Capítulo 5: El trono, la corona y la familia

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Más tarde esa noche, cuando ya todos se habían ido a su casa o habitación de huéspedes, me quede un rato en el balcón, disfrutando del aire fresco y la tranquilidad del ambiente. Todos los descubrimientos del día me habían dejado bastante impactado, pero aunque al principio mi me estaba muy inquieta pensando en ello, al final todo el tema de mi futuro como rey, y las historias que yo mismo tendría que contar algún día a las siguientes generaciones, terminaron por inundar mi cabeza.

- ¿No logras dormir? –me giré para ver a papá acercándose tranquilamente.

- Algo así, estoy pensando. ¿Y tú? –le devolví la pregunta.

- Tu madre tiene asuntos de última hora que atender, intento matar el tiempo mientras termina.

- Ya veo.

Nos quedamos un rato mirando el cielo, en completo silencio. Era agradable pasar un tiempo con el así, casi siempre estaba ocupado. hace mucho no teníamos un momento de "Padre e Hijo." 

- ¿Por qué no estás con mamá? –pregunté terminando con el silencio.

- ¿Te refieres a por que no estoy en la reunión?

Asentí.

- Digamos que esas cosas son bastante aburridas, pero eso tú ya lo sabes –contestó-. Y aunque siempre procuro estar cerca de tu madre para ayudarla, ese no es realmente mi trabajo. Hoy no estoy especialmente de humor, para meterme en una de esas cosas.

- Deberías estar, eres el rey.

- Rey Consorte –me corrigió-. Tengo libertad para hacer muchas cosas, pero a la hora de la verdad es la reina quien toma las decisiones, ella es la legítima al trono.

- Igual que yo –comenté simplemente, con cierta dejadez.

Honestamente la idea no me mata de emoción, de hecho es todo lo contrario, me aterra. 

- Igual que tú.

Se quedó mirándome por un momento.

- ¿Estas preocupado?

- Tal vez... un poco –acepté.

- Está bien, no tienes que avergonzarte por eso. Es completamente normal. Tienes una gran obligación con mucha gente.

- Es eso lo que más me asusta. ¿Qué tal si al intentar hacer lo mejor para todos, solo consigo que se enojen y se pongan en mi contra?

Solté un gran suspiro, en parte de alivio por poder compartir mis preocupaciones con mi padre.

- Entonces tendrás que aprender a manejarlo. No dudes ni por un momento que eso pasara –me aseguró-. Siempre habrá alguien que esté en desacuerdo contigo. No puedes tener contento a todo el mundo.

"Lo importante es que veles por el bien mayor, que la gente vea que te preocupas por sus necesidades. Que puedan ver en ti a un rey que busca lo mejor para su pueblo. Poco a poco te iras ganando su confianza. Y por lo menos tú ya cuentas con un bonus, las personas del reino ya te conocen y te adoran."

- ¿A qué te refieres con eso? –pregunto-. A ustedes también los quieren, son grandes gobernantes, acabaron con la guerra y generaron igualdad de condiciones para los habitantes -entre muchas otras cosas buenas que hicieron ¡La lista es interminable! 

- Ahora, sí. Pero no fue así siempre, la gente no conocía bien a tu madre, y que fuera hija del Rey Vittra no era de mucha ayuda tampoco. Sin contar su carácter... –se rió- se metió en unos cuantos problemas.

Un Cuento TrylleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora