Capitulo 1

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 Voy subiendo los primeros peldaños de las escaleras de emergencias camino al quinto piso de la Universidad, me dirijo a una clase de introducción al psicoanálisis. Es la primera vez que voy, por cosas de la vida el año pasado no aprobé la asignatura que me daba paso para poder tomar introducción, así que ahora estoy a dos pisos de ingresar, podríamos decir que ilegalmente a la cátedra. Llevo más de un mes diciéndoles a mis amigos que iré a esa clase, pero me da miedo,todos me han advertido del mal humor que tiene el profesor Thomas Hiddleston, aun que me calman diciendo que es muy guapo, y puedo decir que así es, lo he visto de lejos en el patio central de la Universidad un par de veces. Creo que mide 1,87 centímetros, es bastante alto, la mayoría delas veces lleva consigo un blazer de terciopelo azul oscuro de corte italiano con una camisa debajo que siempre tiene los dos botones superiores desabrochados, usa pantalones de tela de colores opacos y zapato de cuero oscuro modelo italiano.    

Miro la hora y me doy cuenta que solo faltan tres minutos para las dos, no soy tan ruda para llegar atrasada a una clase a la cual no pertenezco y menos si el que imparte la clase es un psicólogo malhumorado. Acelero mi paso y al fin llego al quinto piso debo caminar buscando la sala 515 y recién voy en la 500, camino por el largo pasillo repasando mi súper plan para pasar desapercibida, mis amigas me dijeron que a la clase nunca falta nadie y que siempre quedan dos asientos desocupados al final del salón, eso calma un poco mi nerviosismo, el profesor Hiddleston hace la clase sentado y solo se levanta para escribir en la pizarra, así que si me siento al final junto a la pared no me vera. Estoy a unos pasos de la sala 515 cuando veo a lo lejos que viene el profesor Tom caminando con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos, me apresuro para entrar a la sala antes que él, pero al entrar mi sorpresa es mayor, de todos los días yo, Leonora, tenía que venir justo el día en que la mayoría del curso decidió no venir a clases, a todas las otras benditas cátedras nadie, absolutamente nadie había faltado y ahora que vengo yo falta mucho más de la mitad del curso, solo hay 10 personas en la sala en vez de los 50 y tantos que deberían haber.

-¡Leonora! - Exclaman mis amigos cuando me ven, yo les sonrió mientras veo que mi suerte empeora.

Tres amigos están sentados en la primera fila y mi otra amiga en la segunda fila, será imposible pasar desapercibida, por lo menos están al otro lado de la sala y no queda justo al frente de la mesa del profesor.

-No te queda de otra que sentarte junto a mí. – Me dice Antonella sonriéndome desde la segunda fila.

Pensé que las cosas no podían empeorar más, pero en el mismo segundo que me siento entra el profesor, él deja sus cosas sobre la mesa y se acomoda en su asiento. Al ver que hay pocos en la sala comienza a mirar a cada uno de los que están presentes, su mirada se fija en mí unos cuantos segundos que se me hacen eternos. Mi plan de pasar desapercibida fracasa totalmente, hemos hecho contacto visual, todo se acabo, sabe de mi existencia, todo se fue al diablo, justo donde estoy sentada da gloriosamente en dirección a su mesa y no hay nadie que me tape y me proteja de su mirada, él me puede ver completamente, estoy nerviosa, debo ser lo más sutil y silenciosa, es sabido por muchos como se pone el profesor Hiddleston cuando alguien habla en clases indebidamente.

-Bien. - Dice con una suave pero varonil voz el profesor. Hace una pausa larga antes de seguir hablando. - Hoy hablaremos sobre el texto Tótem y Tabú de Freud. - Se vuelve a quedar callado.

Los nervios se me empiezan a ir de apoco, tomo apuntes frenéticamente como si mi vida dependiera de ello. Cada vez que dejo de escribir y levanto mi cabeza veo al profesor Hiddleston mirándome, tal vez lo hace porque soy la única que escribe y se ve interesada en lo que habla, aun que la verdad creo que me mira con curiosidad, debe pensar ''quien rayos es esa chica, jamás la había visto en mi clase'', sí, creo que eso es, no me mira enojado solo me mira con curiosidad. Los minutos pasan y cada vez que levanto la mirada veo que me observa, de apoco comienzo a darme cuenta que solo me mira a mí, lo más extraño es que cada vez que no entiendo y lo miro, él dice: ''lo que quiero decir es esto'', se levanta de su asiento y escribe en la pizarra para explicar, bueno para explicarme a mí porque todas las veces que explica solo me mira a mí y lo hace justo cuando yo no entiendo, así nos llevamos toda la clase es como si solo estuviéramos los dos, mis otros compañeros se ven bastante aburridos y solo yo estoy tomando atención, debe ser eso, por eso solo me mira a mí, por cual otra razón un hombre tan majestuosamente atractivo me estaría mirando.

-Vamos a ser un receso de veinte minutos. - Dice el profesor Hiddleston junto a la puerta.

El profesor antes de salir me mira por última vez y sale de la sala. Yo guardo mis cosas con prisa, no quiero estar más tiempo en esta clase, es una muy buena e interesante cátedra pero el profesor, dios mío, su mirada, su voz, su todo.

-¿Qué te pareció Tom? – Antonella interrumpe mis pensamientos con una sonrisa pícara.

-Su clase es interesante. – Le digo tratando de parecer desinteresada.

-No te pregunte por la clase. – Se comienza a reír.

-¿De qué te ríes? – La miro exasperada.

-Estas roja. – Mi cara de un segundo a otro comienza arder como el fuego mientras que Antonella se ríe con diversión.

Me despido lo más rápido que puedo y me voy. Camino por los pasillos de la Universidad tratando de no pensar en la mirada del profesor Hiddleston pero no puedo, su vil seriedad durante la clase y su actitud suavemente agresiva mezclada con una gran cognición me dejaron totalmente cautivada.






Escondiéndome de su mirada (Tom Hiddleston Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora