Quiero ser como tú

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Debido a algunos problemas en el equipo, a David se le vino el tiempo encima, por lo que tuvo que volar directamente a Bahrein desde Faenza.

Como tendría que volar sola, pensé en quedarme en casa ese fin de semana. Aún teniendo los billetes comprados. Pero un mensaje de whatsapp me hizo cambiar de opinión:

C: Seguro que ese beso hubiera curado antes mi herida... lástima que mi padre nos interrumpió. Estoy deseando verte este fin de semana.

No le contesté, sólo fui a mi cuarto a preparar la maleta.

- ¡Virgi! ¡Que ganas tenía de verte! - Dijo David en cuanto salí del taxi que me llevó al hotel.

Nos fundimos en un fuerte abrazo.

- Todavía no me explico que te ha hecho cambiar de opinión... parecía que lo tenías tan claro... - me dijo David, una vez que estábamos en la habitación, mientras deshacía mi maleta.

- Pues que tenía muchas ganas de verte... - y no mentía. Lo echaba de menos. Pero las ganas de ver a Carlos y seguir con nuestro jueguecito me atraía mucho más.

- ¿Qué tal todo? ¿Y los chicos? ¿cómo están después de la pelea? -le dije mientras deshacía mi maleta.

- Están bien... Max tiene la nariz mejor de lo que me esperaba. Apenas se le nota.

- Pero, ¿están enfadados entre ellos?  - le dije mientras colgaba uno de mis vestidos.

- Virgi... sólo vamos a estar aquí hasta el domingo. Y hoy es jueves. ¿No crees que te has pasado con tanta ropa?

- Es que nunca sé que ponerme... - le dije sentándome a su lado en la cama. - ¿Están enfadados entonces?

- Que va... para nada. Están como siempre. Creo que conmigo sí, después de la bronca que les eché.

- David, son dos niños... es normal que peleen.

- No Virginia, si son maduros para montarse en un coche a 300 km/h también lo son para respetar a su compañero y al equipo.

- Pobres... que jefe más duro tienen - le dije sentándome a horcajadas encima de él.

- Virgi... tengo que irme - dijo después de besar mis labios.

- David... hace una semana que no nos vemos... te necesito.

- Lo sé y yo a ti, pero es que tengo que volver al circuito. Sólo he venido a recibirte...

- Como quieras... - me bajé algo molesta de encima suyo y comencé a sacar mi maquillaje de la bolsa de aseo.

El viernes por la noche, tras los Libres, teníamos una cena de equipo en el hotel. Por fin vería a Carlos desde que le curé el labio en Australia, ya que aún no había pisado el circuito, preferí hacer turismo e ir de compras. Barhein era una a ciudad que me había enamorado.

Y, una vez más, sentada delante del armario pensaba  en que ponerme. Después de probarme mil vestidos y mil peinados, opté por este look:

 Después de probarme mil vestidos y mil peinados, opté por este look:

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