Miro como la carroza fúnebre se aleja con el cuerpo de mi hermana seguido por una pequeña caravana, todos van camino al cementerio en donde cremaran su cuerpo. Me quedo en casa junto a mi madre, las dos estamos sentadas en el sofá, la casa está completamente en silencio, las dos estamos con la mirada perdida en algún punto de la sala. Creo que llevamos más de quince minutos sentadas cuando de repente mi madre se levanta y sale al patio, yo la sigo para ver que va a hacer, la miro desde la puerta de salida caminar hasta el fondo del jardín en donde toma unos cuantos sacos arrumbados, se devuelve a la casa, no tengo la menor idea de que es lo que va a hacer.
-Toma, – Me dice estirándome un saco. – ayúdame a desarmar la habitación de Claudia.
Sigo a mi madre sin decir nada, ella abre la puerta y entramos a la habitación de mi hermana. Esta es la primera vez que entro, quedo completamente impactada por lo que veo, siento un desagradable escalofrió al ver que en el techo hay muchas muñecas colgadas de su cuello, sus caras están rayadas y rotas, saco mi vista de las pobres muñecas y miro el resto de la habitación, parece como si hubiera pasado un tornado, las paredes están rayadas, el suelo está lleno de basura y ropa, la mesa de escritorio esta completamente destruida y todo lo que ahí había esta esparcido por todo el cuarto.
-Quiero que esta habitación sea para mis nietos. – Dice mi madre sonriendo, yo la miro preocupada por su extraña actitud.
-Creo que es una buena idea. – Digo mirando cómo se arrodilla en el suelo.
-Cuando el hijo de Dago este más grande me gustaría que se pudiera quedar aquí. – Mi madre comienza a tomar cosas del suelo y las pone dentro de un saco. – Además, ahora que Olivia se va a casar, tal vez tenga un hijo pronto.
-Es verdad. – Me arrodillo junto a ella y la comienzo a ayudar a botar cosas.
-Les comprare juguetes, una cama nueva, tal vez dos, no lo sé. – Dice poniéndose de pie. Mi madre camina hasta la pared, la cual mira por unos minutos. – Pintaré la habitación de blanco. – De la nada comienza a arrancar el papel decomural. – Se verá hermosa. – Dice entre lágrimas.
-Mamá. – Murmuro con lastima.
-Hice todo lo posible. – Solloza mi madre con rabia mientras sigue arrancando el papel de la pared. – Moví cielo, mar y tierra para que Claudia saliera adelante, pero no fue suficiente.
Mi madre se coloca las manos en la cara y cae de rodillas al suelo, me acerco sin decir nada, me pongo junto a ella y la abrazo, mi madre llora a gritos, es como si estuviera al borde de la locura, ella está completamente perdida dentro del socavón del dolor. Mi madre se calma lentamente, cuando ya ha vuelto en sí, dice que sigamos con la limpieza de la habitación. Mientras mi madre bota toda la ropa del armario de Claudia yo me encargo de arrojar las cosas que hay en el suelo a un saco, al terminar le pido a mamá que me ayude a desarmar la cama, mientras la desarmamos vemos que hay una caja negra que dice mi nombre, cuando veo la caja recuerdo que mi hermana me dijo que me había dejado un regalo bajo su cama, trato de mover la caja pero es muy pesada, junto a mi madre tomamos la gran caja y la colocamos en medio del cuarto, nos sentamos en el suelo para ver lo que tiene. La abro y veo a simple vista que hay muchos cuadernos, algunas carpetas que creo que deben ser sus informes psiquiátricos, también hay algunos papeles, un pañuelo y otros cachivaches. Tomo uno de los cuadernos y al hojearlo me doy cuenta que es un diario de vida de Claudia, mi madre también toma uno de los diarios, al abrirlo cae una fotografía rota que queda boca abajo, la tomo y al girarla me quedo paralizada, es una foto cortada por la mitad en donde sale un adorable joven que sonríe ampliamente a la cámara, no puedo creer que sea Tom, rápidamente comienzo a sacar los diarios de vida para ver si hay más fotografías, y me quedo anonadada al ver que en todas las que encuentro sale Tom, en algunas está solo y en otras sale con Claudia.
-¿Quién es él? – Le pregunto a mi madre estirándole una fotografía en donde sale mi hermana sentada sobre las piernas de Tom, ambos sonríen a la cámara.
-Thomas, era compañero de escuela de Claudia, fue el único amigo que siempre estuvo a su lado, cuando se fue a Inglaterra siempre llamaba para saber de ella, pero después que sus padres se separaron de apoco perdimos el contacto con él, hace unos años atrás fue a ver a tu hermana al psiquiátrico, después de esa vez nunca más supe de él, Tom era un muy buen chico. – Mi madre suspira con melancolía. – Hace doce años que no sé nada de Tom, ¿Qué será de él?
-Es psicólogo, me hizo clases en la Universidad. – Le respondo a mi madre, ella me mira impresionada. – Te pregunte quien era para confirmar que era él, cuando lo vi en la fotografía me impresioné, no recuerdo haberlo visto.
-Eras muy pequeña... Así que Tom es psicólogo, – Dice mi madre mirando la fotografía. Yo asiento con la cabeza. – No me parece raro que sea psicólogo, gracias a él Claudia no se suicido la primera vez que trato de hacerlo, tú hermana se iba a tirar del puente gigante que está en la carretera, Tom la convenció de que no se lanzara. – Dice mi madre con tristeza. Nos quedamos en silencio.
Después que terminamos de revisar las cosas de la caja seguimos limpiando y desocupando la habitación. Mientras ayudo a mi madre a sacar las muñecas del techo, no puedo dejar de pensar en Tom, era tan pequeña que no me acuerdo haberlo visto, ahora muchas cosas toman sentido, creo que Tom no quiere estar conmigo porque tal vez siempre estuvo enamorado de Claudia, aun que yo no me parezco físicamente a mi hermana a lo mejor tengo algo que le recordaba a ella y por eso se sintió atraído hacia mí, suspiro al pensar en eso, no entiendo por qué no me lo dijo, por qué me lo oculto, todo hubiera sido más fácil. Terminamos de desocupar la habitación de mi hermana con mi madre, ella me ayuda a llevar las cosas que me dejo Claudia a mi habitación. Mientras acomodamos las cosas sobre mi escritorio escuchamos que mi padre y mis hermanos llegan a casa, mi madre va a recibirlos, yo en cambio me quedo en mi cuarto mirando las fotografías de Tom, son más de cincuenta, en donde salen los dos, algunas están recortadas y solo aparece Tom, creo que mi hermana estaba un poco obsesionada con él, dejo las fotografías en el escritorio y me siento, miro la pila de cuadernos que Claudia tenía como diarios de vida, no sé si quiero saber cuál fue la relación que tuvieron ellos dos, pienso en llamar a Tom y decirle que se todo, pero me arrepiento, prefiero hablar del tema con él en persona.
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Escondiéndome de su mirada (Tom Hiddleston Fanfiction)
FanfictionLeonora una joven que estudia psicología decide ir a una clase de introducción al psicoanálisis impartida por el profesor Thomas Hiddleston, todos le advierten del mal carácter que tiene el profesor y le aconsejan que debe tratar de pasar lo más d...