2. Oh shit, here we go again

153 10 2
                                    

***
J U L I E T T E

Me acerqué a donde estaba Jack mientras planeaba que excusa poner para que me deje ir feliz. Él me espera abriendo ligeramente sus ojos cuando me paro a su frente. Nos quedamos en silencio un rato, por su parte esperando una explicación mía

—¿Qué esperas?

—Jack, pues... —Lo que pasa es que me hartas y me quiero largar de aquí. Ah y también mi papá me llamó por noseque. Ahí te ves —Mi papá me llamó que se encuentra mal, está enfermo y necesito estar para él

Su expresión se suavizo con un toque de delicadeza y entendimiento en el tema.

—Oh claro, entiendo. En ese caso pues, puedes irte —me dio una sonrisa de compasión

Odio la compasión.

— Gracias.

— Bueno, mañana nos vemos —se despide con la vista en un libro.

— Si, adiós — camino alejándome de éste chico que apenas acabo de interactuar con él sin armar relajo.

Tomo un taxi para ir a la compañía.

El taxi me deja a unas cuadras, quiero que nadie vea en donde es la compañía exactamente. ¿Han visto esos típicos edificios abandonados? Bueno, el nuestro por afuera parece abandonado pero en su interior es todo de lujo.

Lo más discreto posible, ¿eh?

Cuando llego enseguida me registro y me dejaron pasar, me cambio de ropa a la de la compañía - que constaba en una simple chaqueta - me adentro hacia unos pasillos y me encuentro con mi papá junto con algunas personas de la compañía preocupados.

— Hola papá, ¿qué paso? ¿Por qué todos están así? — pregunto confundida

— Te contaré brevemente lo que pasó—  me dice papá con la vista en otro lugar

— ¿Ok?

Nerviosa. Así me siento, más que la vez que fue pruebas de lanzamiento de cuchillos. Dos personas casi pierden un ojo.

—Por favor, no pierdas la cabeza al ver esto

Abren una puerta mientras espero lo que esté dentro de ese lugar. Y sin embargo al verlo pienso que estoy alucinando

—¿Chris?

—¿Creiste que te podías deshacer de mi?

Voy corriendo a abrazarlo. Casi dos meses en los que la ansiedad de saber si estaba vivo o no me mantenía con insomnio.

—¿Dónde mierda estabas y por qué regresas a estas alturas de la vida?

—Un contacto nos ayudó mucho a que esté ahora con vida y con nosotros —respondió mi papá

—Dile a tu contacto que si quiere le doy el 50% de mis ganancias

—No es para tanto, de todos modos nos debía un favor y nos acaba de cobrarlo con Chris —se acerca a nosotros que seguimos abrazados

Nos mantenemos un minuto más así hasta que me doy cuenta que derrame un par de lágrimas.

—Que sensible eres, Jule —me seca las lágrimas con un toque divertido —De seguro estas en tus días

—Imbécil.

Nos sentamos en el gran sofá mientras seguía abrazandolo aún algo sensible.

—Aparte de eso, tengo otra noticia.

La Más Buscada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora