En la boca del Lobo

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Carlos Sainz Jr. P.O.V.

- ¿Se puede saber qué pasa papá? - le dije mientras le seguía.

Se dirigió a la salida del hotel, dirección al parking. Iba hablando sólo entre dientes y hacía aspavientos con las manos.

- Niño éste, sinvergüenza... me va a buscar la ruina... a mí y a su madre. A los dos. Tanto dinero invertido para nada... "Papá yo quiero ser como tú" me decía con 5 años... ¡5 hostias le voy a dar!... Lo que he luchado para que esté dónde está ahora.... Y así me lo paga...

¿Qué le pasa a este hombre? No lo entiendo. Llegó al coche y lo abrió con el mando de la llave.

- ¡Sube de una vez! - me gritó mientras se sentaba al asiento del conductor.

- Papá... - me apoyé en la puerta del coche - has bebido no puedes conducir.

- Y ahora me viene con monsergas el niño éste... muy listo él cuando quiere... - bajó del coche y me dio la llave - Hace lo que le da la gana y cuando le da la gana - decía mientras rodeaba el coche hasta llegar a la puerta del copiloto - Se va a enterar quien soy yo... Éste todavía no me conoce bien. No... que va... Que siga entrenando el cuello que se lo voy a moler a collejas...

Me senté en el asiento del conductor y arranqué el coche mientras me ponía el cinturón de seguridad. Esperaba con paciencia a que mi padre terminara con la retahíla.

Puse mis manos en el volante... Y fue tal colleja que me dio que casi me lo como.

- ¡¡Papá!! Te has colado... - y tanto... me ardía el cuello.

- ¿Que me he colado? ¿Yo? Tu eres el que te has colado esta vez Carlitos... ¡Sinvergüenza!... eso es lo que eres...

- Pero papá...

- Ni papá ni leches... Cállate porque te voy a dar otra vez... Venga vamos...

- ¿Pero se puede saber a dónde vamos?

- ¿A dónde vamos? ¿A dónde vamos? De copas a celebrarlo , no te jode... Pues al hotel... Venga...

- Papá... - dije con toda la paciencia del mundo - estamos en el hotel.

- Me voy a cagar en todo lo que se menea... Niñato... que me tiene los nervios descontrolados... ya no sé ni donde estoy - dijo saliendo del coche y dando un portazo.

Hice lo mismo y lo seguí.

- Me va a matar... un día de estos me da un infarto y se acabó. Esto me pasa por hacerle caso a tu madre y acompañarte. Los disgustos son para mí...

Cuando mi padre se pone así es mejor dejarlo hasta que se le pase. Entramos en el hotel y pasamos por la recepción.

- ¿Cómo voy yo a mirar a la cara a ese hombre ahora? ¿Cómo? Buenas noches señorita - dijo dirigiéndose a la recepcionista y cambiando el tono de voz - Mire, a ver si me puede confirmar la hora del desayuno por favor.

- Si claro, a partir de las 7.

- Muchas gracias. Muy amable. - ahora se dirigió a mi cambiando por completo el tono y el gesto - Vamos... al ascensor, venga... si no quieres que te dé de nuevo... - dijo levantando la mano.

Me llevé la mano al cuello y corrí al ascensor. Si había algo que le temiera más que incluso chocarme en una carrera, eran las collejas de mi padre.

- Mejor voy por las escaleras... - le dije cuando se acercó a mí.

- ¿Ocho plantas? Venga ya... entra - me dijo en un tono mas relajado. En ese momento se abrieron las puertas.

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