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POV Nano.

El hecho de que Leila quiera dar su vida por mí, es lindo. Sin duda alguna, es una de las personas más dulces que he conocido. Después de Sekai, claro. Nadie le puede ganar a mi hermana.

Pero aún así, no, no debe hacerlo. No quiero perderla otra vez.

-No importa lo que digas, participaré. - Dijo, cruzada de brazos. Mirándome de molesta.

Claro está, llevamos peleando como una hora. Desde que esa zorra de X nos visitó, no ha hecho más que joderme otra vez.

-No debes perder tu vida por mí.- dije, mirándola preocupado. -Ya he perdido lo más que he querido, no quiero perderte a ti también.-

-No se porque lo hago. Pero algo dentro de mí me dice que lo haga. Que me arriesgue, que me atreva a vivir. No quiere depender de alguien más, quiere protegerte. - dijo, mirándome a los ojos. Esos ojos mostraban Sinceridad y confusión. - De verdad, siento que eres alguien bueno, lo único que necesitas es alguien que te cuide, te quiera-

-Ya esa persona la perdí ciegamente.- la interrumpí. Ya no quiero seguir discutiendo.

-Bien. -dijo, apartando la vista. Esta muy molesta. -Por lo que veo, no quieres cooperar. - miro mi muñeco Voodoo. Para luego acariciarlo. Me sentí calmado ante sus caricias.

Me siento más a salvo en sus manos. Esas manos delicadas que no rompen ni un plato. Acariciando con cuidado.

Recuerdos invaden mi mente.

Flashback.

-Hermano, deberíamos avanzar.- dijo Sekai, sentada sobre mis hombros la muy pequeña. -Quiero ver los animales.- podía sentir la emoción en sus palabras.

-Oye, tranquila, allá vamos.- dijo Leila. Sonriendo hacia nosotros.

-Jeje, si.- es lo único que pronuncie. Miraba a Leila, tan dulce como la azúcar. Esos ojos que lo único que reflejaban era inocencia. Su sonrisa traviesa. Quería acariciar su pelo, acariciar su piel, abrazarla, sentir nuestros cuerpos unidos.

Nos acercamos a unos tigres.

-¡Omagaaaaaaaah!- gritó Sekai, dando pequeños brincos en mis hombros, tantos que me empezaba a doler.

-Me vas a matar, Sekai.- dije quejándome.

-Bájame, quiero acercarme.- dijo como si fuera una bebe pidiendo leche.

-Vale, vale.- dije, bajándola con cuidado. La tome de la mano antes de que se corriera hacia la verja donde nos separaba de los tigres. -Ten cuidado, pequeña.-

-Quiero uno.- hizo un puchero.

-Pero que tierna, te compraré uno de peluche. ¿Vale?- dijo Leila mientras acariciaba el pelo de Sekai.

-¡Si!- gritó de alegría mi pequeña hermana.

Yo sonreí. Me alegra de que mi hermana le guste el zoológico. Nunca hemos ido a uno antes. Me gusta tener a Leila junto a mí. Su compañía es agradable.

Me quede mirándolas, mientras ellas disfrutarán viendo a los animales. Se ven tan felices. Tan inocentes. Leila cambia su vista hacia mi. Me sonrojo un poco. Me está mirando, Maldición, ¿qué hago? Me puse nervioso. ¿Esto es normal? Ella sonrió. Estaba claro que se dio cuenta de mi sonrojo. Ella se acercó, y me besó la mejilla. Me sonroje aún más.

-Oye, oye. Mi hermano es mío.- dijo Sekai, jalando de la blusa a Leila, mientras hacía un puchero.

-Ay, Sekai.- dije, intentando ocultar mis cachetes rojos.- Soy todo tuyo.- dije sonriendo.

Flashback end.

Definitivamente, no puedo permitir de que ella participe en esta mierda.

Loveless [PAUSADA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora