Capitulo 14

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Capítulo 14

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Sentía mucho miedo, un sudor frío recorría mi cuerpo, mis manos temblaban, estaba escondida en lo más profundo de mi armario y no sabía qué hacer. Por la rendija de la puerta puedo ver sus pies moviendo se, mientras me busca, escuchó que me llama, pero ni loca salgo de aquí.

Luego escuchó pasos y la puerta cerrar se, me pongo de pie con dificultad, me asomó apenas por la puerta y como no veo a nadie suspiró con alivio. Al salir del closet escuchó un extraño sonido en la ventana por lo que me dirijo a ella y lo veo ahí abajo, me hace señas para que me mueva, abro la ventana y él entra por ella. Me le quedó viendo sin entender nada, pero lo detalló, su cabello negro, sus abdominales bien marcados, su color moreno y sus ojos miel que se ven apagados.

El se sienta en mi cama pero no despega su mirada del suelo.

--Sebastian- lo llamó una y otra vez pero nada, por lo que decido acercar me, tomó su cabello en mis manos y lo obligo a mirarme.

Pero él no abre sus ojos, me duele no poder perderme en sus ojos, pego nuestros frentes y me dejo llevar por su olor a menta y mantecado

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Pero él no abre sus ojos, me duele no poder perderme en sus ojos, pego nuestros frentes y me dejo llevar por su olor a menta y mantecado.

--Te extraño- no puedo evitar que esas palabras salgan de mi boca.

El coloca sus manos a mi alrededor, en un abrazo por lo que me permito cerrar mis ojos por un instante.

--Elena vuelve- son sus palabras susurradas en voz baja.

--No puedo.

El suelta un pequeño gruñido, y se separa de mí, haciendo que un gran vacío se instale en mi pecho.

--Vuelve conmigo- me extiende su mano, esperando por mi.

Me pierdo en su mirada suplicante, en la calidez de su cuerpo y extiendo mi mano, cuando hacemos contacto una sonrisa se expande por su rostro llenando mi corazón de alegría, pero todo cambia de repente su mirada se llena de sorpresa y dolor.

Su pecho se llena de sangre y es ahí cuando veo un brillo metálico que sale de él, para después su cuerpo caer al piso sin vida, dejando a la vista el causante de tal atrocidad.

--Eres solo Mía.

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Me levanto de golpe, mi corazón bombeaba a mil, está claro que se quiere salir, una capa de sudor cubre mi frente y esa imagen queda grabada como fuego en mi mente. El cuerpo inerte de Sebastian por causa de Jhon. No lo permitiré aunque sea lo último que haga.

Miro el reloj de la mesa de noche y son las cinco de la mañana pero ya haga lo que haga no puedo dormir. Me dirijo a la cocina a preparar café o té lo que allá necesitó algo caliente. Después de rescatar a la chica nos fuimos al motel pero en vista que éramos cuatro y un bebe decidimos arrendar una pequeña casa, para estar más cómodos y claro tener más privacidad.

La chica se llama Meredith y su bebe Mauricio, al parecer es un pequeño licántropo por eso los lobos súper desarrollados lo querían, ella es humana según nos contó una noche la violaran y dejando abandonada pensando que había muerto, alguien la encontró y la ayudo, resulta que al tiempo se dio cuenta que estaba embarazada y como el niño no tiene la culpa decidió tenerlo.

Ahora la persiguen para quitarle al niño, le ofrecimos ayuda hasta que todo esto se resuelva, ella esta muy asustada no sabía nada de lobos hasta esa noche. Solo yo y Keyler sabemos la verdad del niño por su olor, pero su madre tiene mucho que asimilar como para que de repente le digamos.

"Sabes tu hijo es un lobo, creo que por eso lo buscan, pero todo normal tranquila crecen mucho más rápido, comen más que los niños normales, pero su mente crece como debería hasta que se transforme claro ahí las cosas serán diferentes" no definitivamente demasiada información.

Un ruido extraño me distrae de mis pensamientos, a velocidad sobrehumana agarro un cuchillo y me asomo con cuidado por la ventana. Una sombra cruza a toda velocidad por el jardín, mandó energía a mis manos uno no sabe cuando necesitará paralizar a alguien.

Abro la puerta intentando hacer el menor ruido posible, pero cuando abro la puerta el dueño de la sombra se detiene y me mira. Mi respiración se detiene, esto tiene que ser una maldita broma.

--Tu- le digo con mi voz llena de rencor y el muy maldito solo sonríe.

Y me observa con su mirada pícara, su franela blanca, jeans negros y cuerpo de infarto.

--Me dirás de una buena vez por todas ¿quién eres?- le miró con los ojos entrecerrados y todas mis sospechas trabajando a mil.

--Soy Sam y por ahora solo un amigo. Es todo lo que dice antes de marcharse como si nunca hubiera estado ahí. Es el chico del Violín en la fiesta, el que tocaba la tonada triste.

--Elena qué haces afuera- me volteo para encontrar me a Isabella con su ropa de dormir y una cara de clara confusión

--No podía dormir- me en cojo de hombros restando importancia a la situación.

--Ok.... Pero entra- asiento y me dirijo a la cocina para apagar la estufa ya que había montado agua ya sea para el té o el café, Isabella me mira.

-Té por favor- yo asiento.

Sacó dos tazas del gabinete y colocó las bolsitas de té de manzanilla con miel y limón para luego vaciar el agua y el azúcar.

--Hay algo de lo quieras hablar-- niego y me quedo observando el té y pensándola en la mortalidad de los cangrejos, osea en nada. Sabes después de la misión podrías hacer una pequeña visita sin que nadie lo note a los crecientes- me le quedo viendo y niego. --¡¡Oh!! Vamos Elena sabes que podemos ir y nadie se daría cuenta. Niego nuevamente--- Solo una pequeña miradita.

Me río de su voz cantarina.

--Solo una pequeña miradita, pero no cuando termine la misión seria obvio yo te diré cuando y máximo 20 minutos y volvemos.

--¡Oh! Si nena.- dice celebrando en victoria.

--¡¡¡Oh!!! ¡¡¡Oh!!! De que me perdí- le acusó y ella se sonroja.

--¡No se de que hablas!- toma de su té como la que no quiere la cosa.

--¡¡Habla ya mujer!! Sera que quieres ir por algo especial o mejor dicho alguien.

--Yo pusjjj- bufa- para nada, no sé de qué hablas estás alucinado creo que el té o la noche fría te hicieron daño.

-- Pues yo creo que si tienes motivos quizás uno que comienza con Ron y termina en ny.

--Ron y any oye eso suena bien, pero para beber no necesito ir para allá.

--Si, sí y me lo creí.

--No se de lo que hablas pero si quieres beber esta noche volvemos al club.-- levanta sus cejas y hace un baile extraño.

--Estas loca sabes.

--Pero así me quieres- me lanza un beso, para luego tomarse lo que queda de té.

Tomó las tasas, las lavo y las colocó a secar, cuando volteo la condenada me ha dejado sola. Subo a intentar dormir un rato más, pero me acuesto haciendo conexiones sobre los últimos sucesos.

Besos Dune.

Todo O Nada:  MENGUANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora