Abro la puerta de mi habitación y entro sin prender la luz a mi desordenado cuchitril, gracias a la luz que se filtra entre las cortinas de mi ventana veo por donde voy, tiro mi mochila a alguna parte del suelo, doy unos cuantos pasos más y llego hasta mi vieja mesa que me sirve como escritorio, me estiro sobre ella y abro las cortinas para poder mirar la ciudad brillar en la oscuridad de la noche, maldigo entre dientes cuando recuerdo que desde mi ventana veo en donde vive Tom, <<No pienses en él.>>, me reprende mi voz interior. Decido alejarme de la ventana al no poder quitarle la vista al edificio en donde vive el innombrable, cierro la cortina y me pierdo en la oscuridad, doy pasos con mis manos estiradas para no chocar con nada pero luego de unos cuantos pasos fallo y choco con algo, ese algo cae y... vuelvo a maldecir entre dientes cuando escucho la guitarra de Tom azotarse contra el suelo, ni si quiera me acordaba de la guitarra. Prendo la luz y veo a la pobre guitarra tirada en el suelo, la levanto y la coloco junto a mi armario, ella fue la primera desechada por Tom, <<Tal vez debería devolvérsela>>, pienso mirándola, pero si se la devuelvo su esposa la botara a la basura, mejor que la pobre se quede conmigo. Camino hasta mi cama en donde me siento a mirar mi desorden, que es el fiel reflejo de mi caos interno, mientras miro mi refugio, pienso en que si hago un balance de mi primera semana que me mantengo alejada de... Tom, podríamos decir que ha terminado bastante bien, he tenido que hacer muchas cosas estos días, gracias a eso he mantenido lo más alejado de mi mente todo lo que ocurrió la semana pasada.
Ahora debería estar estudiando para la prueba que tengo mañana con Lucien pero no tengo ganas de hacerlo, abro el cajón de mi mesita de noche solo por aburrimiento, al verlo me impresiona la cantidad de cosas que tengo, saco el cajón y comienzo a sacar las cosas que tengo ahí, papeles, un gorro de lana, collares, envoltorios de galletas, más papeles, una piedra, un calcetín, y por dios al final del cajón me encuentro con mi libro favorito, ya sé que voy a hacer, vuelvo a meter todo en el cajón, se que debería botar cosas pero el mal de Diógenes se apodera de mi y dejo todo como estaba. Me acomodo en mi cama y comienzo a leer el libro.
-Indecisión —dijo—. Es una palabra sencilla. Pero conduce a cosas feas, ¿no? Naturalmente, lo mismo puede pasar siendo alocado a la hora de decidir. Ése es más o menos el dilema. Actuar o no actuar. Una cuestión intrigante, ¿no crees?
(¨El hombre equivocado¨, J. Katzenbach, pág. 36)La frase que acabo de leer del libro me explica a la perfección el problema de Tom, la indecisión, esa simple palabra es lo que lo está atormentando. Desde el pasillo escucho a Antonella llamarme para que vaya a cenar, marco la hoja en donde quede y antes de cerrar el libro, muevo las hojas para ver si me sale otra frase que me pueda ayudar, me detengo en una hoja, la comienzo a ojear y en la última parte sale algo interesante.
-Estaban en una encrucijada. Había que tomar una decisión. Como muchas de las decisiones que la gente, la gente corriente, se ve obligada a tomar, tuvo profundas consecuencias personales. Eso es lo que tienes que comprender.
(¨El hombre equivocado¨, J. Katzenbach, pág. 281)¨Eso es lo que tienes que comprender¨, siento como si me lo hubiera dicho a mí, ahora lo entiendo mejor, no es una decisión fácil para Tom, yo aun puedo arrojarme por un precipicio, pero él, él tiene mucho más que perder, su vida amorosa es un perfecto desastre pero ya está hecha, suspiro al pensar que no debe ser fácil para un psicólogo fracasar. Me levanto de la cama para ir a cenar, no puedo dejar de pensar en Tom, creo que mi súper primera semana sin pensar en Tom fue un intento frustrado. Llego hasta al comedor arrastrando mi humanidad, cuando mis amigos me preguntan qué me pasa alego al cansancio, en parte es verdad el final de semestre me está consumiendo la vida, y la única persona que hacía que olvidara todo esos dilemas era Tom y ahora que tengo que dejar de pensar en él solo me queda chocar de frente con la realidad.
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Escondiéndome de su mirada (Tom Hiddleston Fanfiction)
FanfictionLeonora una joven que estudia psicología decide ir a una clase de introducción al psicoanálisis impartida por el profesor Thomas Hiddleston, todos le advierten del mal carácter que tiene el profesor y le aconsejan que debe tratar de pasar lo más d...