Capítulo 26: Los giros de la historia

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Mientras tanto Finn y Wendy, al final de la fiesta cuando ya todos se han ido, sostienen una extraña pero divertida e irónica conversación, con respecto a lo recién presenciado entre Oliver y Hanna:

- Quizás les hemos pasado justo la parte mala de nuestros genes –comenta Wendy.

- Resulta irónico sabiendo que ni siquiera tiene mi sangre –responde Finn.

Ella adopta una postura seria y lo toma de las manos.

- Eres su padre -dice con la mayor convicción en la voz-. Es lógico que tenga tus rasgos.

- ¿Crees que lo podrán solucionar? ¿Acabará bien para ambos?

- Dime... ¿Crees que nosotros lo hicimos?

- Fue difícil. -sus ojos destellaron-. Pero lo logramos.

Ella esboza una cálida sonrisa.

- A veces los sentimientos se confunden. Son lo única persona con la que han estado totalmente, siendo ellos mismos, desde el momento en que se conocieron. Fue hace mucho tiempo, y es un vínculo muy fuerte. Puede que Oliver este un poco perdido, pero sé que Hanna no se equivocará, es una chica muy fuerte. Rara vez se equivoca, sabe cómo luchar. Hará lo correcto.

Finn se ríe.

- Esto es una locura. La Holmes se hace a un lado, en su propio camino, mientras que el Príncipe queda con la otra chica de la realeza, que está recién llegada, y que como si no fuera suficiente coincidencia, también es Vittra. ¿Te suena la historia?

- Comprendo que te preocupes por tu hija, está bien, pero debes confiar en ella. Y supongo que resulta imposible ignorar al pequeño Mackensie correteando por todo el alrededor. Pero creo que te has olvidado de algo importante también.

Al principio luce desconcertado pero luego el entendimiento llega a él.

- ¿Liam? -la mira fijamente- ...y ¿Ella?

- ¿Tanto te sorprende?

- Creo que ni siquiera me he fijado, él no me ha dicho nada –se encoge de hombros.

- Si, bueno, los he visto, y ambos aún son jóvenes, pero creo que el chico necesita un empujón. Deberías ir y dárselo.

Finn deja escapar un pequeña risa, y más relajado.

- ¿La reina brinda su bendición para esto?

- Mi niña está feliz, y yo no puedo pedir otra cosa, quizás por un lado no se vea todo muy bonito, pero hay que ver el panorama completo. En realidad me hace bastante ilusión.

- ¿Qué cosa? Creo que me perdí...

Wendy sonríe.

- Todo toma su orden: Primer, la princesa se enamoró de su guardia, un chico Holmes, pero él ya tenía su familia, una vida armada, y él no la amaba, no era correspondido, no funcionó. Luego la princesa se enamoró de su guardia, un chico Holmes, él también la amaba, pero era demasiado entregado a su deber, fue correspondido, pero luego de un tiempo no funcionó. Y terminando, la princesa se enamora de su guardia, un chico Holmes, él también la ama, es correspondido, pero aún son jóvenes, quizás esta vez, haya suerte para los dos.

Él se queda meditando toda la situación por un buen rato.

- Tienes razón, quizás al menos haya suerte para ellos dos.

- Exactamente. Además no debemos preocuparnos demasiado por Oliver y Hanna tampoco, aún son jóvenes, conozco la importancia de los sentimientos de mi hijo por la princesa Abigail, y sé que tu hija hace honor a su apellido. Ella es fuerte, resistirá y superará todo esto, y en un futuro no tan lejano la veremos completamente realizada con la persona indicada que la querrá para siempre e incondicionalmente, por la maravillosa chica que es. Ya lo veras.

Ambos se sonríen, contentos con la conclusión a la que han llegado, y se despiden con un cariñoso y melancólico abrazo.


Un Cuento TrylleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora