Capitulo 1: El Chico Nuevo

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Katherine Johnson es una chica a la cual la vida no le ha mostrado su mejor cara, aún así ésta logra salir adelante. Katherine no es la más hermosa de su escuela, aunque tampoco era fea, ninguna chica de ahí lo es, ella no tenía nada de especial, al menos no a simple vista; pero en su sangre, su descendencia, se escondía algo.

Su larga cabellera negra se balancea con el viento mientras camina hacia sus clases, sus extraños ojos observan cuidadosamente cada paso próximo a dar. Ella tiene heterocromia, el ojo izquierdo color azul y el derecho café; no le molesta para nada. Es sumamente hermosa, pero no tenía esa belleza que destaca entre los demás. Ella era bonita, tan bonita como un poema de Gabriela Mistral, o al menos, así pensaba Alexander Holder.

Jala su mochila contra su hombro, un nuevo día ha comenzado. Sus mejores amigos, Fernanda y Nicolás, caminan detrás de ella. Se encuentran discutiendo, como en cada ocasión que se les presenta, pero a ella no le importa, así es su naturaleza y no hay nada que se pueda hacer.

Un molesto sonido lo inunda todo y saben que sus clases han iniciado. Ignorando el debate de sus amigos, se aproxima a su lugar de siempre. El par hace lo mismo, caminando al lado opuesto del aula. La profesora Patricia hace su puntual aparición por lo que Katherine simplemente la ignora. La profesora Patricia y ella mantienen una relación maestro-alumno, para nada habitual; ambas se odian.

La profesora comienza a dar su rutinaria clase, la clase de matemáticas. Comienza preguntando el resultado de diversas operaciones, para "activar la mente de los jóvenes" pero ambas, la profesora y Katherine saben que es una excusa para humillar a los alumnos, pero sobretodo a ella, a Katherine.

—Katherine.

—¿Si, profesora? —comienza lo más educadamente posible, ha tenido suficientes problemas en aquella materia como para reaccionar de mala manera ante la primera provocación.

—¿Cuál es la raíz cúbica de mil?

—Diez —El enojo se percibe claramente en el rostro de la profesora, su peor alumna ha contestado acertadamente. Intenta tranquilizarse, después de todo fue una pregunta muy sencilla.

—¿La de trescientos cuarenta y tres?

—Siete.

La profesora, frustrada, termina con su interrogatorio y regresa a su asiento. Tendrá a Katherine vigilada. Comienza a dictar trabajo por hacer y la pelinegra se sume nuevamente en sus pensamientos. Observa detenidamente el aula, la blanca puerta a la derecha, al lado opuesto del escritorio de su profesora; las descoloridas bancas de madera y el alto techo. Voltea hacia sus amigos por reflejo, Fer y Nico se encuentran discutiendo nuevamente.

De una u otra forma, a ese par nunca lo descubren, hagan lo que hagan, y a Katherine y su para nada buena suerte, ante la más mínima falta la reportan. Aunque claro que Katherine no es de esas chicas busca problemas, claro que no; ella no lo es porque no busca los problemas, ellos llegan a ella. Por más que busque evadirlos, los problemas se adhieren a ella como un chicle, un sucio y pegajoso chile. Ella es un imán para los problemas y su par de amigos, el campo magnético.

Katherine regresa la vista a su cuaderno y mientras la profesora no la ve, saca unos lápices de colores y los esparce en su banca. Toma su lápiz y comienza a dibujar lo primero que pasa por su mente: un ave, una hermosa y majestuosa ave.

Comienza trazado suaves líneas sobre el papel para trazar la silueta del ave, desliza el lápiz delicadamente por toda la zona del centro de la hoja. Dibuja con cuidado el pico del ave, para luego trazar sus gloriosas alas, avanza a delinear las plumas mientras muerde la parte interna de su mejilla derecha y juega con un mechón de su preciosa cabellera. Da un toque final a los ojos de su ave y, sin prestar demasiada atención al resultado obtenido, toma entre sus dedos uno de los colores, el celeste. Comienza por los bordes del ave, aumentando o disminuyendo la intensidad del color según el caso.

Guerreros: Las Piedras Del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora