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POV Leila.
Nuestros rostros estaban demasiado cerca. ¿Qué haces Nero? Él me tomo el rostro y beso mis labios. Al principio no reaccione. Yo solo le seguí el juego. Me siento en los aires. Ni siquiera puedo pensar bien.Cuando mis pensamientos volvieron, lo empuje. Esto no está bien.

-¿¡Qué coño Nero!?- Grite. -Somos hermanos.- dije enojada.
-Admítelo, te gusto. - se acercaba más y más, de una forma coqueta. -Anda, que ando necesitado. - dijo bromeando.
-¿Estás de coñá? - dije. No me gustaba este chiste.
-Es broma, Leila. - Dijo mientras reía altamente, como un desquiciado.
-No me hace gracia.- Me di la vuelta, dándole la espalda. Sentí que sus brazos me acorralaron.
-Tranquila, no te tocaré aún. - susurro en mi oído, haciendo que mi piel erice. Dios, cualquiera chica desearía esto, su voz es demasiado sensual. Me besa el cuello, no puedo aguantar, no lo hagas Nero. Si sigues, no podré parar.
-Ne-Nero. - susurre, quiero que pare, no aguanto mis hormonas.
-Leila.- dijo, soltándome. -Iré a comer.- dijo, dirigiéndose a la cocina.

Sonrojada, me quede en la sala, paralizada. ¿¡QUÉ COÑO HA PASADO?! ¿Con qué así, Nero? Me siento caliente. Esto no es normal. ¿Me siento atraída por mi hermano acaso? No, imposible. Me Dirigí a la cocina.
-Leila.- me llamo.
-¿Dígame?- es lo único que dije. Tantas cosas que le puedo decir, insultarlo. Pero no, eso fue lo único que dije.
-Mañana empezamos, mañana entrenaras.- dijo, seriamente.

Mañana empezará el verdadero infierno.

Loveless [PAUSADA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora