Capitulo 14: Secuestro Y Muerte

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Katherine Johnson da vueltas como loca por toda la habitación. Los Holder la miran desesperados, lleva por lo menos diez minutos igual y no ha parado.

Después de que la chica vomitara su comida y las papas que había comido, los otros dos Holder llegaron con ella y prácticamente se la llevaron arrastrando, al piso de arriba de la fiesta, lejos de la música.

—Katherine... —Jonathan se pone de pie y se acerca a la chica. Esta retrocede inmediatamente.

—¡No me toquen! —se pega contra la puerta de la habitación donde está, intentando encontrar la perilla y salir— Ustedes... ustedes lo mataron...

—Katherine...

—¡No! ¡Déjenme! —y encuentra la perilla. La gira pero la puerta no se abre. Entra en pánico.

—No lograrás salir, nosotros tenemos la llave.

—¡Abran la maldita puerta! —comienza a golpearla y patearla. Alex Holder se le acerca, intentando calmarla.

—Tranquila, no te haremos nada, Katherine, tienes que confiar en...

—¡No! —se aparta y corre al peinador de la habitación.

No les da la espalda por precaución mientras retrocede y cuando choca con el mueble, su mano se cierra alrededor de un objeto desconocido, pero aún así lo toma y con él ataca a Alex Holder. Le da un golpe en la cabeza y prepara para golpearlo de nuevo, pero en un sólo movimiento, Alex sujeta sus manos por detrás de su espalda, inmovilizadola. Katherine le tira una patada y Alex la suelta. Le tira un par de golpes con lo primero que encuentra y después, cae al suelo de golpe.

—Pro eo angelus peto secundum bellator est mihi —habla Eric Holder de nuevo.

Katherine comienza sentirse débil y cae al suelo de golpe. Sus ojos, al igual que el resto de su cuerpo arden y es ahí cuando, de pronto, se siente más fuerte. Pero esa sensación dura poco y vuelve a la realidad. Sigue tirada en el piso de la habitación con los Holder mirándola impresionados.

—Está bien Katherine, te contaremos todo mientras te llevamos a tu casa.

Katherine y los hermanos Holder bajan de nuevo a la fiesta después de convencer a la chica de ir con ellos. Solo irán Jonathan y Alex pues el rubio de Eric quiere quedarse un rato más en aquella fiesta. La chica da vuelta a la derecha pero los hermanos la detienen.

—¿A donde vas?

—Le diré a Fer que me voy.

—No es necesario —Alex señala a su otro hermano—, Eric le dirá.

—No estoy...

—Ey, relájate un rato. Irás a tu casa y Fer te verá cuando llegues.

Y con un suspiro, se encamina al auto de los chicos.

Eric Holder se la pasaba tan bien antes de que un chico vomitara en sus zapatos nuevos.

Aunque eso le sirvió para volver a la misión. Se acerca a Fernanda, pasando por la multitud, o más bien, esquivando a la multitud.

—¡Fer! —le grita a la chica bailarina— ¡Katherine se fue con...!

—¡¿Qué?! ¡No te escucho por la música.

Y un Holder desesperado toma a Fer por el codo y la lleva a la parte delantera de la casa, donde el ruido es menos.

—Te decía que Katherine está con mis hermanos, bebió mucho y vomitó toda su ropa. ¿Crees que haya una forma de que pueda ir por algo de ropa para ella?

—Es muy lindo de tu parte, Eric. Pero, ¿donde está Katherine?

—Está tomando un baño y mis hermanos le cuidan la puerta.

—Bien, se que ella odia estar sucia —y le tiende una llave que sacó de su bolso— Esa llave es de Katherine así que se la puedes dar a ella o a mí. A cualquiera.

Y con eso, Fer vuelve a la fiesta.

La casa de Katherine está totalmente sola por algún extraño motivo, así que para Eric es muy fácil entrar, sobretodo con una llave en sus manos. Sube a la habitación de la pelinegra y toma una mochila que tiene por ahí. En ella guarda su ropa, peine, cepillo de dientes y pasta dental, e incluso, con la cara roja, toallas sanitarias.
Una vez que termina se dirige hacia sus hermanos.

Katherine Johnson está en el auto de los Holder esperando a que Alex salga de la farmacia a la que fue. Está en la parte trasera del auto con Jonathan en el asiento del copiloto, ambos en total silencio. Ve a Alex salir y detenerse a contestar su celular. Katherine aprieta la mandíbula.

—¿Siempre hace eso?

—¿Hacer que? —pregunta el castaño, algo confuso.

—Tardar tanto —rueda los ojos.

Jonathan ríe y niega con la cabeza en respuesta. Un taxi llega a la farmacia y Eric sale de éste y entra como el conductor al auto de los Holder para después entrar Alex con la chica. Ésta alza una ceja.

—¡Hasta que Alex Holder se dignó en venir!

—Katherine, ¿estás borracha? —le pregunta el mencionado.

—¡No! ¿Cómo crees?

La mira entrecerrando los ojos, ella lo imita y ríe bobamente.

—Pues, suerte que compré aspirinas.

—Aquí tengo la mochila —interrumpe el rubio.

—Entonces debemos irnos ya, no perdamos más el tiempo.

—Esa se parece a mi mochila —la chica frunze el ceño.

—Entonces tienes buenos gustos —la felicita Eric mientras arranca el auto.

Katherine observa por su venta el paisaje para no tener que ver a Alex, pues en su mente, aún sigue fresca la imagen de él matando al hombre. Observa como Eric, gira en varias ocasiones en el paisaje familiar hasta que éste deja de serlo. Eric da vuelta en una calle desolada mientras que a la distancia se puede observar la carretera. Se separa del vidrio y mira a los hermanos.

—¿A donde vamos? Me dijeron que me llevarían a casa. Y podré estar borracha, pero sé que éste no es el camino.

—Iremos a casa, Katherine.

—No, no vamos hacia mi casa. Éste no es el camino. ¿Que acaso creen que soy estúpida?

—Mira Katherine, tenemos que...

—¡No! No debí creer en su palabra. Déjenme irme.

—Lo siento Katherine, pero no podemos hacer eso. Tenemos que llevarte a...

—¡Cierren la maldita boca! —y se quedan callados— Ahora llevenme a casa, o si no...

—¿O sino que? —Alex alza una ceja.

—¡Ayuda! —comienza a gritar— ¡Secuestro! ¡Auxilio!

Los tres Holder abren los ojos como platos. Alex intenta taparle la boca a Katherine para que no grite y Jonathan lo reprime.

—Pensarán que en verdad es un secuestro, tarado.

—¡No peleen y mejor callen a Katherine! —grita el rubio.

—¡Eric! ¡Cuidado! —le grita su hermano al lado, pero es muy tarde.

El auto está a punto de estrellarse contra un auto en la carretera y Eric pisa el freno hasta al fondo. A pesar de ello, el auto no se detiene por lo que el rubio gira bruscamente e impacta contra el tronco de un auto. Contra su muerte.

Guerreros: Las Piedras Del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora