Capítulo 16: Distracciones

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Hoy es el funeral, todos estamos reunidos alrededor del ataúd cerrado, con rostros que varían desde la pena y sufrimiento total, a aburrimiento o simple reverencia por la ocasión.

La verdad no entiendo para que están presentes tantas personas que no lo conocieron nunca, o que apenas lo vieron en algún evento del palacio. A esas personas no les importa que él haya muerto, no les importa que ya no este y que nunca volverá, para ellos no significa nada. ¿Para qué vienen entonces?

A quienes en realidad lo conocimos y lo estimamos, nos parecía que lo mejor era hacer una reunión pequeña con aquellos más cercanos, pero ya que él era el Markis más poderoso y de mayor renombre en Förening, eso no es posible, hay que organizar una gran ceremonia donde un puñado de desconocidos puedan "ofrecer sus condolencias" por el fallecido, cuando en realidad sé a ciencia cierta que habrán muchos descarados que se acercaran a mis padres con el único propósito de dar a conocer sus opiniones, quejas y comentarios sobre el reino, no respetan ni siquiera los momentos de luto.

Mientras la ceremonia se lleva a cabo, soy consciente de quienes pasan a decir unas palabras en honor a él, pero por alguna razón, el sonido no llega a mis oídos, reina un silencio absoluto en todo el lugar, el aire se siente tan pesado que cuesta respirar.

Estoy seguro que el habría odiado todo esto, primero porque como dijo en la carta que nos dejó, no quiere vernos sufrir por su recuerdo y segundo porque aunque mis poderes no involucran el ver las auras, estoy seguro que las de las personas presentes, no son nada coloridas.

Del lado derecho, están todos los que vinieron por protocolo o respeto (los desconocidos), mientras en la izquierda estamos todos los amigos y familiares, la familia Holmes, Rhys con Rhiannon, Matt y Willa, incluso Garrett Strom y la tía Maggie vinieron en esta ocasión, y por supuesto también está Bain y nosotros.

Esperaba ver a unos cuantos llorando, se supone es parte de la experiencia, incluso Ella con todas sus normas de princesa no puede contenerse en este caso, pero no imagine que mamá también estaría llorando, es decir, es la reina, se supone que no debe ser vista llorando en público, muy seguramente en otra situación la gente hubiera empezado a hablar mal y criticar como suelen hacer, pero esta vez todos parecieron darse cuenta de que esas normas no aplicaban, un ser querido se fue y el llorarlo es parte del proceso por el cual todos debemos pasar.

Aunque yo no estoy llorando aquí, les puedo asegurar que ha sido inevitable levantarme por la mañana con lágrimas secas en la almohada.

Al fin, luego de dos largas e incomodas dos horas se da por terminada la ceremonia y cada quien es libre de irse a casa. Mientras nosotros, a petición de Tove en persona, haremos una reunión para levantar un poco los ánimos, recordarlo con alegría como él quería, y aprovechar que todos estamos reunidos, aunque se dé buena fuente que han solicitado un poco de ayuda del Sr. Alcohol para librar todos los pesares. Para distraerse y olvidar, necesitarán un poco de ayuda.

A medida que el tiempo iba pasando y las copas aumentando, el ambiente se volvió más alegre y ligero para todos, contando anécdotas, recordando y riendo.

Risas. Eso era algo que no escuchaba ya hace un tiempo, es muy bueno oírlas de nuevo y reír también. Sobre todo, cuando después de esperar que el vino y la champaña hicieran efecto en los adultos, Hanna y yo nos pusimos de acuerdo en que también era nuestro turno para tener un poco de diversión a la antigua, con tantas cosas que han pasado últimamente no hemos tenido tiempo de hacer las bromas que tanto nos metían en problemas tan solo unos meses atrás.

La verdad, es que estamos un poco oxidados, las ideas son escasas...

- Así que... ¿Qué podemos hacer? –le pregunte a mi compañera de travesuras.

Un Cuento TrylleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora