Después de una ducha, me coloco ropa para entrenar, podrá ser muy de madrugada pero las lágrimas no son suficiente para sacar la ira que llevo por dentro. Le coloco ropa para dormir a mis hijos ya que se durmieron con la ropa de la fiesta, todavía no puedo creerlo, mis hijos me hicieron una emboscada aun sin saber que era su padre.
Me dirijo al salón de entrenamiento y práctico con el saco de boxeo como me enseñó Aaron tiempo atrás, imagino todo lo que trae dolor a mi vida y pateó, doy puñetazos como si mi vida dependiera de ello. Le doy tantos golpes que mis nudillos comenzaron a sangrar pero no me detuve hasta que el saco cayó al suelo, pero mi rabia estaba intacta.
--¿No puedes dormir?- me volteo para buscar quien hablo, lo miro y lo ignoró por completo.
Me voy a la zona del tiro al blanco, agarró los cuchillos y comienzo a lanzar a la diana, imaginando que es Jhon o bueno quizás Keila. Pero no doy directo al blanco, cerca pero no lo suficiente, lo que me llena mas de rabia.
--¡¡No lo estás haciendo bien!!- dice con voz cansada. Lo ignoro y sigo en lo mismo hasta que se acaban los cuchillos.
--¿Ahora dejarás de ignorarme?-- se coloca al frente de la diana, dándome la espalda y retira los cuchillos.
-- ¿Qué quieres?- preguntó de mala gana.
--Que liberes tus miedos- se voltea serio.
--Yo no tengo miedo--- entre cierro mis ojos y lo miro.
--¿Quieres probar?- me desafía.
Suspiro cansada y paso a las colchonetas, donde me acuesto boca arriba y cierro los ojos, tranquilizo mi respiración y me dejo llevar, él se coloca al lado de mi cabeza y coloca sus manos en ella, ya hemos hecho esto antes, es su forma de entrenar mi mente.
--Sigue mi voz, recuerda que no es real y que nada va a dañar te---- Asiento, aunque es más fácil decirlo que hacerlo.
--Vamos Jared, me quiero ir a dormir.-- él coloca sus manos a cada lado de mi cabeza, me sonríe con suficiencia y yo solo cierro los ojos.
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Oscuridad y más nada, lo sabía ya he superado mis miedos, abro los ojos y Jared me mira molesto.
--Lo ves te lo dije-- le digo con arrogancia.
--¡Supongo que tienes razón!- lo dice aburrido.
--Creo que me iré a dormir- me levanté de la colchoneta, sonrió victoriosa y subo a mi habitación.
Estoy cansada así que paso a mis hijos a su cuarto, luego llego a mi cama y así toda sudada y sucia me lanzo a dormir. Horribles imágenes vienen a mi, cuando estaba amarrada y no podía moverme, no podía gritar. No puedo respirar, el aire no llega y abro mis ojos sobresaltada, el tapa mi boca con una mano y sostiene mi cabeza con la otra, con su cuerpo me sostiene fuerte para que no pueda moverme.
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