―No, no sabía ―su boca sesgada un poco en la esquina―. Siento mucho escuchar eso. Me siento extraño, parado en este húmedo lugar que huele a cuerpos y a humo, entre estas latas vacías que sugieren pobreza y el fracaso en encajar. Pero hay algo atractivo en ello, una libertad, el rehusarse a pertenecer a esas categorías arbitrarias que hemos hecho. ―Tu Elección debe de ser mañana, para que te veas así de preocupado ―dice el hombre―. ¿Qué facción obtuviste? ―Se supone que no debo decírselo a cualquiera ―digo automáticamente. ―Yo no soy cualquiera ―dice―. Yo soy nadie. Eso es lo que significa ser un Sin Facción. Aun así, no digo nada. La prohibición de compartir los resultados de mi prueba de aptitud, o cualquiera de mis otros secretos, se ajusta firmemente al molde que me hace y me rehace cada día. Es imposible cambiar ahora. ―Ah, un seguidor de las reglas ―dice como si se sintiera decepcionado. ―Tu madre me dijo una vez que se sentía como la inercia la había llevado a Abnegación. Era el camino de menor resistencia ―él se encoge de hombros. ―Confía en mí cuando te digo, joven Eaton, esa resistencia vale la pena. Siento un ataque de ira. Él no debería estarme hablando de mi madre como si le perteneciera a él y no a mí, no debería estar haciéndome cuestionar sobre todo lo que recuerdo de ella sólo porque ella puede o no haberle servido comida una vez. Él no debería estarme diciendo nada en absoluto... él no es nadie, un Sin Facción, apartado, nada. ―¿Sí? ―digo―. Mira a dónde te llevó esa resistencia. Viviendo de latas en un edificio en ruinas. No suena tan genial para mí gusto ―empiezo a avanzar al corredor de dónde él salió. Sé que encontraré la puerta a un callejón en la parte a de atrás, no me importa dónde, mientras pueda salir de ahí rápidamente. Escojo un camino a través del piso, cuidadoso de no pisar las mantas. Cuando llego al pasillo, el hombre dice: ―Prefiero comer de una lata que ser estrangulado por una Facción. No miro atrás.
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The Transfer
AksiUNA HISTORIA DE DIVERGENTE es una de las cuatro historias escritas desde la perspectiva de cuatro. -Eres el único que tiene que vivir con tu decisión -dice-. Todos los demás lo superarán, avanzarán, no importa lo que decidas. Pero tú no lo harás. Ah...