Trece.

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Esperé a que Dylan desapareciera de la habitación, me levante del sillón en el que me encontraba y tomé el control para volver a encender el televisor.

—Al diablo contigo bebé —sonreí y me senté nuevamente.

La policía esta investigando la gran cantidad de crímenes que han sucedido en los últimos días. Aún no hay nadie sospechoso del asalto que ocurrió hace pocos días al banco y la muerte de dos personas que asesinaron hoy en la madrugada. La policía tiene sospechas de que son las mismas personas que han realizado estos dos casos...

¡Esa soy yo! —dije emocionada levantándome del sillón.

Algunos policías que iban llegando a la escena del crimen se encontraron con dos personas un tanto sospechosas según ellos. Una mujer vestida un poco raro y un hombre con un traje rojo, ambos con el rostro pintado como payasos. Ahora están en su búsqueda pero no hay rastro de ellos dos...

Me aburrió y apague la televisión; no tenía sueño así que decidí salir al bosque y caminar un poco. El sol ya estaba iluminando las hojas verdes de los arboles que se encontraban a mi alrededor, los pájaros comenzaban a cantar. Me encantaba esto, la naturaleza. Respire el aire puro cerrando mis ojos y una voz llamó mi atención, abrí mis ojos y observe a todos lados, de lejos se veía la silueta de una persona. Me acerqué silenciosamente y lo observe de atrás de un árbol.

—¡Diablos! Estoy seguro que cayó aquí —hablaba solo y buscaba en el suelo. Removiendo las hojas que se encontraban en el suelo.

Se veía desesperado, decidí salir de mi escondite y darle un pequeño susto.

—¿Qué buscas? —pregunté curiosa.

Saltó del susto y llevó su mano derecha a su pecho —Diablos, me asustaste.

Reí y sonreí de lado —Lo siento, no fue mi intención. —me acerque más a él— Y.. ¿Qué buscas?

—Mi inhalador —torció su boca— Anoche estaba por aquí y se me cayó, ahora no lo puedo encuentro.

—No creo que lo encuentres —solté y caminé al rededor de él.

Me miraba curioso con sus ojos cafés oscuros, era un poco moreno y te cabello negro. Me cruce de brazos y me pare frente a él.

—¿Qué?

—¿Qué "qué"? —jugó.

—¿Qué me miras? —reí.

—Nunca vi a una chica como tú, eres mh —puso cara de pensar en las palabras que diría— Misteriosa.

—Estoy segura que debes tener novia, eres muy guapo. Así que no coquetees conmigo, cariño —me acerqué y puse mis manos en sus hombros.

—No te equivocas, se llama Kira —sonrío.

Este chico se veía muy bueno y no tenía aspecto de poseer dinero. Me agradaba así que lo dejaría en paz.

—Me alegró —le sonreí— Ahora es mejor que te vayas a casa antes que te pase algo.

—¿Qué podría pasarme? Mejor tú ve a casa —dijo amablemente.

Reí—Debes tú tener cuidado, créeme, se porque te lo digo.

—Pero quiero saber más de ti.

—¿De mí?

—¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿Trabajas?

—Wow tantas preguntas —reí y respondí a cada pregunta, al decirme donde antes trabaja quedo pálido, pase mi mano por frente su rostro.

—Lo si-siento, ¿tú conociste a una tal Allison Argent?

Hice un poco de memoria, tratando de recordar mi pequeño tiempo en ese lugar y recordé cuando hable con una chica en el patio.

—Si, tuve la oportunidad de hablar con ella una vez. ¿La conoces?

—Si... es mi ex novia —se notaba triste.

—Oh —me dejo sin palabras y lo abracé.

Miro tras del chico y se encontraba Dylan a dos pasos de distancia.

—Dylan .. —me aleje del chico.

—¿Qué? —preguntó confuso el chico.

Observo como Dylan levanta su mano derecha en dirección al chico sosteniendo su pistola, niego tratando de que no le dispare pero es tarde, el chico cae frente a mis ojos y yo quedo boquiabierta frente al cuerpo.

—¿Qué se supone que haces aquí? —pregunta furioso.

—¿Qué acabas de hacer? Idiota —le grito.

—Lo mate —se encogió de hombros.

—¡No tenias porque hacer eso! —me acerque furiosa a él.

Pone sus ojos en blanco, siento un dolor en mi mejilla y mi rostro mirando hacía la izquierda, puse mi mano sobre mi mejilla y lo miré directo a los ojos.

—Hijo de puta —dije entre dientes.

—Cuida esa boca, princesa —rió.

La furia se apodero de mi y mi mano en puño se dirigió directo a su nariz. Esté arrugo la nariz moviéndola y sacando la sangre que caía de está.

—Perra —gruñó.

Levantó su pistola y me apuntó directo en la frente.

—¡Dispara! —le rete— Veamos si tienes el coraje de hacerlo.

En una fracción de segundo movió unos centímetros de mi rostro la pistola y disparo. La bala rozo mi oreja pero no me llegó, me reí desquiciadamente.

—¡Deja de reírte! —me grita.

—Vete al infierno —sonreí y me alejé.

—¡Vuelve aquí, maldición! —la rabia se notaba en su voz.

Seguí riendo y caminé hasta la cabaña, me dirigí hasta el baño, me saque toda la ropa y me metí a la ducha, deje la puerta abierta intencionalmente. Era una sensación increíble el sentir el agua helada sobre mi piel.

—Ya llegaras a mí —sonreí para mí.

A los minutos siento la puerta del baño cerrarse, no me giré a mirar quien era porque sabia perfectamente de quien se trataba. Siento que algo cae al piso, luego unas manos sobre mis caderas y el pecho desnudo de alguien.

—Sabía que volverías a mí —sonrío y siento los labios de Dylan sobre mi hombro.

—Aún estoy enojado contigo —gruñe y me gira rápidamente.

Ahí se encontraba él, desnudo frente a mi. Me apoya bruscamente en la pared de la ducha y besa mi cuello.

—Oh Dylan —cierro mis ojos dejándome llevar por el placer.

—Te castigaré por ser una chica mala —dice con voz ronca.

Llega a mis labios, subo mis piernas enrollándolas en su cadera y él pone sus manos en mis muslos.

—Te amo, bebé —susurro sobre sus labios.

Disaster • Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora