Capítulo 20: Duerme...

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¿Por qué no podía ser más sencillo? ¿Volver al tiempo en que Hanna y yo éramos simplemente los mejores amigos, sin que ninguno esperara más del otro? ¿Porque todo tenía que cambiar? ¿Es mucho pedir paz y felicidad?

Me deje caer exhausto sobre mi cama. Pronto Abigail y su familia estarían en el palacio, y no hay forma de que me sintiera más culpable, emocionado y preocupado, todo al mismo tiempo.

Me lleve las manos al rostro y deje salir un gruñido de frustración. ¿Porque todo esto tenía que pasarme a mí? ¿Acaso no es suficiente con todo lo que tenía que soportar como heredero al trono? ¿Alguien quisiera por favor decirme que hacer?

Con la cabeza llena de pensamientos, dudas, e incertidumbres, sin quererlo, me quede dormido.

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- ¡Señor! ¡Señor! ¡Príncipe Oliver, por favor despierte! -escuche una voz lejana mientras alguien me zarandeaba constantemente.

- Ughj -me quejé-. ¿Qué ocurre...?

- ¡Gracias al cielo que despertó! -exclamó Gerard-. Empezaba a creer que había caído en estado de coma.

- Oh, vamos, no seas tan exagerado -respondí, incorporándome en la cama.

- Eso ya no importa señor -dijo el, haciendo el tema de lado-. Me han mandado a llamarlo, sus padres llevan un rato esperándolo sin que usted apareciera.

- ¿Y por qué tanto afán? ¿De qué se trata?

- La familia real Vittra está retrasada -empezó a explicar-. Se suponía que llegarían a las cuatro y media, cinco a más tardar. Pero son ya las ocho de la noche y no se han comunicado. Ha sido imposible establecer contacto con ellos. No se sabe que ha ocurrido.

- ¡¿Como?! -salté de la cama-. ¿Porque no me lo dijeron antes?

- Lo lamento señor -se disculpó-. Pero usted le dio indicaciones al guardia de la puerta para que no lo molestaran.

Me lleve las manos a la cabeza, intentando mantener la calma. Empezaba a preocuparme y molestarme por no haberme enterado antes, pero la verdad es que había sido mi culpa por no estar atento a su llegada y haberme quedado dormido, además ni siquiera conocía toda la situación. Puede que Gerard no me dijera nada más, pero seguramente mis padres sabían algo más sobre el tema que no es de dominio público.

Decidí que mi mejor opción era ir a averiguar que ocurría, antes de llenar mi cabeza con preguntas y posibilidades.

Fui rápidamente al baño, me mojé la cara para despejarme, arreglé un poco mi cabello y el traje, y me dirigí a la entrada del palacio, donde mis padres y mi hermana estaban reunidos con Finn y algunos guardias.

- Ya iba siendo hora de que aparecieras –comentó Ella con aire de superioridad. Me limite a lanzarle una mirada.

- ¡Oliver! ¿Dónde estaba metido? –preguntó mamá.

- Lo siento, me quede dormido, me acabo de enterar.

- ¿Qué tanto sabes? –me preguntó papá.

- Solo que llevan más de tres horas de retraso y no se han comunicado.

- Así es, pero hay algo más... -se acercó a mí, para que nadie más pudiera escuchar-. Finn cree que podría tratarse de otro ataque Omte.

Un Cuento TrylleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora