Capítulo 21: Oficial

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¡Pom!

El impacto de algo contra el suelo, logró sacarme de mi profundo sueño.

Con los ojos aún entrecerrados, intente ver de qué se trataba.

Una sonrisa ladeada se escapó de mi boca.

- Lo lamento –se apresuró a disculparse Abigail, al tiempo que recogía un libro del suelo-. No quería despertarte. Puedes volver a dormir, solo ha pasado una hora.

- Está bien, no te preocupes. Ya me siento mejor –dije.

Y era verdad, si realmente había pasado solo una hora, había sido la hora más larga y reparadora de toda mi vida, no recuerdo cuando fue la última vez que me levante sintiéndome tan bien.

Me levante de la cama estire el cuello y los brazos, oí como los huesos crujían al ponerse en su lugar, sonará un poco bizarro, pero me gusta la sensación. Me acerque a la biblioteca.

- ¿Qué tienes ahí? –pregunté refiriéndome al libro que sostenía en la mano.

- Yo... No sabía... -antes de que Abigail terminara de hablar, alcancé a ver el libro que sostenía en la mano. Cubierta amarilla, borde rojo, pintado con colores y lleno de brillantina.

Por supuesto. De entre todos los libros que podía escoger para mirar, justo tenía que tomar ese.

- Así que... encontraste nuestro cuaderno de recuerdos.

Ella se queda admirando la portada.

- No era mi intención hurgar en tus efectos personales. Yo solo estaba aburrida, buscaba algo que leer, y bueno... es tan brillante que me llamo la atención –se excusó.

- No tienes que disculparte, no tiene nada de malo. Fui muy desconsiderado al acostarme a dormir sin darte algo que hacer mientras tanto.

Soltó una desganada risa, más bien forzada. Me tendió el pequeño libro.

- Es muy lindo –volvió a sonreír-. Y está firmado.

Lo abrí en la primera página donde estaban las palabras: Hanna y Oliver por siempre juntos. Acompañado de un dibujo de un niño y una niña tomados de la mano y sonriendo mucho; todo escrito con crayones.

No pude evitar sonreír ante el recuerdo, Hanna tenía 7 años y yo acababa de cumplir los 6, hace exactamente 12 años. Ambos pintamos y pegamos cada una de las páginas con fotos de nuestra infancia -con solo un poco de ayuda de Duncan- y finalmente Hanna quiso firmarlo, como yo no sabía escribir bien, me limite a hacer el dibujo. Pero era un muy buen dibujo, a ella la había pintado con sus despeinadas trenzas a cada lado, y su vestido naranja, mientras que yo llevaba mi gorra nueva y unas botas de lluvia.

- Fue su regalo para mi sexto cumpleaños, aunque yo también ayude a hacerlo –cerré la tapa, y puse el libro de nuevo en su lugar-. El tiempo ha pasado muy rápido.

- ¿Eso crees? El tiempo pasa volando cuando te diviertes, parece que ella y tú se divierten mucho.

El tono de su voz indico que algo no andaba bien.

- ¿Disculpa? –necesitaba saber qué es lo que estaba ocurriendo.

Apretó los labios en una delgada línea.

- Creo que no fue buena idea venir a Förening después de todo. Tal vez será mejor que vaya a ver si necesitan mi ayuda con algo allá abajo –dio media vuelta dirigiéndose a la puerta.

Un Cuento TrylleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora