Siete.

2.8K 167 20
                                    

Estaba llegando a mi habitación, antes de abrir la puerta me doy cuenta que, en el suelo había una rosa blanca y una carta, curiosa tome la rosa y la carta. Entré a mi habitación cerrando la puerta tras de mí y por instinto, me llevé la rosa cerca de la nariz para aspirar su olor. Sonreí y deje la rosa sobre mí escritorio, tomé la carta y la abrí.

"¿Emocionada? Mañana será el gran día, la espera termina por fin, señorita Thompson y todo gracias a ti.
Espero que aún siga en pie nuestro compromiso, de irnos juntos. Tienes que cumplir tu palabra -D."

¿Mi palabra? ¿Realmente podría irme de aquí con Dylan? Tome la rosa y caminé hacía atrás hasta sentir la cama.

—¡Claro que si! —grite de alegría, me tiré de espaldas a la cama y aspiré nuevamente el aroma de la rosa— Claro que me iré contigo, Dylan. Mi Dylan.

*

Llego el gran día, hoy le darán el alta a Dylan y eso me emocionada bastante. Como le daban el alta, no tendríamos nuestra sesión, pero si nos veríamos para hablar de nosotros.

Hice toda mi rutina mañanera, luego comencé a ordenar cada prenda de ropa que había traído, cuando tenía todo ordenado, eche todo en las maletas y las deje cerca de la puerta.

Me miré al espejo y acomode todo mi cabello hacia mi hombro derecho, estaba tan largo que llegaba un poco mas abajo de mis pechos. Estando lista, decidí ir al patio en busca de Dylan.

—Hoy me iré de este lugar —cerré la puerta de mi habitación con seguro.

Caminé hacía el patio y en el camino no me encontré con nadie, eso era bueno por que no quería ver a nadie que no fuera Dylan. Al llegar me senté en una banca, tenía la vista perfecta del bosque.

¿Qué excusa tendré que decir para que me dejen salir de aquí? o ¿podré escapar en la noche por el bosque?  Dios ¿que hago?

—Es hermoso este lugar —sentí la voz de una mujer.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que ni siquiera noté que alguien se había sentado a mi lado, la mire y era una chica blanca y cabello negro ondulado, creo que tiene unos 20 años.

—Si, es realmente hermoso —fruncí el ceño— Y tú ¿como te llamas?

—Oh, yo me llamo Allison —estrechó su mano sonriendo.

—Un gusto Allison, yo me llamo ___ —sonreí de vuelta.

Mire atentamente su ropa, y estaba vestida como los pacientes de aquí. Con un buzo y una camisa blanca, era obvio que estaba internada aquí.

—Tú ayudaste a sacar de aquí a Dylan —se acerco más a mi y susurró como si me estuviera contándome un secreto.

—Si —alargué la ultima letra.

—Gracias, ella estaría muy feliz —dijo riendo.

Entendí que estaba un poco loca por la forma en que reía ¿dije un poco? Bastante loca.

—¿Ella? —pregunté curiosa.

—Si, ella —miro al cielo y sonrío— Holland...

¿Holland? Si no me equivoco así se llamaba la chica de la cual me contó Dylan.

—Holland deseaba que Dylan saliera de aquí, ella decía que él no pertenecía a este lugar —jugaba desesperadamente con sus manos, por un momento creí que se rompería los dedos.

Disaster • Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora