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6. Piensa mal, y acertarás

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J U L I E T T E 

Era algo tarde cuando regresé a mi casa, exactamente el reloj marcaba las 11:30 de la noche. En la compañía nos quedamos trabajando hasta estas horas, haciendo lo necesario para avanzar en nuestro trabajo. A pesar del ameno ambiente que se maneja allí gracias a mi familia -también tomando en cuenta a mis amigos-, no quitaba el hecho de que era agotador. 

Me sentía cansada así que sin más, subí a mi habitación y me acosté en mi cama enseguida cayendo en un sueño profundo. Cuando desperté, tenía la sensación de que solo dormí un par de minutos, por lo que aún me encontraba cansada. Mientras me estiraba para tratar de quitarme el sueño, me dirigí hacia la habitación de mi hermano para despertarlo pero fue mi sorpresa no encontrarlo ahí y todo ordenado tal como lo había dejado ayer.

—Que raro...

De seguro salió temprano y no me avisó.

De todos modos, tomé mi celular y decidí llamarle. Presioné el botón de llamar pero enseguida me mandó al buzón de voz, colgué y por las dudas volví a intentar pero ocurrió lo mismo. 

Ok, creo que debería preocuparme.

Llamé a mi papá, podría ser que él supiera en donde se encuentra Louis. 

 —Buenos días, papá 

—Juliette —Saludó—. ¿A qué se debe tu llamada? 

—¿Sabes dónde está Louis? —pregunté ansiosa—. Llamé a su celular pero me manda directo al buzón.

Escuché maldecir entre dientes: —Me estoy haciendo una idea, dame unos minutos.

—¿Está todo en orden? 

—Te llamo, en unos minutos —colgó.

Mientras esperaba la llamada de mi padre, decidí realizar mi rutina diaria. Me preocupaba la idea que se le ocurrió, porque, si es lo mismo que pienso...

Piensa mal, y acertarás. 

El timbre de mi celular me sacó de mis pensamientos, enseguida lo tomé y contesté.

—¿Qué pasó?

—No podemos afirmar con certeza pero... —Me alertó la voz agitada de mi padre.

—¿Pero..?

—La última ubicación registrada de Louis fue hace dos horas por las afueras de la ciudad. 

Silencio, y luego el caos.

—E-es una broma, ¿verdad? —Sólo recibí un suspiro como respuesta—¿VERDAD? NO FUE SECUESTRADO NI NADA DE ESO ¿VERDAD?

—Juliette, mantén la calma. Es sólo una posibilidad...

—¿DE CUÁNTAS MÁS? —Un sollozo involuntario escapó de mis labios. Colgué sin esperar respuesta.

Era lo que menos deseaba, involucrar más de mi familia en mi trabajo. Jamás acepté que Louis ni siquiera colocara un pie dentro de todo este mundo por lo mismo, porque no quería traerle problemas. Pero, sin querer, ya lo hice.

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Al otro día, mi mamá me obligó a ir a la preparatoria. Según ella, había faltado mucho después del incidente de mi pie; aparte de que quería estabilidad luego de lo ocurrido.

El dia anterior no ocurrió nada relevante: Mi padre investigando sin parar sobre Louis, yo en un estado de ansiedad y preocupación extrema. Mi madre llegó horas después tratando de calmarme, pero aún así no fue suficiente, no pude ni siquiera pegar un ojo en toda la noche. Ella se veía también preocupada, lo noté en su semblante, así que traté de reconfortarla de mi parte.