-¡Me he vuelto a pinchar! –exageró– ¡No acabaré nunca!

-No hace falta que te pongas así... -dijo posando la vista en él apartándose de la ventana –Fuiste tú el que decidió quedarse toda la noche, mañana también teníamos tiempo –se encogió de hombros.

-He dicho que acabaré –dijo volviendo al trabajo.

-Mira que eres cabezota...

-Calla. Tú también lo eres.

-Cada uno en su medida. Ya me vas conociendo –sonrió.

La chica volvió a ocupar su sitio al lado del muchacho observando de nuevo cómo cosía.

Observó que Draco se había puesto serio tras su último comentario.

-Al principio me daba miedo conocerte...-dijo él reflexivo.

Luna no pudo evitar volver a ponerse tan nerviosa como siempre. Draco era el único que la hacía sentirse así y confusa por todo, ahora era el único que ocupaba su mente, desde hacía poco, pero de una forma muy intensa.

-Lo sé... ¿Y ahora?

-Ahora no me conozco ni yo –le miró de reojo.

¿Por qué está tan serio? –pensaba ella- Siento que quiere decirme algo pero no se atreve.

Sentía que eran capaces de hablarse a través de sus intensas miradas.

La situación volvía a ponerse como esa tarde.

-¿Alguna vez has sentido que una parte de ti te dice una cosa y otra parte te dice otra? –preguntó de repente él.

-Pues claro, soy humana –rió la chica-. Espera, te estás volviendo a hacer un lio- le dijo volviendo a entrelazar sus dedos a los del muchacho como esa tarde como su fuese una marioneta, para ello tuvo que acercarse más volviendo a quedar a escasos centímetros de él-. Es así- le corrigió nerviosa.

Cuando Draco volvió a coger el patrón a seguir la chica se disponía apartarse de nuevo pero él comenzó a coser por otro lado haciéndolo mal a propósito para que Luna se volviese a acercar y seguir con las manos unidas. Mientras no paraba de mirarla.

Secretos en la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora