—¿Podemos descansar un momento? —dije mientras me agachaba y acariciaba mis pies sobre los tacones— Me duelen mucho los pies.
—Aguanta un poco más —mira hacia todos lados— Ya estamos por llegar.
Nos encontrábamos en un callejón oscuro y ya se había escondido el sol, habíamos caminado todo el maldito día y ya no daba más.
—¿Estas seguro que falta poco? —seguía con pereza los pasos de Dylan— Hemos caminado bastante —alargue la última letra.
Dylan se dio vuelta para mirarme a los ojos, le sonreí como niña pequeña y no cambio su expresión seria.
—Ya llegamos —señalo con sus ojos a su derecha.
Le seguí la mirada lentamente y mis ojos se abrieron como platos, se trataba de un edificio abandonado, arrugue mi nariz.
—¿Estas.. seguro? —lo miré y señale al edificio con mi pulgar.
Sonrío orgulloso —Si, es perfecto.
No me gustaba la idea de pasar la noche en un edificio abandonado, pero si era por acompañar a Dylan, estaría dispuesta a pasar la noche hasta en un basurero.
—Entonces, entremos —camine hacia el edificio mientras sentía los pasos de Dylan atrás de mi.
Al entrar, mire cada detalle del lugar. Todo estaba sobre una capa gruesa de polvo, habían papeles sueltos por todos lados, muebles rotos, era un completo desastre.
Llegamos al tercer piso, me di cuenta que se trataba de una oficina por tantos escritorios que habían aquí ¿qué habrá sucedido en este lugar? Ni idea.
—Aquí tienes unas mantas para dormir —las dejo en el suelo mientras caminada hacía las escaleras.
—¿Te marchas? —dije asustada– ¿A dónde vas? —la tristeza se hacía notar en mi voz.
Se detiene y gira un poco su cabeza para mirarme por el rabillo del ojo —Tengo que conseguir algunas cosas. No me esperes despierta —y desaparece por las escaleras.
—Oh Dylan —susurré para mi misma.
Me quité mis tacones y me acurruqué cerca del gran ventanal que había aquí con las mantas que me había dejado Dylan, tenía tantas cosas en la cabeza, todo relacionado con Dylan y el hecho de haberme ido del centro psiquiátrico. Tanto pensar no me di cuenta que me quedé profundamente dormida.
*
La risa de una mujer me hizo despertar, abrí mis ojos lentamente adaptándome a la oscuridad que aún había en el piso y pude observar a Dylan junto a una mujer: rubia, de estatura baja, blanca y ojos claros. No logre ver más por la poca luz que entraba gracias a los postes de luz de la calle.
La chica no se había percatado de mi presencia y Dylan tampoco de que los estaba mirando, la comenzó a besar y la recostó sobre un escritorio, ella enrollo sus piernas en las caderas de Dylan.
—Oh Thomas —gimió la chica mientras él marcaba su cuello con sus labios.
¿Thomas? Debe estar bromeando. O... se cambió el nombre.
Los celos me consumían. Mientras que Dylan la besaba, saco un cuchillo de sus pantalones, ella no se dio cuenta de esto, él por su parte acerco el cuchillo a su pecho rozándolo con su piel, ella se sobresalto y lo miro asustada.
—¿Qu-Qué estás haciendo con eso? —se trató de alejar pero no lo consiguió.
—Tranquila —rió y jugó con la punta del cuchillo sobre su cuello, bajando hasta sus pechos— ¿No te han dicho lo peligroso que es seguir a personas extrañas?
—No m-me mates po-por favor —se le rompió la voz.
—Muy tarde —sonrío y enterró de un solo movimiento el cuchillo en el centro de su pecho, lo sacó y con el mismo cuchillo le corto las mejillas en forma de sonrisa— Mucho mejor, se veía un poco triste.
Ahogue un pequeño grito y me tapé la boca, nunca había visto un asesinato frente mis ojos. Claro que no es lo mismo ver asesinatos en películas que verlos frente a ti.
—Dylan ¿como pudiste? —las manos me temblaban.
Él se giró de golpe al escucharme, se limpio la sangre que tenía en las manos y se acerco a mí con una sonrisa en su rostro. Yo temblaba en el suelo y él se agacho a mi altura y apoyando sus brazos en sus rodillas juntando sus manos.
—Vamos, no seas estupida —apretó la mandíbula— Sabes perfectamente lo que hago, y como lo hago.
—S-si. —mi voz temblaba y le grité— ¡¿Porqué lo has hecho?!
Puso su mano en mi garganta y me levanto del suelo.
—No vuelvas a gritarme —dijo a centímetros de mi cara— Jamás vuelvas a gritarme ¿me oíste?
—¿O si no, qué? —le rete.
—O si no, terminaras igual que ella —movió mi cara en dirección a la chica ya sin vida en el escritorio— ¿Lo entendiste o algo no te quedo claro?
No quería responderle, lo miraba a los ojos con mucha rabia, pero a pesar de la rabia que tenía, me hacia quererlo aún más pero a mi no me amenazaría así de simple.
—¡RESPONDEME! —me gritó en la cara y tuve que cerrar los ojos.
—Suéltame —lo empuje aunque no tenia la suficiente fuerza para alejarlo de mi.
Rió muy fuerte y se alejó, lleve mis manos de inmediato a mi cuello acariciandolo por el dolor que me dejo y respire agitadamente.
—Estas loco —susurré más para mi que para él.
—Lo estoy, y aún así viniste junto a mí —sonrío burlándose.
—Solo quiero saber por que la mataste —me acerque a él.
Aunque tratará de matarme, algo dentro me impedía alejarme de él. Sabía que siempre volvería a su lado, a pesar de todo.
—¿Por que? —miró a otro lado esquivando mi mirada.
—Necesito saber —insistí.
—La encontré en un bar, bebiendo y estaba algo pasada de copas. Me di cuenta que era de dinero, por sus joyas y las cosas que traía, la cortejé y le dije que sabia de un lugar para pasar un buen rato —sonrío de lado.
—¿Te querías acostar con ella? —mis celos se asomaron.
Me miró confuso —No. Solo quería robarle lo que tenia y luego matarla —suspiró.
—No vuelvas a irte con otra zorra —miré el piso y caminé hasta el ventanal para mirar la ciudad.
—No me digas que tengo que hacer y que no —dijo firme atrás de mi.
Su voz provocó un escalofríos en mi espina dorsal, al darme vuelta solo pude verlo sonriendo y empujándome hacía el gran ventanal, trate de sujetarme de él pero no pude. Caí por la ventana y todo se me volvió negro.
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Disaster • Dylan O'Brien
FanfictionDos personas completamente distintas, él con una mente totalmente retorcida y ella... ella el único error que cometió fue enamorarse de un psicópata. PRIMERO QUE TODO: HISTORIA INSPIRADA EN LA RELACIÓN DE HARLEY QUINN & JOKER.